Pare de Sufrir

El extraño caso del movimiento Jekyll y el funcionario Hyde

A los ojos de sus familiares y de su novia Masa, resulta cada vez más desconcertante la conducta del movimiento Jekyll.

Ampliamente admirado por su solidario trato con los necesitados y su afán de resolverles los problemas, por períodos el movimiento Jekyll se encierra y resulta imposible localizarlo.

Al mismo tiempo, por la puerta trasera de su casa irrumpe el detestable funcionario Hyde atropellando personas y derechos con la invención de trámites estrafalarios.

¿Quién no conoce al movimiento Jekyll, su ideología progresista, su obra innegable, su trayectoria sin desvíos e insobornable? Pero del funcionario Hyde apenas se divisa su prontuario politiquero de saltaperico, su alijo de pasaportes y de carnés partidistas, sus pasantías en el Opus y camarillas neofascistas, su monstruosa capacidad de cambiar de colores y apariencias.

Estimulante es conversar con el movimiento Jekyll sobre tantos temas hermosos: marxismo, revolución, socialismo, solidaridad.

Mas la dicha se va al pozo cuando lo suplanta el funcionario Hyde y trata de vendernos como ideas un revoltillo de Sai Baba con cuánto hay pa’ eso y cómo voy yo ahí.

En pleno día, el movimiento Jekyll predica desinterés y moral revolucionaria.

Mas esa noche se divisa al funcionario Hyde en dispendiosos restoranes diciendo que no es malo ser rico y alcahueteando bingos y casinos prohibidos en el Código Penal.

La austeridad es tarjeta de recomendación del movimiento Jekyll, quien a pleno sol exhibe medios de vida modestos y sencillez franciscana.

Pero al caer las sombras ya el funcionario Hyde ostenta prendas de marcha, vehículos de lujo, bandas de guardaespaldas, cargamaletines y cargacelulares, involucrado en saraos fastuosos, francachelas miliunanochescas y derroches multimillonarios.

Desconcertada sigue su novia Masa por las desapariciones frecuentes de su fiel enamorado, el movimiento Jekyll, modelo de fidelidad y amor constante más allá de la muerte.

Escandalizado está el vecindario por contubernios escandalosos del funcionario Hyde, por turbias promiscuidades con barraganas, financistas, inversionistas, especuladores, boligarcas y neoliberales.

Irreprochable es el movimiento Hyde cuando predica cancelar los impuestos, arrancar del vacío bolsillo de la madre marginal hasta el último solitario centavo para pagar por la compra del artículo de primera necesidad el impuesto neoliberal y recesivo del IVA.

Mas cuando canta el gallo de la pasión, el funcionario Hyde con suicida prodigalidad exonera de impuestos a transnacionales y ciudadanos extranjeros hasta por 17.875 millones de dólares anuales, que en jubilosa comitiva engordan los paraísos fiscales o financian las bases militares con las cuales espera aniquilarnos el imperialismo.

Masa aprendió de su adorado movimiento Jekyll el concepto de soberanía, el principio constitucional por el cual mientras Venezuela siga siendo independiente no puede ni debe obedecer a funcionarios, leyes ni jueces o árbitros extranjeros.

Pero en la tiniebla el funcionario Hyde perpetra sentencias donde dice que, por "manifestación de voluntad", cualquier burócrata puede anular la Constitución y soberanía y someter a Venezuela a tribunales y árbitros extranjeros para que la condenen según leyes foráneas y le embarguen bienes y reservas internacionales.

Lírico y ecologista, el movimiento Jekyll exalta a su novia Masa las bellezas del paisaje venezolano, la necesidad de protegerlo y apreciarlo mediante un turismo interno conservacionista.

Mas el contaminante funcionario Hyde ampara a quienes tapan ciudades, paisajes, bellezas naturales y monumentos con una costra de mugrientas vallas que no dejan ver nada de nada, y confunden recreación con tarifas prohibitivas para los nacionales, turismo sexual para gringos, descanso con privatización de las playas y esparcimiento con casinos que lavan dinero del crimen organizado.

A trompadas se fajó el movimiento Jekyll en defensa de su novia Masa para sancionar normas contra el abuso de los medios audiovisuales.

Mas noche y día el funcionario Hyde tolera que medios de señal abierta y por suscripción sean letrina audiovisual que viola toda norma, cloaca de prohibida publicidad por emplazamiento e inserción, basurero de interrupciones y cuñas que sobrepasan la extensión permitida, en desmoralizadora lección de que ni las leyes se cumplen ni las autoridades las hacen cumplir.

Masa se enamoró del movimiento Jekyll mientras este le cantaba canciones de Silvio Rodríguez al mismo tiempo que el funcionario Hyde vendía costosísimas entradas para conciertos de Soledad Bravo; pero ahora que Soledad Bravo canta a Silvio Rodríguez, Masa siente que su brújula no trabaja a tiempo completo.

Cada vez con mayor frecuencia, cuando la novia Masa busca a su idolatrado movimiento Jekyll, lo único que encuentra es una página web que nunca abre puesta allí por el mugriento funcionario Hyde.

A veces siente Masa que su amado movimiento Jekyll se debilita pues, a pesar de sus esfuerzos, no puede poner coto a las tropelías del cochambroso funcionario Hyde.

MilesdevecesMasalehadado fuerzas a su idolatrado movimiento Jekyll con el poder del amor y del voto, pero ahora teme leer postulaciones no sea que sólo esté candidateado en ellas el gangrenoso funcionario Hyde.

Masa extrema su vigilancia aterrada por las versiones que sostienen que el movimiento Jekyll y el funcionario Hyde son la misma persona; por los días goza como transportes gloriosos los escasos instantes en que puede hacer contacto con el movimiento Jekyll y por las noches se esconde temiendo la irrupción necrofílica del monstruoso funcionario Hyde.

Pero Masa, el movimiento Jekyll y el funcionario Hyde son una sola y única persona, y Masa la única que, con su amor, su vigilancia y su exigencia, puede decidir el triunfo del uno o del otro, y sobre todo el triunfo de ella misma.


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Luis Britto García

Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo. http://luisbrittogarcia.blogspot.com

 brittoluis@gmail.com

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