Los medios de comunicación social privados cada día se vuelven más persistentes en tratar de embrutecernos con sus noticias e informaciones cargadas de maldad o resentimiento, cuyo fin psicológico, bien planificados dentro del enredo de ideas perversas que tejen es, hacernos reaccionar en contra de todas las Instituciones del Estado que ellos bombardean con sus ataques mediáticos rutinarios que, satanizados nos lanzan sin compasión, y es tanto el odio que escupen que, hay unos cuantos locos creyentes que se persignan y comulgan de buena fe con su contenido que, son asiduos oyentes o visionarios de la práctica empleada consuetudinaria a que son sometidos sin el menor descaro ni compasión de imparcialidad que dé el beneficio de la duda a su veracidad y, más bien complica el libre albedrío de sus fanáticos que, a la larga no encuentran la senda por donde salirse del laberinto en que se entramparon, inocente o conscientemente dentro del escualidismo propio que profesan en el desarrollo de su vida política o privada.
Y es tal el abuso de las componendas que utilizan en sus imágenes televisivas que éstas recorren el mundo dando la sensación que en Venezuela hay una anarquía incendiaria, cuya espiral se enreda en la jerga canallesca de la oposición de donde salió con toda la mala intención de confundir y desarrollar opiniones que apoyen sin conocer ni estar bien componetrados de las noticias que vomitan a cualquier hora del día que sirvan de basamento a sus pretensiones de mal poner al Gobierno y, a sus dirigentes y, dejarlos a la deriva que sacrifique todo lo que ha hecho la revolución en favor del pueblo pobre que, en su mayoría conforma la intención de las orientaciones que se aplican para coadyuvar en el plano social, cultural y económico, que satisfagan sus necesidades inmediatas a través de las misiones que reduzcan los márgenes de problemas en la educación, en las enfermedades y, restablezca la producción y distribución de alimentarios para una gran masa de la población con obtención de mejoras salariales que además, hagan posible amortiguar las diferencias sociales en el trajín diario y, en su afán de distorsión nos incomodan con sus miserias estructurales salidas de laboratorios foráneos que cultiven la duda, el desprecio, la vileza, contradiciendo nuestras ideas con mentiras odiosas y, desestimando todo lo bueno que se haya efectuado en favor de la justicia social del venezolano y, a los chavistas nos pintan como unos inadaptados, demonios encapuchados de maldad que escapa a la lógica que rige nuestros actos y, a todo aquello que vaya en la dirección correcta de solventar necesidades y resplandecer beneficios son opacados con socarronerías que complican el entendimiento y la voluntad de la razón de ser escamoteada en su concierto de tracalerías que ruedan libremente dentro y fuera del país y, el ejemplo más inmediato es la Ley Orgánica de Educación (LOE), donde mediante un correo escapado y de la autoría del cardenal Urosa Sabino, éste destila toda la maldad y perversión que ser humano alguno con la responsabilidad que tiene ese sujeto dentro de su encogida feligresía, deforma conscientemente las bondades y principios fundamentales de la misma ley y del Estado y, como representante de la iglesia católica que a mí en lo particular no me representa, ni cuenta con mi apoyo y credibilidad como lo asegura lo susodicho por el cardenal en su opinión temeraria que disloca la hermandad entre los venezolanos y, le da preferencia con agua bendita a la clase privilegiada dentro de un ateísmo endiablado en la maldita sepultura de su pensamiento e inefecundos objetivos de mi despreciado cardenal Urosa Sabino, quien no gozará jamás de mi consideración y, sí de mi admonición como individuo pensante y creyente, alejado de la violencia en cualquiera de sus formas más aberrantes que, Urosa Sabino no las condena sino más bien las justifica, violentando consideraciones legales, intrínsecas a los compatriotas venezolanos.
Cardenal Urosa Sabino: recoja sus demonios nada ocultos y váyase a otro mundo con ellos y deje a los venezolanos vivir -como se dice- en sana paz. Que Satanás lo perdone que dios no lo creo que lo haga. Ése le dejó el rosario en las manos como castigo por ruin en su oficio.
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