El panorama electoral latino es complejo por una falta de liderazgo a nivel de las comunidades y donde los rangos de NI – NI o indecisos arropan un percentil aproximado del 35, (treinta y cinco), por ciento. Lo que ratifica que el voto es el símbolo vital para incorporar hombres y mujeres hacia una realidad poco utópica.
La idea central es monopolizar los números hacia una sola tendencia política y lograr una concertación hacia la división y control del poder público. Es la búsqueda de un nuevo concepto religioso que invoca a la motivación de algunos bodrios que todavía desean ser protagonistas políticos, más no ideológicos. Ahora, ser militante exige una verdadera vocación partidista y concentración hacia un servicio público equitativo, donde, todos debemos abogar por una incentivación de la ciencia, tecnología e industrialización del país.
La crisis del sistema capitalista en su carácter económico ha vulnerado algunas áreas socioeconómicas dañando el aparato productivo y la capacidad de empleo en la región. Lo más importante es trabajar para lograr incrementar la producción y avanzar en la estabilidad ideológica de los proyectos internacionales que nos traen equidad y justicia social.
El escenario latino constituye un elemento por la imagen de Perú, Colombia y Chile. Estos tres Estados Sureños vienen marcando diferencias por los intereses que señalan su relación con Estados Unidos y el dialogo fluido con Estados que tienen una dirección significativa hacia la derecha. Lo importante es recopilar los datos históricos y visualizar el diálogo permanente de estos países con instituciones de la alianza norteña e Inglaterra, quienes buscan reagrupar las ideas sobre el nuevo Imperialismo.
La historia, refleja espacios insensatos de una realidad que implica una monótona secuencia de formulas que prácticamente han detenido el progreso. Los griegos no creían en el progreso y la democracia para ellos constituía una realidad perceptible de jornadas laborales. La política, no debe ser nuestra única pasión, el hombre entregado a la política debe conocer de literatura, filosofía y artes. Algo de religión. La cultura y el campo ideológico son dos facetas del mismo movimiento humanista que implica una ala de la pasión y el equipo ministerial del presidente Chávez , como algunos ediles y gobernadores deben tener la capacidad surrealista para consultar libros sobre socialismo y esforzarse por la Nación.
Es necesario regresar a los partidos políticos para definir nuestras ideas. Dejar atrás a la Iglesia para que los teólogos no se transformen en escritores y amantes de la poesía, hay que, compartir los sentimientos con el pueblo para que los críticos dejen de ser tímidos y nos atrevamos a decir en público, nuestras reflexiones para compartirlas.
La historia es universal, los procesos ideológicos se logran con la unidad del pueblo. La democracia y el socialismo son instrumentos que se convierten en servidores de la justicia para darle lugar a una descripción de una libertad absoluta que influye en los métodos que humanizan el gran mercado bursátil. Tenemos que salir de los espejos que mediocrizan nuestros pensamientos: la televisión, la prensa y la radio unípensantes. Estas herramientas vienen descubriendo las mismas imágenes hasta repetirlas un sin fin de veces, convirtiéndonos en una manada de borregos.
Hay que asumir los gustos e ideas de una nueva República fortalecida por la acción de las comunidades. Las visiones de la historia- Octavio Paz- son un punto de vista. Nosotros, apliquemos a cada grupo comunal la fe universal de una nueva ruptura socioeconómica para transformar a Venezuela en una nación viable y progresista, ya que, los griegos nos guiaron con sus pisadas la ruta que nos describe la historia de otros pueblos, solo resta el análisis y la interpretación valida de los editoristas de prensa.
Edo Carabobo. Venezuela
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