25 de junio de 2009.- Palabras de Arístides Medina Rubio durante su intervención en el encuentro "Intelectuales, Democracia y Socialismo":
Moralmente en Venezuela
hay una situación moral que nos abre un camino hacia el socialismo
y en eso quiero completar algo con lo que terminó Mario Sanoja. Él
decía que es muy difícil ser testigo y analista del propio tiempo,
es decir, es muy difícil que nosotros que estamos viviendo esta ebullición
en Venezuela y América latina seamos capaces de ser más que testigos,
para ser analistas. Estamos viendo lo que está ocurriendo y también
ser capaces de analizarlo, pero yo digo que en esta situación habría
que agregar que no solamente tenemos que ser testigos y analistas sino
que tenemos que ser actores y es por allí que yo creo que esta situación
puede producir un camino. Yo digo que ésta situación que hay en América
Latina de ebullición, la cual afecta con muchos matices a unos siete
u ocho países ya incluso la toma de posesión de Funes ayer, abre una
perspectiva que hasta ayer mismo muchos hemos tenido en expectativa
porque sabemos cual es le camino de Funes, sabemos lo del frente Farabundo
Martí, pero no sabemos hasta que punto llega el compromiso de Funes,
pero ya su discurso de ayer, su desafío, nos esta diciendo que efectivamente
esa República pequeña como la ha llamado Vladimir Acosta varias veces
con un tono un poco mas fuerte, esas republicas pequeñas están encontrando
un camino.
Esa situación a la que
yo me refiero en América Latina desde luego tiene matices pero no podemos
dejar de reconocer que muchos de lo que hemos vivido, muchos de
los que estábamos aquí en los últimos 50 años, no habíamos visto
el desafío que hay en las autoridades y en el pueblo de algunas naciones
de América Latina el desafió a los Estados Unidos, pues eso no lo
habíamos visto nosotros, nosotros estábamos acostumbramos en este
último medio siglo a que el gobierno de los Estados Unidos hacía lo
que quería, lo que les daba la gana. Hoy mismo no sé en que quedará,
pero la reunión no es lo que hubiéramos imaginado hace 15 años.
Lo que quiero decir es
que el camino que tenemos hacia el socialismo tiene muchas alternativas
pero entre esas alternativas yo sugiero que la situación que está
afectando a algunos países es una situación que nos da una oportunidad.
A mi se me ocurre lo siguiente, la revolución Cubana fue la bandera
hace 50 años, y Cuba se mantuvo sola defendiendo su revolución, tratando
de exportar su revolución no solo a los pueblos de América, a los
pueblos del mundo. Pero se mantuvo sola, yo diría no la exterminaron,
pero realmente derrotaron esa estrategia y de esa soledad de 50 años
de Cuba apareció en el 98 Chávez. Nada había ocurrido, quizás el
ensayo ya de los sandinistas en el año 80 fue un ensayo para acompañar
a Cuba pero como todo el mundo sabe fue un ensayo de muy rápida frustración,
fue un ensayo que muy pronto paso. Chávez llegó en el 99 y abrió
un camino y yo diría que el camino que abrió Chávez desde el principio
no fue ni mucho menos socialismo, seguramente que hasta el golpe de
estado de abril muchas de las acciones de Chávez tenían una vocación
nacionalista pero no estaban planteándose las alternativas que tenemos
hoy en la mano, y fue el golpe de estado de abril de 2002 y sobre todo
la huelga petrolera lo que realmente radicalizó este proceso. ¿Pero
qué ocurre con la radicalizaron de este proceso? Que ya cuba no estuvo
solitaria, allí se armó un eje desconocido en América en los últimos
200 años un eje que iba de Caracas a la Habana y de la Habana a Caracas
sobre todo a partir del 2002-2003 no se había soñado desde los tiempos
de la independencia donde también, pienso yo, esta situación tiene
mucho que ver con la gerencia que estamos recibiendo de hace 200 años,
Es decir hace 200 años
Venezuela tuvo un liderazgo en el proceso de emancipación, en
el proceso de construcción de soberanía en el proceso de construcción
de república y ese liderazgo de Venezuela con Bolívar a la cabeza
no se podrá discutir. No habría en América si la examinamos de 1790
al año 2009, tengan la seguridad, que no vamos a encontrar un protagonista
de la profundidad de Bolívar y del efecto de Bolívar, pero esos ejes
que se formaron hace 200 años, pues ocurrió lo que ocurrió el ciclo
de las guerras nacionales de independencia que se cierra en 1924 y a
partir de allí las oligarquías vuelven a tomar el poder y las oligarquías
son dueñas del poder desde 1830 para acá en toda América latina,
e incluso aún se conservan enclaves coloniales que están desapareciendo
en el mundo, pero toda vía en América latina quedan formas coloniales.
Esos héroes que se formaron
en el siglo XIX aparecen de nuevo con esa conexión La Habana Caracas,
pero resulta que La Habana Caracas no pudo en 50 años construir ese
eje. Ese eje se formó después de Chávez, pero después del 2002 han
venido ocurriendo una serie de cosas en este mundo de América del Sur
y del Caribe. Lo primero que podemos significar es que la reaparición
de Managua, Nicaragua, en este escenario político ha construido un
eje sobre el Caribe o un triangulo geopolítico sobre el Caribe que
no es un triángulo en el que pensó hace 30 años Ruben Castillo. Un
triangulo político en otro sentido de La Habana-Caracas-Managua sobre
el Caribe, esto está planteando un escenario político totalmente desconocido,
no en vano los imperios, las formas coloniales contemporáneas, invaden
como se invadió a Republica Dominicana, como se invadió a Panamá
en nuestras narices, todos estuvimos vivos todos estuvimos actuando
y no creo que pueda ocurrir ahora con ese triángulo geopolítico real
que existe sobre el Caribe.
De Caracas también hacia
Quito y hacia La Paz y hacia Caracas nuevamente se construye otro triángulo
en el corazón de América del Sur. También implica una posición bien,
sabemos, quizás dentro de ese triangulo geopolítico hay países como
Colombia y hay países como Perú, pero también hay países como Paraguay
y posiciones como Brasil y Argentina de manera que hay un triangulo
geopolítico, que yo diría que no con la consolación ni la fortaleza
que el del Caribe pero en el corazón de América del Sur también hay
un nuevo triángulo geopolítico que ofrece nuevas perspectivas.
Bueno esa realidad es
lo que se recoge en el hombre latinoamericano de hoy que desde Nicaragua,
Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay o cualquier otro país,
a lo mejor ahora desde Honduras, ese hombre que tiene otra forma distinta
verdad de marchar hacia el futuro, ese hombre puede encontrar efectivamente
un camino feliz, pero ese hombre necesita en primer lugar intelectuales
capaces de parir ideas, ideas internas, ideas nuestras, ideas que tengan
la raíz en nuestra propia realidad geográfica e histórica, y además
de intelectuales capaces de crear las ideas para conducir ese proceso.
Necesitamos también dirigentes políticos, gente capaz de construir
los espacios y las realidades políticas que tienen que garantizar el
éxito de este proceso y, finalmente, el pueblo; la masa en general,
todo el mundo en todas sus expresiones y eso probablemente es donde
tenemos algunas insatisfacciones. A lo mejor tenemos una realidad viviente
frente a nosotros pero no tenemos exactamente esas tres cosas es decir
no se explica todavía, alguien lo sugirió aquí
¿Qué no se explica?
Por ejemplo ese cambio que se ha producido en las universidades. Muchos
de los que estamos aquí vivimos en las universidades desde hace 50
años, algunos todavía están viviendo y porque están viviendo, y
los que vivimos, sabemos que el signo de la universidad era completamente
distinto del signo que tiene las universidades experimentales nacionales
autónomas y por supuesto las privadas, es completamente distinto. Bueno
pero eso es parte del pueblo, tenemos algo que hacer, algo que hacer
para que nuestras ideas puedan permear esos estados de confusión y
realmente construir el camino que queremos construir.
Yo quiero terminar con una relación que para nosotros es bastante importante, porque por ser historiador no puedo dejar de hacer una referencia con la historia. Yo comencé diciendo que la situación actual de América Latina tenia mucho que ver con lo que ocurrió en este territorio en este mismo espacio continental hace 200 años en que comenzó un proceso con conspiraciones. Hoy mismo, hoy se están cumpliendo 201 años en que aquellos sujetos, presos españoles, que trajeron desde Madrid porque conspiraron contra el rey en 1796, un día como hoy se fugaron de la Guaira no los pudieron agarrar. Fue Locke y otros los que le metieron en la cabeza a Gual y a España la conspiración de 1796. Bueno ese proceso de finales del siglo XVIII lo dan por terminado en 1821 en el caso venezolano y en 1824 para América, suponiendo que Ayacucho fue la última batalla. Nosotros lo consideramos un proceso abierto vivo e inconcluso, está en nuestras manos, en las manos de la generación actual, la que tiene que concluir, que consolidar ese proceso que comenzaron los libertadores y que ha transcurrido entre 1824 y el 2009. Este proceso de historias y derrotas, acaso que no fue una victoria derrocar a Pérez Jiménez, si lo fue, pero fue una derrota el Pacto de Punto Fijo, acaso no fue una victoria movimientos como el Carupanazo o el Porteñazo, pero después vienen derrotas. Acaso no fue una victoria haber intentado llegar al poder cuando se aspira llegar al poder por la vía armada, pero después sucede que hay victorias y hay derrotas en este momento estamos en ebullición, hacia la victoria, y por eso digo, y con esto concluyo, que esta generación tiene el compromiso de construir un proceso que comenzó hace 200 años