Con motivo del nuevo ministro de salud

Otro que se va frustrado y otro que fracasará

Como era de esperarse, el Ministro del Poder Popular para la Salud y cuyo nombre no vale la pena enunciar, fracasó en su gestión y su fracaso es compartido. Su fracaso es responsabilidad de él por haber aceptado tareas que no son sus naturales ya que no exhibía el aval de ser un profesional de la salud, mucho menos un experto en la misma y este fracaso lo comparte con alguien que es reiterativo en sus errores y que es testarudo y reincidente en designar a piratas usurpadores en tan importante cargo; por supuesto, nos referimos al comandante de la revolución Hugo Chávez.

Dice el refranero popular, muy sabio por cierto, que no tiene culpa el ciego sino quien le da el palo.

El renunciante ministro de salud, al menos tuvo el mérito de haber presentado su dimisión luego de darse cuenta que el camisón que le entregaron era muy grande para petra y antes que enfrentar la figura humillante de la destitución, la cual se le preparaba, optó por renunciar.

Con la salida del uniformado ministro de salud, se anuncia un nuevo ministro, al igual que el anterior, militar; con una pequeña variante, este no es activo; este nuevo ministro está en situación de retiro, que a la sazón es más de lo mismo; inexperto, al igual que sus predecesores, igualmente militares, para enfrentar y manejar el complejo mundo de la salud.

Como lo hicimos con los anteriores, desde este portal, la mejor de las suertes para el nuevo ministro de salud. Empero, como dice también el refranero popular, deseos no empreñan y sabemos que no la tendrá y las razones, las mismas: su ignorancia y empirismo en la materia.

En sus primeras declaraciones, el nuevo ministro de salud, ha reconocido que la misión barrio adentro ha venido confrontando problemas; tal el caso de la deserción médica en los módulos de atención primaria, pero que a su juicio, el problema se ha venido solventando con el correr de los meses.

Nos duele tener que decirle al ministro recién estrenado, que está mal informado, porque la deserción de médicos de la misión barrio adentro continúa y más agravada. A ello se ha añadido la deserción médica de sus puestos de trabajo de los médicos residentes de los hospitales dependientes del ministerio del poder popular para la salud quienes han preferido emigrar al sector privado de la medicina, que mantenerse subsistiendo, sub-salariados y mal formados al amparo de la administración pública.

Ahora bien, lo que no expresa el ministro es el por qué se dieron esas deserciones que en la actualidad se siguen dando. Y ojo, no estamos hablando sólo de médicos venezolanos, sino también de médicos cubanos.

La respuesta la tenemos y en anteriores artículos lo hemos expresado y ello obedece al nulo incentivo en lo académico, en lo profesional, en lo salarial y en lo referente a la seguridad social de la cual carecen los profesionales médicos que laboran en la misión barrio adentro y en todas las dependencias de salud para la cual sirven; aunado a lo precario de la existencia de insumos en esos cascarones llamados CDI en donde el médico no presta un servicio, sino que embrutece viendo pasar los avances de la medicina ante sus narices a los cuales no tienen acceso porque el Estado no se los facilita.

Y es que la misión barrio adentro no les brinda a los médicos la oportunidad del avance académico; la misión muele al médico, lo mantiene en el obscurantismo de la ciencia, catalogando de mercader y de oligarca a todo médico que aspire crecimiento en lo profesional. ¿Alguien, por ejemplo, ha escuchado de un programa de becas o un programa de educación médica continua para los médicos que laboran en la misión?

Si bien la misión nace por la urgida necesidad de llevar asistencia médica directa a la población más necesitada, ahí directamente servida en su barrio y esto fue comprendido por la legión de compatriotas médicos que se sumaron a ella con esa finalidad; hoy, después de 10 años de proceso revolucionario y de más de un lustro de la misión barrio adentro, el Estado, y el máximo representante del Ejecutivo Nacional, el Presidente de la República, no han entendido que no sólo de pan vive el hombre, sino que, para poder llevar esa tan cacareada solidaridad social al pueblo, el profesional de la salud tiene el derecho de capacitarse y el Estado la obligación de capacitarlo haciendo que los avances de la ciencia médica lleguen a estos profesionales; con programas de formación académica en centros de salud ad hoc, en donde nuestro profesional de la salud complete su formación; formación que redundará en mejor servicio; con una medicina buena; de país desarrollado; gratuita que también es una forma de construir socialismo, pero esto no se dará en tanto y en cuanto el ciudadano presidente siga designando a ignorantes como ministros de salud, haciendo que la salud en Venezuela no pase de ser una extensa geografía nacional plagada de módulos de atención médica primaria de barrio adentro, bastante feítos por cierto, contrastando con espectaculares CDI en lo meramente físico-estructural, pero ineficientes en lo más profundo de sus entrañas; con profesionales de la salud que puertas adentro en esas dependencias hacen una medicina primitiva; de mala muerte; tercer mundista, con un rezago de más de cincuenta años en tecnología médica de punta que convierte al médico venezolano y cubano que labora al servicio del Estado y en particular en la misión barrio adentro, casi que en brujos curanderos del siglo 21.

Es lamentable tener que decirlo, pero el desastre continuará en tanto no se coloque al frente del despacho de salud a un eficiente gerente en salud; así el término gerente suene a capitalismo del más salvaje, pero no encontramos otra palabra que la pueda sustituir, gerente este que sepa aglutinar todos estos elementos, vitales para el disfrute de un eficiente y prestigioso Sistema Nacional Público de Salud.

En tanto eso no ocurra, cuesta abajo será la rodada en materia de salud por parte del Estado Venezolano.

¡El que tenga oídos, que oiga!

(*) Dr. Médico
Médico


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Eliécer Alvarado (*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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