El nombre de República Bolivariana de Venezuela, nos enaltece (XXII)

Cuando alguien va a algún lugar a representar a otra persona que en su vida ha aquilatado muchos méritos, uno procura portarse con la mejor circunspección y hacer las cosas con la mayor idoneidad, ello, porque en su interior siente que está obligado a guardar la misma forma de comportamiento que el representado, ésto debido al honor que aquella representación significa. Así debe sentirse cada venezolano que en cualquier parte del mundo tenga que declarar que es oriundo de la República Bolivariana de Venezuela, al expresar que es bolivariano, la otra persona entenderá que usted está envuelto en la gloria heredada del Padre de la Patria Simón Bolívar, y que debe ser respetado como el que más. Por tal circunstancia debemos sentirnos orgulloso de recordarle al mundo que el venezolano es desciende de aquel hombre extraordinario, declarado por un medio de comunicación mundial, la persona más eminente existiera en siglo XIX. Bien, ahora continuemos leyendo otro segmento de la erudita obra salida de la mente de el Libertador; y que se conoce como el Discurso de Angostura.

“Mi deber es, legisladores, presentaros un cuadro prolijo y fiel de mi administración política, civil y militar, más sería cansar demasiado vuestra importante atención y privaros en este momento de un tiempo tan precioso como urgente. En consecuencia, los Secretarios de Estado darán cuenta al Congreso de sus diferentes departamentos exhibiendo al mismo tiempo los documentos y archivos que servirán de ilustración para tomar un exacto conocimiento del estado real y positivo de la República. Yo no os hablaría de los actos más notables de mi mando, si éstos no incumbiesen a la mayoría de los venezolanos. Se trata, Señor, de las resoluciones más importantes de este último periodo. La atroz e impía esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro cielo se hallaba recargado de tempestuosas nubes, que amenazaban un diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la redención disipó las tempestades. La esclavitud rompió sus grillos y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Si, los que antes eran esclavos ya son libres, los que antes eran enemigos de una madrastra ya son defensores de una patria. Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis Estatutos y Decretos, pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos; como imploraría mi vida y la vida de la República

Representaros la historia militar de Venezuela sería recordaros la historia del heroísmo republicano entre los antiguos; sería deciros que Venezuela ha entrado en el gran cuadro de los sacrificios hechos sobre el altar de la libertad. Nada ha podido llenar los nobles pechos de nuestros generosos guerreros, sino los honores sublimes que se tributan a los bienhechores del género humano. No combatiendo por el poder, ni por la fortuna, ni aun por la gloria, sino tan sólo por la libertad, títulos de Libertadores de la República, son sus dignos galardones. Yo, pues, fundando una sociedad sagrada con estos ínclitos varones, he instituido el orden de los Libertadores de Venezuela. ¡Legisladores! a vosotros pertenecen las facultades de conceder honores y condecoraciones, vuestro es el deber de ejercer este acto augusto de gratitud nacional. Hombres que se han desprendido de todos los goces, de todos los bienes que antes poseían, como el producto de su virtud y talentos, hombres que han experimentado cuanto es cruel en una guerra horrorosa, padeciendo las privaciones más dolorosas y los tormentos más acerbos; hombres tan beneméritos de la patria, han debido llamar la atención del Gobierno”


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José M. Ameliach N.


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