Lo del golpe eléctrico, ya mencionado y alertado, entre otros por José Vicente Rangel y comentado por el Comandante Presidente, no es algo como para echarlo en saco roto, existen antecedentes muy dolorosos, y de altísima gravedad, como lo del paro petrolero, algo que jamás podrá ser olvidado por quienes fuimos víctimas que bien se puede afirmar es el país entero, incluidos los victimarios, que por cierto en un número superior a los 20.000 andan en la calle aquí y fuera del país, con sed de venganza, y alimentados por un imperio que se la tiene jurada, al Proceso Bolivariano que ha tenido no solo la osadía de desenmascararlo, sino de demostrar con creces cómo es que el socialismo, es la única vía para lograr la mayor felicidad de la mayoría y no de unos pocos.
Es gente que se siente guapa y apoyada, y a ellos se suman quienes dentro de las empresas eléctricas quedan de la cuarta con un reconcomio, mezclado con odio y desesperanza, son los agentes que con toda seguridad están maquinando cómo hacer para que el gobierno no se anote un nuevo triunfo ante una crísis, que es en parte heredada como rémora capitalista nada menos que de cuarenta años, que hicieron depender a todo un país de un río para la generación de la energía eléctrica.
A ese grupo nada despreciable por su número, aunque sí por sus ejecutorias, hay que agregarle las exportaciones que de manera premeditada y alevosa nos vienen desde Colombia, con sicarios y paramilitares, bien entrenados para ejercer acciones de muerte y sabotaje; ya nadie se atreve a negar que los tenemos incluso, casi ante nuestras narices, esperando la oportunidad para lanzar el zarpazo.
Es entonces obligante que gobierno y pueblo de la mano, extrememos las medidas de inteligencia, el gobierno con sus mejores y probados hombres, pues nada de extraño sería que hasta en esos niveles haya infiltrados y quinta columnas y el pueblo con su sabiduría y capacidad para darse cuenta de la presencia de extraños que de repente se aparecen en las comunidades tratando de mimetizarse con la población; pero es indispensable que exista un canal de comunicación que sea expedito y sin obstáculos, entre estos dos pilares de la Revolución, que en cada población existan células con capacidad de informar casi en tiempo real la presencia de sospechosos, y que quien reciba la información investigue de inmediato para ver quién y qué hace determinada persona que sea señalada por el poder popular.
Estamos en una guerra contra un enemigo muy poderoso con altísima capacidad para acciones de terror, y no hay nada que se pueda ni deba descartar-
Es de esperar entonces que la preocupación que muchos ya han manifestado y que yo humildemente hoy suscribo, se esté tomando muy en cuenta en las altas esferas de gobierno para evitar situaciones de dolor que tendríamos que lamentar por imprevisiones u omisiones.-
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