Presidente otórguenos permiso…

Para defender esta revolución que tanto nos ha costado. Queremos ser fieles a ella y a los costos que la misma ha producido. Estamos cansados, señor, de ser tolerantes. Estamos encerrados en un laberinto del cual nos es imposible encontrar la salida.

Desde antes del 1998, para ser más exactos, desde febrero de 1992, apostamos al cambio por usted señalado…”Por ahora”, vimos su rostro por la televisión; un rostro cubierto de sueño y hollín, una mirada sencilla y esperanzadora, y escuchamos una voz firme y convincente de un patriota que se ponía a prueba ante el mismo soberano de la historia; aquél que acudió al extranjero a libertar pueblos, a morir por la dignidad y la justicia. Nos sentimos renacer y creímos en usted, como creyó en Bolívar aquella pléyade de patriotas que regaron con su sangre la tierra venezolana para conseguir que el yugo español se fuera para nunca más. Hoy están aquí de nuevo envileciendo la lucha. ¿Por qué hemos de aceptarlos? ¿Por qué hemos de tener entre nosotros a los que en su tierra nos llaman despectivamente sudacas? Devolvamos a su caverna a los que se defecan en la nuestra, es hora de tomar decisiones nacionalistas…¡ La Ley del Talión!

En usted confiamos porque somos símil de un luchador. Usted siempre nombra a aquel presidente que ante la furia de las naciones europeas, gritó con valentía ante la superioridad armada que se ensañaba, que ningún extranjero va a poner su bota en la tierra venezolana. Queremos que nos dé permisos para hacer que las nuevas botas no marquen sus huellas en la arena de nuestra lucha. Somos verdaderamente pacíficos, pero en la guerra sabemos actuar Con el alma que cualquier soldado patriota ha de tener ante la prepotencia del maldito invasor. Nada nos detendrá presidente si es que tenemos que bebernos el sol y comernos el oxígeno. Ningún hombre puede permitir que a su sagrada patria la innoble presencia extranjera la doblegue sin que haga algo por ayudarla; nosotros moriremos por ella y con nuestra sangre se escribirá la historia.

Quizás nos ataque el delirio del Chimborazo, las lágrimas de San Pedro Alejandrino, pero eso será sólo para demostrar la dignidad de los venezolanos. Nada ha de hacernos cambiar en este juramento hecho caminando con el Libertador por las estepas de la lucha; él nos confirió la Cruz de la Libertad, la lucimos orgullosos y hasta altaneros, ¡qué hermoso es ser hijo de quien murió abandonado por los sueños, llorando la amargura de escuchar a los negros rumiando sus temores por las riberas de su habitación con la misma pena y la misma congoja.¡Un verdadero hombre, presidente! Y no un estúpido fascista tropical de Primero Justicia

PRESIDENTE queremos que nos vista de soldados con fusiles y cascos; y flameantes banderas tricolores con las 8 estrellas Granadas en los bolsillos, gritos en el pecho, audacia en las piernas, queremos que nos diga cuando y en que momento podemos iniciar la saga hacia las cavernas del misterio, en donde se esconden los inmorales traidores con sus venenos encima, con los cuales han pretendido envenenar las aguas de la esperanza venezolana.

Queremos que nos dé permiso para atrapar a los eunucos que por dinero han sido capaces de perder la gloria que da la patria, queremos que nos dote de suficiente adhesivo para ponerles en los labios a los pusilánimes que solamente creen en el oro que no brilla más que los ojos de un niño pobre, deseamos de todo corazón que nos permita detener la marcha de los bellacos, que se enojan porque existe un comedor popular, una escuela bolivariana, una universidad para los de menos recursos, un deseo de equidad, justicia y paz.

Vamos presidente, queremos que no se permita más la entrada a nuestro país a aquellos enemigos históricos, sabe, Santander y España. Queremos gritar con dignidad que de eso sujetos no queremos nada, porque ellos vienen a nuestra patria a maldecirnos, a beberse nuestras aguas, a tragarse nuestros alimentos y después nos pagan mal, presidente. Queremos que nos de permisos para rescatar aquellas frases del libertador: “españoles y canarios…”, anhelamos que sepa que hemos resuelto que usted nos dirija siempre y que nos diga que de Europa ni el vino. Queremos presidente que nos siga dando luz, para que al andar los caminos los baches no nos hagan caer y el enemigo nos capture. Queremos que nos permita luchar contra los fascistas, los traidores, los falsos estudiantes, los mequetrefes históricos, los intelectuales de lenocinios, y las damiselas de lupanares…¡queremos luchar de una vez, presidente!

aenpelota@gmail.comn


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

 legavicenta@gmail.com      @legavicenta

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