La caída de una revolución avisada (IV)

Viernes 12 de Abril de 2002

Los medios golpistas nacionales presentaban programas maratónicos con los
gladiadores, centuriones y héroes que habían logrado derrocar al gobierno
nacional, se deleitaban con sus hazañas y la mayoría se insuflaban de
mentiras y engaños sensacionales. Napoleón Bravo, fue uno de ellos, cuando
inició su programa “24 Horas” de ese día, apareció en la pantalla con una
sonrisa de oreja a oreja y le dijo en tono cínico a los televidentes:

-Buenos días, tenemos nuevo presidente. -Posteriormente dio lectura a la
supuesta renuncia de Chávez y se vanaglorio, diciendo que en su casa y al
lado de su esposa, la periodista Ángela Zago, era que se habían hecho todas
las estrategias para esa brillante acción que hoy les concedía la victoria.

Ya Pedro Carmona Estanga había tomado posesión del despacho Presidencial y había convocado a una reunión a las 8.30 de la mañana con el gremio de empresarios, al palacio comenzaron a llegar los golpistas, todos querían conversar con Carmona.

En horas de la mañana el personal periodístico, administrativo, técnico y
obrero se presentó a laborar normalmente. El Jefe de Información, el de
Redacción junto con mi persona y varios periodistas, nos reunimos para
realizar una evaluación política de la situación que se presentaba en el
país.

-Que verga, todo esperaba menos que este “cabrón” nos fuera a traicionar -nos
dijo una colega y prosiguió- yo pienso que así no podemos hacer nada,
estamos amarrados y lo que estamos buscando es que nos jodan.


-Tenemos que seguir adelante, -expreso el jefe de información- somos
periodistas y vamos a buscar como sacar la verdad hacia fuera.


-Coño, tu no ves las amenazas y las provocaciones que nos mantienen en un mar de
nervios, anoche llamaron a mi casa, hablaron con mi marido y lo cagaron, -la reunión se rompe cuando escuchamos un ruido ensordecedor, eran gritos de personas que
provenía de la recepción.

9:05 AM. En las instalaciones de la agencia están presentes dos
oficiales, un Coronel de la (GN) de apellidos Pernía Guillen, quien dijo que
estaba adscrito a la dirección de Guardería Ambiental y un Mayor también de
la (GN), venían apoyados por efectivos de la Policía Metropolitana y
personas del pueblo, quienes manifestaron que estaban allí en calidad de
testigos.

Después de identificarse en la recepción gritaron que se trataba de un
allanamiento, que todos nos pusiéramos contra la pared y que le llamaran al
Director porque venían hacerlo preso.

De inmediato me identifique como el Director del organismo, junto conmigo se vino todo el personal y se agolpo en la puerta de entrada.

Al verme el coronel, me dijo:

-No se resistan, usted esta detenido, esto es un allanamiento, recibimos una
llamada y ya sabemos que están sacando información, rompiendo documentos y
dañando los equipos, –con furia continuo el Coronel- vamos a entrar y
como testigos están todos estos ciudadanos que nos acompañan. ¿Dónde está el verdadero
Director?

-Yo soy el Director, pero para que usted pueda ejecutar ese atropello,
necesito ver la orden de la Fiscalía. –Le respondí.

-No hay orden, la orden es este pueblo que nos acompaña, además ejecutamos
este acto porque nos duelen los muertos que su tirano cometió ayer. Aquí
estamos los representantes del nuevo y democrático gobierno nacional. -Todos gritaban y nos amenazaban.

-Coronel, lo lamento –le respondí mirándolo a la cara- si no hay orden no
permitiré que ustedes pasen.

Todo el personal me apoyó y también comenzó a gritar, reseñando que solo
éramos periodistas y cumplíamos con nuestro deber.

-¿Dónde está el Mayorcito Navas? ¿Por qué se esconde? ¿Ya se asiló en Cuba?
-Me grito el Coronel desafiante e irritado.

-Dígale a su gente que se ponga contra la pared, –mirando al oficial de la
Policía Metropolitana le ordenó- regístrenlos a todos, deben de estar
armados.

-No lo vamos a hacer y ninguno va a pasar. -Le dije con suma paciencia.

-¿Se Rehúsa al nuevo gobierno nacional?

Tómelo como quiera, pero estas instalaciones la vamos a defender hasta las
últimas consecuencias, pase lo que pase, cueste lo que cueste y no vamos a
utilizar armas, sino ideas.

-¡Ah!.. Usted lo que quiere es plomo, quiere mas muertos.

En ese momento llegó nuestra Gerente General, quien se solidarizó con la
mayoría de nosotros, pues en ese mismo instante se comenzaron a difundir
criterios diferentes y se cayeron las caretas, dos de nuestras colegas
iniciaron la oración de alabanzas al nuevo gobierno y una de ellas grito:

-Aquí se nos maltrata simplemente porque somos adecos y porque no
compartimos los ideales del loco.

-Eso es mentira, es una calumnia, - le dijo otra colega- coño fulanita, yo
sabía que tú estabas metida en este peo, pero no creí, pensé que por
respeto a tu profesionalidad nunca llegarías al extremo de jodernos de este
modo.

Cuando el tumulto se iba a lanzar contra nosotros por la fuerza, las puertas
del ascensor se abrieron e hicieron acto de presencia los fiscales públicos
31 y 11 del Área Metropolitana de Caracas. Otra colega se había contactado
con La Fiscalía General de la República y solo 45 minutos estos tardaron
en llegar al organismo. Inmediatamente solicitaron reunirse en privado con
los funcionarios que allanaban la agencia y con la promesa que
posteriormente se reunirían con las autoridades de la institución. La
reunión duró aproximadamente unos 30 minutos, luego las dos licenciadas que
se habían quitado las caretas, solicitaron una reunión privada con los
fiscales y los oficiales que nos allanaban, demanda que les fue satisfecha.
La sorpresa para el resto del personal fue muy dura, ellas eran las
cómplices con unos militares golpistas, de todo lo que estaba sucediendo.
Hable con los Fiscales y estos me aconsejaron que debido a la circunstancias
y a las acusaciones de las colegas, era prudente mostrarle las instalaciones
a los asaltantes, que vieran los equipos y que allí no estábamos sacando
información como ellos lo aseguraban.

Los medios golpistas no tardaron en llegar, Globovisión filmo todo y movió
con astucia la táctica para buscar una caída, la colega reportera me
entrevisto haciéndome preguntas ingenuas como estas:

-¿Qué estaban haciendo para que el pueblo los allanara?

-Mi amor, esto no es un allanamiento, esto es un asalto criminal al
organismo y hacemos noticias.- Le respondí.

¿Dónde tienen los equipos que destrozaron?

-No sé a que te refieres, tu misma estas comprobando que todo está en su
sitio y que no hay nada destrozado, como dices tu.

-¿A quién le están mandando las informaciones que están sacando?

-Bueno a los medios de comunicación social nuestros, entre ellos a ustedes,
lo que pasa es que no están informando nada.

Nada de esto lo vimos por la pantalla de ese canal. También asistieron Unión
Radio, El Universal, Ultimas Noticias y otros, pero ninguno se atrevió a
decir la verdad. Miento, para sorpresa nuestra, El Universal, en un trabajo
de la colega Alejandra M. Hernández F publicó el hecho y se solidarizó con
nosotros.


Al comprobar que nada de lo denunciado por nuestras colegas era realidad
y que los fiscales levantaban un acta donde se expresaba la integridad
profesional de la agencia y su distinción por su mística de trabajo, y que
la gestión que la manejaba en ese momento, no solo había mejorado las
instalaciones, sino que se preocupaba por darle una nueva cara a la
información, puso al Coronel y todos sus compinches en franca huida, desaparecieron. Era
una victoria ante la inmensa derrota y aunque estábamos perdidos,
reconocimos lo útiles que éramos en esos momentos aciagos. Nuevamente
proseguimos con nuestra reunión, las amenazas telefónicas eran como bombas y
se extendieron a nuestros hogares.

Nos quejábamos de que nos hubiesen dejado solos. El día anterior conversando con el Comandante Lagonell, este se había comprometido en enviarnos un pelotón del Regimiento para custodiarnos y defender las instalaciones, pues en realidad era el único organismo con que ellos contaban para dar información. Decidí comunicarme con el Capitán de Navío, Ríos Vento, Jefe de Inteligencia del Regimiento de Honor. Su voz se escuchaba tranquila y segura:

-¡Hola Víctor! ¿Como están las cosas por allá? Porque por acá parece que asistiéramos a nuestras propias pompas fúnebres.

-Un Coronel, un mayor de la Guardia Nacional, conjuntamente con la Policía Metropolitana, acompañados de una multitud de personas vinieron a allanarnos, -le informe y proseguí- pasamos un mal rato, pero lo resolvimos.

-Tienen suerte, el enemigo está azuzando el pueblo para tomar venganza extrema, al Ministro Rodríguez Chacín y al diputado Tarek William Saab, los arrestaron y los ultrajaron y la embajada de cuba está secuestrada y la acción vandálica la están dirigiendo los alcaldes de Chacao y Baruta.

-Sí eso lo enviamos ya a Telemundo, CNN, Prensa Latina y otras agencias pero no lo han reseñado. Le informé.

-Mira, discúlpame, Lagonell, hablo conmigo, para que te enviara gente para protegerte, eso es imposible, no te puedes imaginar como estamos aquí. Lo que puedan hacer en defensa, háganlo. El Palacio esta lleno, es como si fuesen a repartir una piñata, es un impresionante salón de fiestas, todos están pasando facturas, exigiendo puestos, proponiendo amigos y están preparando el acto de juramentación del nuevo gobierno para esta tarde. Ahora bien, escúchame y haz lo que te voy a ordenar. –Continué en silencio y pensaba que lo único que nos quedaba era el sombrero del ahogado, en eso el Capitán prosiguió- Manda gente para el Palacio, toda la que puedas y tú vente que tenemos una reunión urgente esta tarde, mi Comandante Morao Cardona, tiene algo que decirnos, no falles, te esperamos y mientras tanto busca contacto internacional. Informa que el Presidente no ha renunciado y que está secuestrado por los traidores en la Orchila, Nos vemos.

-Creo que somos los únicos medios que quedan leales-Le acote.

-No, tenemos varios medios comunitarios y alternativos aún firmes y necesitamos unirnos todos, para lo que viene, OK.

- Bien, allá estaré. -Le respondí.

Aunque en esos momentos la causa estaba muerta, nosotros sacábamos fuerzas, estábamos destinados a salir por las rendijas de la derrota, sin ser héroes, para combatir a toda costa y restituir la causa que sorpresivamente se nos había escapado sin darnos cuenta. A golpe de medio día empezamos a recibir boletines del supuesto nuevo gobierno, donde se nos ordenaba anunciar nacional e internacionalmente, que a las 5 de la tarde se juramentarían los miembros que iban a regir los destinos de la patria. El jefe de Información y mi persona convinimos en retener toda información que nos llegara del nuevo gobierno.

(Continuará…)


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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