La estupidez de la farsa transnacional

Hay una farsa transnacional tan torpe, que no dudamos en denominarla “la estupidez de la gran farsa”, pues de otra manera no puede ser denominada esa combinación informativa desarrollada por los opositores a la revolución, caracterizada por las declaraciones de un funcionario colombiano, quien tiene la desfachatez de declarar que << esperan una señal de buena voluntad del gobierno de Venezuela para resolver las diferencias comunes y combatir a los enemigos de la región: “El narcoterrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado”>>.

Mientras eso ocurre por los lados del vecino país, acá en la capital presuntos dirigentes (que imagina uno que no lideran a nadie en sus casas) del devaluado CNP asisten a la sede de la Unión Europea, a los fines de entregar una carta y un video en el que denuncian una presunta elaboración de expedientes contra reporteros y una funcionaria del Colegio de Abogados de Caracas, se queja porque “el Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, pretenda que los jueces, fiscales y defensores públicos sean egresados de la universidad bolivariana”.

Frente a a esta especie de mascarada hay que decir, primero que nada, que no tenemos que enviar ninguna señal de buena voluntad a Colombia para resolver nuestras diferencias, porque los eternos y permanentes agredidos somos los venezolanos. El narcotráfico, el narcoterrorismo y el crimen organizado nacieron auspiciados y organizados por la oligarquía civil y militar de esa nación. La única señal que damos es la de respeto a la ciudadanía de Colombia, ignorar y cuidarnos de su oligarquía y gobierno y fortalecer nuestras relaciones con otros países hermanos.

En cuanto a las lastimeras acciones de presuntos dirigentes del CNP, dejémoslos a un lado para que sigan viviendo con los libretos y guiones de mentiras a los que están acostumbrados, tratando de inventar, con un farisaico y patético rebaño de eurodiputados derechistas, que no llegan a cincuenta (de un total de más de 700 parlamentarios), como alborotan de nuevo.

La ilegítima directiva del golpeado CNP, electa con menos de tres mil votos, de más de 20 mil comunicadores que somos, no es una instancia que debe ser respetada, por ahora, puesto que ya sabemos que se trata de un espúreo grupo pro-empresarial que nada tiene que ver con el periodismo, la libertad de expresión, la solidaridad ni nada que se le parezca sino con algo que llaman mercado, euros o dólares.

Y en cuanto a que el Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, supuestamente pretenda que jueces, fiscales y defensores públicos sean egresados de la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV, hay que decir que, en el caso de que sea cierta tal presunción, deberíamos probar con un nuevo modelo de desarrollo y aplicación de la justicia, porque el que hemos tenido, ese de “pague para que pueda resolver su vida”, lo que ha dejado en la nación es un reguero de injusticias, y si no lo creen, revisen el número de cárceles que hemos tenido y la cantidad de personas que han sido enrejadas en Venezuela, desde que presuntamente vienen aplicando las leyes en esta nación. Como se puede apreciar, es toda una gran farsa manejada desde afuera. ¿Qué tal? 


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Pedro Estacio


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