Los días 20, 21 y 22 de Abril se efectuó en Cochabamba-Bolivia la cumbre de los pueblos sobre el cambio climático, evento que reunió a miles de personas provenientes de diversas partes del mundo, siendo expresión de las múltiples miradas, enfoques y prácticas sobre el vìnculo hombre-naturaleza, pero en esta oportunidad histórica con una clara postura anti-imperialista y anti-capitalista recogida en la consigna: CAMBIEMOS EL SISTEMA, NO EL CLIMA .
A esta actividad asistí en representación de los ministerios de educación de Venezuela ( MPPE y MPPES ) en la condición de coordinador del Programa Todas las Manos a
El gran número de participantes inscritos en el Grupo 1, el corto tiempo para las intervenciones, la diversidad de opiniones y enfoques en muchos casos fuera del eje temático de la mesa, fueron serios obstáculos para profundizar el debate teórico-ideológico, tareas que se postergó para realizarse en la pagina web de la cumbre, utilizar el e-mail o promover encuentros bilaterales con los interesados.
En tal sentido, puntualizaré algunos nudos críticos sumariamente debatidos en el grupo de discusión , algunos de los cuales son recogidos en el resumen presentando por los relatores y parcialmente reseñados en la declaración final del encuentro:
1.-UNA DE LAS CAUSAS ESTRUCTURALES DEL CAMBIO CLIMATICO SE REMITE A
Los relatores de la mesa 1, presentaron un resumen de las discusiones donde se sintetizan los aspectos consensuados y en tal sentido, se plantea:
“ El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de Progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo, se guía por la búsqueda de la maximización de la ganancia, obviando por completo las implicaciones de un patrón de crecimiento sin fin en un planeta finito. Este patrón civilizatorio ha separado al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, conduciendo a la destrucción de la misma.
Este modelo de desarrollo capitalista ha creado sociedades y formas de vida incompatibles con la naturaleza.
Esta lógica capitalista impone al capital por encima de la gente, malgasta la abundancia y lucra con la escasez. A través del mercado se crean identidades de consumo ilimitado y se establecen nuevas pautas de consumismo, donde las personas valen por lo que tienen y no por lo que son. Para este sistema el lucro y la rentabilidad están por encima de todo, los derechos de acceso y eficiencia de los servicios básicos para los pueblos se han convertido en mercancía. La ganancia exige más ganancia.
Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados más desarrollados, en complicidad con parte de la comunidad científica, nos ponen a discutir el problema del cambio climático como un problema acotado a la elevación de la temperatura, planteándonos soluciones tecnológicas y de mercado que no cuestionan la lógica de este patrón productivo y civilizatorio.
Hoy en día el propio "cambio climático" se ha convertido en un negocio para el sistema capitalista; los gobiernos de los países llamados “desarrollados”, están promoviendo las reformas “verdes” del sistema. Estos mecanismos de innovación tecnológica están dirigidos a la creación de nuevas fuentes de inversión y de negocio, bajo el pretexto de que será la tecnología la que permitirá resolver el cambio climático, cuando lo que hacen es agudizar los problemas que confrontamos. Estas soluciones falsas, como los llamados mecanismos de desarrollo limpio (MDL), dejan la responsabilidad del cuidado del planeta a los países del Sur global, sin asumir verdaderamente su responsabilidad.
El patrón corporativo de producción, distribución, despilfarro y consumo de alimentos, todo el régimen de la agronegocios (fabricas de animales, monocultivos, transgénicos, nanotecnologías, agrotóxicos, agrocombustibles, etc.), no sólo están destruyendo la producción sostenible de alimento, la producción campesina y la soberanía alimentaria. Constituyen igualmente una de las causas fundamentales del proceso de destrucción de la naturaleza (emanaciones de CO2, metano, deforestación, contaminación de las tierras, sobre utilización y contaminación de las aguas).
Estando de acuerdo con los anteriores criterios en torno a la responsabilidad del capitalismo en el cambio climático, en el grupo de trabajo No 1 incorporé los aportes de la crítica de la economía política realizada por Marx, tal como está referido en nuestro ensayo “PROPUESTA ANTI-CAPISTALISTA Y
La naturaleza del capital no los recuerda Marx:
"(...)La finalidad de la producción capitalista es, como sabemos, la valorización del capital, es decir, la apropiación de plusvalía, y su conversión en ganancia.”
Que nos indica este párrafo:
-- Que la valorización del capital, la apropiación de plusvalía antecede a la ganancia.
-- Por ello, la ganancia es una conversión, una metamorfosis de la plusvalía, del plustrabajo, del trabajo excedente, del trabajo no pagado por el capitalista, para emplear las diversas denominaciones de la explotación del trabajo.
-- Mucho antes que aparezcan las mercancías en la esfera de la circulación y el consumo y se realice como ganancia, en el proceso inmediato de producción ya el trabajo está sometido a la anterior lógica primaria del capital: succionar al máximo la cuota del trabajo no pagado, ya sea ampliando la duración de la jornada, intensificando su ritmo o desvalorizando el salario.
Reivindicando esta teoría del valor-trabajo de factura marxista propuse en la mesa de trabajo, colocar como antelación al comportamiento de la tasa de ganancia, la apropiación del trabajo excedente o la succión de plusvalía. Teóricamente, en una perspectiva anti-capitalista, la teoría del valor es clave como nexo explicativo-comprensivo de la raíz histórica de la problemática ambiental. En la crítica de la economía política marxista, cuando se examinan las contratendencias a la caída de la tasa de ganancia, aparece por ejemplo, la “desvalorización del capital constante” o depreciación de maquinarias y equipos, lo que se traduce contemporáneamente en la obsolescencia programada: bienes que se desechan en su uso prematuramente ( que no duran y se echan a perder para decirlo en un lenguaje popular ) significando derroche de recursos y materias primas, consumismo exacerbado.
Desde el punto de vista de las raíces estructurales, es la explotación del trabajo una de las causas del cambio climático, que nos lleva a sostener que A
2.- NO SOLO EL CAPITALISMO ES RESPONSABLE DEL PROBLEMA AMBIENTAL, SINO TAMBIEN EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO.
Si bien esta postura no aparece en la relatoría y en la declaración final, en el grupo 1 aparecieron estos señalamientos donde algunos sectores siguen manejando los lugares comunes de la derecha o ignoran olímpicamente el debate, todavía inconcluso, sobre ¿ Cuál socialismo ?.
Hoy ya se conoce en el seno de la izquierda mundial y del pensamiento crítico, las consecuencias de la homologación que se realiza al identificar la experiencia soviética como socialista, cuando nunca pasó de ser CAPITALISMO DE ESTADO, ya que perpetuó la enajenación y la explotación del trabajo, o mantuvo la vigencia de
3.-
En el conjunto del encuentro de Cochabamba y en las mesas, particularmente en la que se refiere a este tema específicamente, se presentó una relatoría donde se invoca la armonía con la naturaleza y el equilibrio ecológico, sin ubicar los conflictos de intereses, las relaciones de poder, los actores y sujetos sociales involucrados. De allí nuestro reclamo frente a estas omisiones, ya que se presenta una visión idílica, una especie de “proceso sin sujetos” donde no hay burgueses y terratenientes expoliadores de la naturaleza, o como si no existiesen clases y capas explotadas y oprimidas como los obreros y campesinos. Igualmente, esta armonía o equilibrio al margen de la historia y de la praxis humana se convierten en una especie de metafísica invocada como estado “natural” inamovible, que resulta insostenible en la propia evolución de las especies.
Al lado de estas tensiones ideológicas, como parte de un debate en desarrollo, en la cumbre de Cochabamba, se avanzó en la caracterización del agronegocio y en la defensa de la soberanía alimentaria.
La mesa o grupo 17 que abordó el tema en su relatoría final señala, entre otras cosas:
“ El agronegocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. El cambio de uso de suelo (la deforestación y la expansión de la frontera agrícola), los monocultivos, la producción, comercialización y utilización de insumos agrotóxicos y agroquímicos, el procesamiento industrial de alimentos y toda su logística para transportarlos miles de kilómetros hasta llegar al consumidor, la producción de GEI en los megadepósitos de basura y estiércol de la ganadería industrial intensiva; son causantes principales de la crisis climática y del crecimiento del número de personas hambrientas en el mundo.
Que la depredación y destrucción de los acuíferos, las fuentes y los cuerpos de agua y de los ecosistemas y ciclos ecológicos que le dan vida están indisolublemente ligados a los procesos de privatización que se impulsan desde los gobiernos capitalistas y los organismos internacionales. Al mismo tiempo que vemos cómo el cambio climático destruye glaciares y otras fuente de agua, constatamos que el derecho humano fundamental de acceso al agua para el consumo de los seres vivos y la producción de alimentos se restringe día a día producto del avance de la agropecuaria industrial, la minería, la extracción de hidrocarburos, el procesamiento industrial de alimentos, las plantaciones forestales, la plantación y producción de agrocombustibles, la acuicultura industrial y los megaproyectos hidroeléctricos.”
Al lado de la crítica y condena del agronegocio y su impacto climático, la mesa 17 también hizo varias propuestas, entre las destacan:
“Valorizar y recuperar las agriculturas y formas de vida locales, campesinas e indígenas/originarias y los sistemas de conocimiento ancestrales de producción y recolección de alimentos, …
“Defender, revalorizar y difundir el modelo sustentable de producción agrícola campesino e indígena/originario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio climático y aseguren
“Prohibir las tecnologías y procesos tecnológicos que ponen en peligro el bienestar y la supervivencia de
Declarar a las semillas nativas y criollas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, base fundamental de
En el Programa Todas las Manos a
Esta política de formación lo propuso la mesa 17, en los siguientes términos:
“Promover y consolidar la educación integral (espiritual, material y social) para
Finalmente, en la cumbre de Cochabamba, en otras mesas se dieron discusiones sobre diversos temas y se aprobaron iniciativas entre las que podemos destacar:
1.- Realizar un referendo mundial contra los países industrializados responsables de la contaminación mundial.
2.- Constitución de un Tribunal Internacional que pueda sancionar los delitos ambientales.
3.- Conformaciones de redes y asociaciones que fortalezcan el tejido organizativo en los 5 continentes para combatir la depredación ambiental.
4.- Impulsar planes e iniciativas formativas, que superen la tradicional educación ambiental, vinculando sus contenidos y metodología con el cambio del sistema capitalista.
E/ Carlos Lanz Rodriguez . 4 de Mayo de 2010