Hemos visto a lo largo de estos años una Asamblea Nacional sin planteamientos, con manipulación de la participación en el parlamentarismo de calle. Todos sabemos que en la Asamblea Nacional se encuentra un “nido de alacranes” de todo tipo (Mueller Rojas), compuesto por reformistas, vivos y oportunistas, contrarevolucionario de la derecha roja coqueteando con el viejo sistema, los brinca talanqueras o cambiantes de acera a quienes no les importa traicionar a la revolución bolivariana y al camarada presidente Chávez. De la misma manera, hemos visto honrosas excepciones de verdaderos revolucionarios que se enfrentan a los disfrazados de rojo, que solo buscan satisfacer sus ambiciones personales pequeño burguesas.

Hay ya, una larga experiencia de diez años para empezar a perfilar al verdadero revolucionario que, el nuevo socialismo demanda. A lo largo de este tiempo, se ha podido percibir mucha gente inclinada o inclinándose hacia la revolución, y muchos otros coqueteando con el viejo sistema, y otros usufructuando los sueños y mieles de la riqueza fácil y rápida.

Las elecciones a los cuerpos legislativos en septiembre del corriente año son cruciales para el proceso revolucionario en marcha. Se trata de escoger entre dos posiciones: una que representa el pensamiento tradicional cuatorepublicano, atado a las viejas prácticas reformistas del pasado; y otra, que plantean los  revolucionarios convencidos y decididos a llevar a feliz término la transición que hoy se vive, y empezar pronto el despegue definitivo hacia la sociedad socialista.

Por lo tanto, llegó el momento histórico de trascender y que el poder popular se ponga en sintonía con el sendero que marca el proceso revolucionario, bolivariano y socialista. Es tiempo de asumir posiciones en un proceso trascendental y significativo de nuestro acontecer sociopolítico, largamente deseado y buscado en el pasado, ahora materializándose con mucho esfuerzo y superando obstáculos inesperados.

Es momento que la revolución bolivariana necesita nuevos avances, nuevos empujes, y sobre todo, el efecto facilitador del Psuv como orientador, no solo de las políticas de la revolución bolivariana sino que su práctica se inserte en al sociedad venezolana para transformarla; para lo cual le corresponde ahora, a los militantes de base verdaderamente revolucionarios del Psuv, llevar candidatos a la Asamblea Nacional que salgan del debate político ideológico y no politiquero, donde mediáticos y macolleros, deciden nuestro futuro delante de una cámara de televisión o en una oficina, utilizando el ventajismo del poder desde las instituciones de gobierno, en algunos casos.

Tenemos que dejar de llevarnos por impresiones emotivas, de quienes aparecen  gritando lo primero que se le ocurre y diciendo lo que les da la gana para promover su imagen con un discurso vacío y demagógico, en algún medio de comunicación. No podemos escoger candidatos con los ojos cerrados. Debemos obrar guiados por un perfil político e ideológico que se fundamente, en el trabajo social de base y una trayectoria incuestionable. Solo así, radicalizaremos la revolución y la Asamblea Nacional servirá para construir el proyecto socialista del siglo XXI.

Pues bien, no es tarea fácil detectar a los convencidos de la revolución y descartar a los oportunistas aprovechadores y saltimbanquis, para que de esta nueva cosecha emerjan cuadros reciamente revolucionarios, ampliamente instruidos, de profundas convicciones ideológicas y de sentir y actuar, honesto y digno.  “Hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las repúblicas”, apostrofaba Bolívar.

Quién más llamado a opinar que las mismas bases del Psuv. Los militantes de base del Psuv conocen a cada cual en su entorno cotidiano, porque a diario tiene contactos con ellos. Estos militantes de base saben quién escucha, atiende, ayuda; quien expresa preocupación, quien demuestra capacidad  y trabaja diariamente y con ahínco, para que las cosas marchen lo mejor posible; tratando de corregir errores, desviaciones y superar obstáculos. Pero también conoce a los que sin probidad se meten en negocios y prácticas indeseables, en camino al enriquecimiento fácil y rápido. De igual manera, saben quienes maltratan cuando acuden a ellos, en busca de ayuda y orientación para sus vicisitudes y problemas.

La consulta a las bases militantes en las elecciones internas del Psuv, es el mejor mecanismo para confrontar a los representantes de las dos tendencias ideológicas en juego, y que esta selección previa, sea después confirmada en las urnas del proceso septembrino. Las bases saben y hay que escucharlas. Es lo deseable.

Juan Contreras no es solo un atrincherado en el trabajo comunitario, -que de hecho es un trabajador incansable por su comunidad- sino con un comprometido a carta cabal con la revolución bolivariana, lo cual esta más que demostrado y comprobado, en múltiples ocasiones. Pienso que más allá de las opiniones personales, que es el mejor precandidato para ser candidato a diputado por las base militantes del Psuv, por todo el aporte que puede dar a las parroquias 23 de Enero, San Juan, Santa Teresa, Altagracia y Catedral que componen el Circuito 2, y a este proceso revolucionario de construcción socialista,

Por todo lo dicho, estamos  ante un cuadro lo político de primer orden y probado del poder popular; y para decirlo con palabra de Chávez: El poder popular es el alma y la llama de otra manera de ser Estado y Gobierno. De ahí la necesaria y legítima necesidad de votarlo y de apoyarlo… sin claudicaciones. En este compromiso, la militancia de base del Psuv tiene la palabra.

“Los revolucionarios somos soñadores,

hacemos lo imposible por conquistar lo prohibido”

NO QUEREMOS QUE NOS GOBIERNEN…  QUEREMOS GOBERNAR!!