Resulta difícil hacer pronósticos para el año que comienza. Y si algo hay que destacar en los pronósticos es que será un año de importantes definiciones que acentuarán la confrontación. Lo vemos con las medidas cambiarias, el tema eléctrico y el combate a la especulación. Confrontación que se suele atribuir, en una versión sesgada exclusivamente al chavismo, lo que es incierto, y que se agudiza debido a la complicada situación de la oposición. Entendiendo por ésta, no a la partidocracia puntofijista que sobrevive, a grupos y grupúsculos que la integran, sino a aquellos poderes fácticos que se mueven tras la fachada política. Si algún dato extraído de la realidad cabe destacar, es el proveniente de esa compleja situación. La partidista, repito, poco importa. Tiene un techo y designios que, dada su debilidad, no representan peligro para el orden constitucional y democrático. Lo que sí implica riesgo es la actitud de la oposición mediática y la de aquellos factores desestabilizadores que se mueven con decisión y cohesión tanto en el país como en el exterior.
La trama la integran, adentro, grupos económicos que conservan poder y medios de comunicación nostálgicos de los años 2002-03 que alimentan la polarización y emiten mensajes destinados a socavar el estado de derecho. Basta con poner atención a las informaciones manipuladas que, reiteradamente, son difundidas por esos medios. Informaciones cuyo objetivo es la descalificación de los funcionarios del gobierno, los dirigentes socialistas y de cuanta persona esté vinculada al proceso. Se intensifican las informaciones contra las instituciones, todas sin excepción: poderes públicos, Fuerza Armada Nacional Bolivariana, organismos policiales, misiones y partidos del proceso. Son blancos privilegiados la administración de justicia en todos sus niveles, acusada de corrupta e inepta; el Poder Ciudadano, en particular la Contraloría General de República y el Ministerio Público, y, desde luego, los organismos que tienen a cargo los servicios públicos.
Igual ocurre con las gobernaciones y alcaldías bolivarianas. En el centro de la campaña mediática está la Asamblea Nacional, la cual es presentada como símbolo de vagancia, ineptitud, y muestra palpable de engaño a la voluntad popular. Esta actividad sediciosa interna se conecta a la que se adelanta en el exterior. Las fuerzas más reaccionarias de EEUU y de la región forman un sólido bloque contra Venezuela y el presidente Chávez. Con el paso del tiempo se agudiza la campaña de amenazas, descalificaciones, falsificación de la realidad e identificación del país con la violencia terrorista y el narcotráfico. Voceros de esa política son algunos miembros del Congreso de EEUU, los declarantes oficiales de la Casa Blanca y, ahora, representantes del Pentágono y el Comando Sur, con lo cual se define el carácter militar de la ofensiva. El dinero corre en abundancia y hay serios indicios sobre del apoyo crematístico de organizaciones norteamericanas ligadas a la CIA -y a otras agencias de inteligencia-, a medios de comunicación, partidos políticos y dirigentes de oposición. En fin, la conjura perfecta.
Lo que señalo es parte del laberinto 2010. Una oposición partidista debilitada, viviendo, por ahora, de la ilusión de ganar las elecciones parlamentarias de septiembre, pero al mismo consciente de su fragilidad; de su carencia de liderazgo, de proyecto de país, de organización y de unidad. Ese perfil, de acentuarse en los próximos meses -y todo indica que será así-, puede conducirla a la desesperación. A repetir el salto al vacío de la abstención, o a que los duros copen de nuevo el escenario y se embarquen en otra aventura. Para lo cual cuenta mucho el apoyo externo y el efecto de demostración del libreto hondureño.
En esas circunstancias la oposición es capaz de recurrir a los atajos más insólitos y, obviamente, el chavismo debe estar alerta. Sobre todo Chávez, quien ha demostrado capacidad para sortear con éxito situaciones críticas. Hay una señal que conviene ponderar: las últimas encuestas indican que la figura del presidente cuenta con un apoyo de 60% y que el Psuv triplica a todas las organizaciones de oposición juntas. El estímulo a la confrontación, tensar la cuerda de la polarización, constituye para los sectores aventureros una estrategia atractiva, fríamente calculada, pero que no tomaría de sorpresa al chavismo. Chávez no rehuye el desafío: sabe encararlo, a su manera. Como lo ha hecho cada vez que ha sido necesario. Creo que ahora lo hará de nuevo, profundizando medidas económicas y sociales y aplicando con decisión el ordenamiento jurídico. Lo cual no es, como dicen sus adversarios, acumulación de poder, autoritarismo, sino fortalecimiento del proceso revolucionario y toma de conciencia de que hay una batalla cotidiana en la que el adversario emplea todo tipo de recursos. Una transformación profunda implica división en dos bloques: el que la apoya y el que la rechaza. Y como dice el refrán popular, "lo que es igual no es trampa". Chávez y el chavismo tienen que estar dispuestos a salir del laberinto: a ganar con el voto popular la batalla de las parlamentarias y a derrotar con el poder del Estado revolucionario cualquier intento de la oposición, interna y foránea, de promover la violencia. O mejor, el golpe de Estado. Y frustrar así los pronósticos, nada inocentes, que se vienen haciendo para este año 2010.
LABERINTO
En las últimas encuestas -las manipuladas y las que se reservan suscriptores privilegiados- hay un dato sólido y constante: más de 60% de los consultados está a favor Chávez y del Psuv; mientras que menos de 40% lo hace por la oposición…
No obstante, en el análisis de esas encuestas, en particular las de diciembre y enero, hay una coincidencia: mientras el chavismo cuenta con un sólido liderazgo y maquinaria en todo el país, la oposición carece de ambos factores. El chavismo está articulado y la oposición desarticulada. Lo que hace pensar que con la dinámica que Chávez le imprima a la acción de gobierno en los próximos meses y su actividad en la campaña electoral, el resultado de septiembre para la AN constituirá un serio desafío para la oposición. A esta observación hay que agregar que el desaliento ante la perspectiva de un pobre resultado, afectaría la unidad de la oposición e introduciría en su seno pugnas por los puestos salidores y estimularía la idea abstencionista...
Dicen que ahora el principal asesor de Obama en la Casa Blanca es Bush…
La Procuraduría de Colombia reconoce que en 16 años (del 80 a 2006) 150 mil personas fueron asesinadas por los paramilitares. Éstos grupos fueron creados por los factores que luego conformaría el poder de Uribe…
¡Miserable!: Pat Roberson, el pastor evangélico norteamericano que recomendó asesinar a Chávez, declaró ante la tragedia de Haití que se trata de un castigo divino porque su pueblo abrazó el vudú hace 200 años cuando se liberó de los franceses…
A mi columna del pasado lunes sobre Caldera, la tecnología le jugó una mala pasada: eliminó el epígrafe que definía su contenido. Una frase de André Malraux, tomada de su biografía sobre Lawrence de Arabia: "Todo gran orgullo adopta fácilmente la forma de una moral".