Se acercan las parlamentarias, más de tres mil postulados bolivarianos van a una contienda preliminar. Es, sin dudas, una importante confrontación interna que merece análisis.
En las postulaciones el factor individual fue exclusivo, las proposiciones fueron personales, no hubo discusión en las patrullas, se deduce que los proyectos particulares dominaron el proceso, y por lo tanto las “ofertas electorales” tendrán una gran carga de individualismo. Las ideologías fueron soterradas, pero se manifestarán disfrazadas de personalismos. En estas condiciones, es ingenuo pensar que no habrá roces, resentimientos, tensiones, al contrario, el peligro de la disgregación se eleva.
El imperio sabe que desunirnos es un requisito para su zarpazo. Tanto lo necesitan, que sacrifican a uno de sus mejores cuadros infiltrados, al gobernador de Lara, pero simulan dejarlo en el campo revolucionario, haciendo daño, dividiendo. Asimismo, siembran cizaña en los partidos cercanos. Intentarán ahondar toda diferencia, tentar a las debilidades, profundizar dudas e incomprensiones, así fomentarán la dispersión. Preparan el terreno.
Estamos en medio de una turbulencia que amenaza la existencia de la Revolución , el imperio ha decretado la muerte del proceso, ya los más conspicuos voceros oligarcas hablan de la posibilidad del desenlace en este mismo 2010. Los envalentona el apoyo gringo.
El plan tiene varias facetas, la más fuerte es debilitarnos en las elecciones de septiembre, y cuando la Revolución se debilite vendrán por la cabeza de Chávez.
Paradójicamente, el imperio y la oligarquía criolla saben mejor que nosotros la importancia de Chávez para la Revolución. Ese es su objetivo, contra él enfilan todas sus infamias.
Chávez es el único factor indiscutible de unidad, por tanto, después de elegir los candidatos, es necesario restañar heridas y aglutinar las fuerzas bolivarianas, y eso sólo lo puede garantizar Chávez, la unidad sólo es posible en torno al Comandante.
El electorado, la masa revolucionaria, debe entender y sentir que en septiembre no sólo está eligiendo un diputado, está decidiendo el destino de Chávez, es decir, el destino de esta sociedad y del continente.
Una buena sugerencia es unirnos: El partido de forma orgánica, que más que la suma de individuos es el entramado de su organización, unido al pueblo bolivariano, los obreros, campesinos, todos a formar Grupos de Amigos de Chávez, encargados de garantizar el triunfo en septiembre.
Hacerlo sin complejos, sintiendo orgullo de ser Chavista, que es la única manera de ser bolivariano, de ser revolucionario, desechando las consejas de filosofastros que hablan de “hiperliderazgo”, de “príncipe”, de “culto a la personalidad”, argumentos que buscan debilitar el pilar más fuerte de la Revolución.
A las elecciones debemos ir con un factor aglutinador, de unidad, que saque a la contienda de su mezquino entorno, de los límites castrantes del circuito electoral, que la coloquen en la justa dimensión del riesgo que corremos. Si al contrario, por ingenuidad, por populismos tontos, por anarquismos destemplados, nos privamos de este factor que es Chávez, la derrota es inevitable. Y ya sabemos que no hay tiempo ni espacio para errores.
¡Chávez es Unidad!
¡Irreverencia y Lealtad!
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