El periodismo es una de las profesiones más emocionantes del mundo. Un periodista que sepa buscarle el mejor ángulo al entrevistado, la mejor respuesta, la expresión más grandilocuente, la sonrisa mejor planificada y la adustez cuando se requiera, es, sin duda, algo maravilloso, un buen trabajo. No es fácil ser un buen periodista si no se tiene respeto global de un pueblo. En Venezuela la diferencia la marcan ustedes, los que al saltado la ética para convertirse en marionetas dirigidas por los dueños de radios, televisoras y medios escritos. El mecánico de auto en el taller no se mete en el trabajo del pintor y de sus fórmulas para combinar colores. ¿Qué todos somos políticos? ¡Bien! Pero en tu profesión no se puede manifestar tan abiertamente porque se observa la traición a la veracidad de la noticia. Yo escribo la verdad: “El Presidente Chávez viajó a Irán a negociar la venta gasolina a esa nación islámica”, pero a ti como te gusta Chávez, ni ese país, cambias la nota: “Chávez fue a regalarle la gasolina a Irán”- Eso suena más ínfimo, pobre, e ignorante que una nota de Julio Borges en su verbo fascista.
Por ejemplo un periodista no puede creer que si vive en el Este de Caracas, Por decir algo, solamente piensa en ese sector, obviando que Venezuela tiene casi un millón de K2. El caso de Margarita Rodríguez es patético. No puedo escribir aquí que es una mala profesional, empero valiéndome del estado de libertad de expresión que ellos suelen predicar, sí puedo hacerles algunas observaciones que noté en su trabajo con el presidente de Costa Ricas Oscar Arias.
El 11 de abril de 2002 Margarita Rodríguez y su colega Antonetti hacían del periodismo una porquería través del canal Globovisión. La misma actitud prepotente y ególatra que se le observó entrevistando a Oscar Arias, la manifestó esa noche. Decían los dos en medio de risas y frases altisonantes que “El. Che Guevara no era un ejemplo para colocar su nombre a un hospital; que aquí tuvimos y tenemos buenos médicos”- Luego aumentado los decibeles de las risas y burlas invitaban a los conductores a acercarse a La Carlota para repudiar a Chávez- es decir, la periodista que fue a Costa Rica a entrevistar a Oscar Arias, aupó el golpe de estado en Venezuela.
MARGARITA hay hombres universales quienes por su actitud ante la vida, se merecen lugares que otros no pueden ocupar. Claro que en Venezuela han existido excelentes profesionales de la medicina!, pero, ¿cuál de ellos ha tenido la proyección humanista como el Che que murió en una quebrada por su inmenso amor a los desposeídos? No es lo mismo sanar a un paciente, que curar a la humanidad, porque el Che se convirtió en un icono universal, amado y aborrecido por algunos, pero su estatura como guerrillero, como político, como pensador, como HOMBRE QUE LUCHA, eso no se lo puede borrar una burla, una risa, una mediocridad
La periodista Margarita Rodríguez que se jactaba del triunfo de los golpista, hoy estaba en Costa Rica pidiendo a Arias que les explicara que pensaba él “de esos gobiernos que se quieren perpetuar en el poder obviando la alternabilidad”, ¡como decía el cráneo gochomara Manuel Rosales, ¡ no se le puede pedir peras al horno!
Pero ella estaba ahí con pose estudiada, repetida de otras colegas suyas de CNN. Se creía la máxima, preguntaba lo que le pedía su cerebro de política y no su alma de periodista. La belleza física, la voz, la supuesta agilidad oral, nunca podrá con la sencillez, la cordura y el entendimiento sin pose. Le preguntaste a Oscar Arias su opinión sobre “esos que se quieren quedar con el poder” y solamente demostraste ignorancia ante la respuesta del Premio Nóbel. “En democracia es el pueblo el que decide quien debe o no gobernarlo”.
Le preguntaste a hombre de la paz en Centroamérica que pensaba él de Zelaya y la respuesta no tuvo pele: “Zelaya es el presidente de Honduras y el golpe de facto lo guía Micheletti”. Quisiste involucrar al humanista HUGO CHÁVEZ FRÍAS en esa pauta que no sé quien te la escribió, tan ambigua, fuera de contexto e insana. Una pauta de cuando formamos el periódico en la escuelita. Cuando hablaste de que “un sector del pueblo”, tu misma sectorizaste ese lugar, porque Venezuela es única. Te equivocaste. Margarita al creer que Arias es un estúpido que no sabe lo que pasa en el mundo. Eres una buena profesional, pero en esta oportunidad “el agua se te fue entre los dedos”