¿Obreros de las ideas?

No sé qué tan productiva llegue a ser esta discusión. Lo cierto es que en este portal, muchos la han convertido en situación fundamental para el porvenir de la revolución. La polémica que desató el presidente ha dejado como producto extensos textos donde hasta mi incipiente capacidad permite identificar algunas cosas. A saber:

     La primera que logro entrever es una susceptibilidad que parece afectar a todo un gremio. Ante unas declaraciones que sólo manifiestan la capacidad que tiene el presidente de no quedarse callado ante la crítica, intelectuales y aspirantes a serlo manifiestan tal desgarro que los lleva hasta vomitar el antichavista escondido en lo más profundo de su alma. A ver pues, ¿Quién dijo que asumir y estar abierto a la crítica no implica respuesta y posibilidad de discutir un punto? ¿No es el debate en estricto sentido dialéctico lo que se está proponiendo para avanzar? Este par de interrogantes, también permiten encontrarnos con un detalle más, la crítica del intelectual como razón incuestionable y ahí si les pido disculpas pero debemos recordarles que ni Chávez ni los hiperchavistas somos sus alumnitos. Señores intelectuales: este proceso nos ha otorgado suficientes herramientas para hacernos de un criterio y sí, para de cuando en cuando detectar ciertas desviaciones pequeño –burguesas en el discurso de algunos presuntos camaradas.

     La última frase permite iniciar el cuestionamiento a quienes hasta son capaces de autodenominarse “trabajadores de las ideas”, “obreros de las ideas” ¡por favor! A estás alturas de la vida, señor doctor, usted se atreve a establecer tamaña distinción entre el trabajo manual e intelectual casi mentándole la madre a un obrero, poniéndose a su estatura. Tremenda muestra de que los títulos, no traen inteligencia incorporada. De paso, nos sugiere a Suiza como modelo...  

      Varios de los artículos en este portal electrónico han direccionado su artillería en función de calificar a todo aquél que se siente con derecho a discrepar, de válidas pero nunca incuestionables opiniones, con el remoquete de estalinista. No conozco de esa doctrina, pero los que tratan de descalificar a quienes con coraje están dispuestos a dar el debate parece que la manejan muy bien y hacen uso de una de sus constantes, menoscabar las ideas del otro poniéndole una etiqueta.

      Seguro estoy que se pierde el tiempo manifestando solidaridades con el grupo de señores “intelectuales de izquierda”, su estabilidad laboral no se verá afectada. Y créanme, aún quedando fuera del Centro Internacional Miranda, conseguirán nuevas vías de seguir parasitando en nuestra revolución. Ya lo hicieron luego de salir del Ministerio de la Secretaria de la Presidencia y están procurando lo propio una vez se quedaron sin los portentosos subsidios del Ministerio de Planificación y Desarrollo.

      Sugiero que no sigamos perdiendo el tiempo con unos señores con tanto acceso a la información y que siendo financiados para investigar y actuar en la revolución bolivariana se han relegado a discutir en el pent- house del mismo hotel que les sirve de residencia  mientras las comisiones de ideología de los batallones y nuestros círculos de estudios están pariendo para reproducir algún material o simplemente discutir las líneas de Chávez porque todos amanecimos sin plata para comprar el VEA. Entre tanto, estos supuestos “obreros de las ideas” en lugar de darnos bastimentos para resolver los entuertos de nuestras comunidades, llámese asesoría para que nuestros consejos comunales elaboren sus proyectos, herramientas para poder argumentar con mayor concreción y porqué no, de cuando en cuando visitar el barrio para darnos confianza en nuestro proceso se dedican a repetir lo que ya sabemos.

     Yo particularmente, señores intelectuales les agradezco, no sean descarados y no intenten hablar en nombre del pueblo llano.

hectfruiz@hotmail.com



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