Es una odisea para que te atiendan y al lograrlo no se ven acciones de sanción…

A raíz del artículo “La inflación es el coto golpista de los empresarios” que me fue publicado en Aporrea el día domingo 13, un lector a quien no conozco, pero da igual porque compartimos las mismas inquietudes, me hizo saber su descontento e impotencia ante un flagelo que avanza subterráneamente, carcomiendo día a día el bolsillo de los venezolanos.

En el artículo de marras hice un comentario generalizado sobre la galopante inflación y su uso como herramienta desestabilizadora por golpistas empresarios.  El artículo lo hice sin caer en los detalles de ningún ejemplo en particular, pero ahora consideré necesario traer a colación un sencillo ejemplo, para graficar a grosso modo, el enemigo silencioso que como la hipertensión nos mata sin que nos demos cuenta.

Vayamos al ejemplo… La cabilla, específicamente la de 3/8 y 1/2 pulgadas, considerados insumos de tanta importancia y elemental uso en la casi totalidad de la construcción de viviendas, el año pasado para el lapso de enero a junio 2010 –a precio regulado— costaban Bs 17,80 y  Bs 29,00 respectivamente. De julio a octubre 2010 esas mismas cabillas aumentaron a Bs 32,00 la de 3/8” y Bs 48,00 la de 1/2”. Valga decir: la de 3/8” aumentó un 79,77% y la de 1/2” un 65,51%. De octubre a diciembre el precio se disparo nuevamente a Bs 45,00 la de 3/8” y Bs 60 la de 1/2”. Es decir: la de 3/8” aumentó un 40,65% y la de 1/2” un 25,00%. Por tanto, en todo el año 2010 el acumulado fue: la cabilla de 3/8” aumentó un 120,42% y la de 1/2” aumento un 90,51%.

Y ahora empezando el año 2011, la misma cabilla de 3/8 y 1/2 pulgadas arrancaron con un nuevo precio: Bs 50,00 y Bs 65,00, respectivamente. Es decir, hubo otro aumento con respecto al último precio del mes de diciembre 2010 de 11,11% para la de 3/8” y de 8,33% para la de 1/2”.

A continuación el comentario que me hizo el Sr. Rogmel Antonio Cubiro Vargas, a raíz del artículo (citado arriba) que me publico  Aporrea el domingo 13/03/2011.  

Buenas tardes,

Muchos venezolanos apreciamos y sentimos lo que usted manifiesta en su artículo "La inflación es el coto golpista de los empresario"; sin embargo la pregunta generalizada es, qué debemos hacer si las instituciones de gobierno se hacen los desentendidos o ignorantes de estos hechos (…)

Cada vez que vamos a comprar algo sabemos que nos especulan con los precios de los alimentos, cemento, cabillas, y que decir con los precios de los vehículos y sus derivados como de repuestos y reparaciones.

Sabemos que los precios están regulados y con todo cinismo algunos establecimientos exhiben estos precios, pero al cobrar pasan las cuentas con precios altamente especulativos; si te atreves a reclamar recibes maltratos y no te vuelven a vender. En algunos casos, para esconder el precio especulativo y obviar sanciones ante una inspección, recurren a facturar los productos regulados con otra denominación.

Así mismo, es bueno agregar el caso del acaparamiento y el desvió de los productos a mercados informales para aplicar de manera aberrante la especulación.

Para realizar las denuncias en, Indepabis u otros entes gubernamentales, es una odisea para que te atiendan y al lograrlo no se ven acciones de sanción contundentes para los infractores. Esta situación está generando mucho malestar en la mayoría de la gente común y de seguro tendrá un alto impacto en los procesos electorales por venir.

Pareciera que el gobierno pretende combatir la inflación mediante el control de las importaciones de los alimentos, medicinas y otros bienes de primera necesidad, pero esto no favorece en nada al pueblo; ya que la distribución y comercialización la deja en manos de privados quienes especulan con los precios de los productos en el mercado interno. Semejante a lo que sucede con la cabillas y cemento en donde se nacionalizan las Empresas productoras, pero son los distribuidores y comercializadores quienes fijan el precio final a la mercancía.

Un ejemplo: ¿Como es posible que exista un anuncio en los clasificados del diario el Informador de Barquisimeto ofreciendo venta de cabillas por gandolas (llamar a los telf. 0424-883.5979 y  0416-485.9623) y usted no consiga este producto en las Ferreterías? Será que esto no amerita una averiguación de oficio por los organismos oficiales, más aún cuando cualquier persona natural no puede adquirir directamente semejante cantidad de material en punto de fábrica.

Saludos y esperemos que estos hechos siembren conciencia en los entes de control gubernamental, y no pretendan que solo el ciudadano sea el único que accione a través de la protesta sin el respectivo respaldo jurídico e institucional.

R.C.V.


joseagaporam@gmail.com


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José Agapito Ramírez


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