06 de noviembre 2008. - El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó ayer a la DEA (oficina antidroga de Estados Unidos) de “disparar” y “matar” a campesinos cocaleros bolivianos, al ratificar la decisión gubernamental para que este organismo abandone el país.
“La DEA mataba, disparaba contra el movimiento campesino cocalero", afirmó el gobernante, líder de los cosechadores de coca del Chapare (centro de Bolivia) desde mediados de la década del 90, sin mencionar cuándo habría ocurrido ello ni precisar las pruebas para sustentar su acusación.
Según el gobernante, la “DEA mandaba a las Fuerzas Armadas, comanda la Policía Nacional” y acotó que también “hacía control político del gobierno”, acusaciones que se suman a la ya señalada por el oficialismo el fin de semana de un supuesto apoyo de esta oficina a un golpe de estado en septiembre.
El régimen de La Paz, según el Canciller David Choquehuanca, ya comunicó a la DEA que debe abandonar el país en un plazo de tres meses, y expresó su optimismo de reconducir la cooperación con la oficina antinarcóticos y de reconstruir la confianza mutua cuando asuma la presidencia el demócrata Barack Obama.
Morales ya expulsó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, en septiembre.