Continúa el abigeato en Perijá. Ya no pueden inculpar a Sabino

El robo de ganado en estos dos últimos meses es un asunto de todas las semanas, las últimas haciendas han sido Rancho Grande con 41 reses, Cedral 21, parcela Reina Guillermina 16 y el domingo pasado 20 animales más en la hacienda las Delicias; todas ubicadas en el piedemonte de la Sierra de Perijá entre la margen sur del río Yaza y la margen norte del río Tukuko.
Hay tres grupos bien identificados entre guajiro y yukpa habitantes de la zona en cuestión, ya algunos han sido detenidos pero a los días liberados porque hay un funcionario ministerial que aboga por uno de los grupos más activos y de mayor experiencia, llevan más de 15 años robando vaca casi todas las semanas.
Esos animales lo roban porque en el municipio Machiques de Perijá casi todas las carnicerías venden carne robadas sacadas principalmente de las haciendas ubicadas en esta zona antes nombrada, y de los parcelamientos las Flores y la Estrella, en especial. Y ojo, no fue, ni era, ni es Sabino; y la GNB lo sabe muy bien, así como muchos ganaderos y parceleros. La criminalización previa y el asesinato de Sabino fueron por la tierra. Nadie ha muerto por robar vaca, por lo menos los hijos de Carmen y la Familia de Sabino. Todo fue un plan preconcebido por los que hoy son señalados por el Ministerio Público como actores intelectuales y materiales del último asesinato, es decir del Gran Sabino, quien sigue marcando el camino de la dignidad del pueblo Yukpa, la claridad de la conciencia y la perseverancia en la lucha histórica por la defensa del territorio también dador de cultura y derechos colectivos.
Este grupo de ladrones semanales de ganado y el diario La Verdad son los principales culpables de la muerte de Sabino Romero Izarra y de Alexander Fernández Fernández, pues ellos robaban mientras los señalados públicamente eran Sabino y Alexander Hasta tal punto llegó la frivolidad de ganaderos y sus súbditos que una vez asesinado Sabino, de inmediato sus hijas e hijos fueron acusados de secuestradores y ya una fiscal corrupta tenía elaborado un expediente que le quedo en sus manos porque se le veía la costura; pero ya rastreaba la GNB y el Ejército los camellones de las haciendas y comunidades aledañas preguntando si había visto por allí a tal o cual hijo de Sabino, ahora no hayan como culpar a uno de los hijos de Sabino de la muerte de joven Yukpa del Tukuko David Jorgito. Hasta fiscales y Gobernación andan detrás de la pista. Si percatarse que la asamblea del Tukuko está intervenida y monitoreada por odiadores de Sabino, familiares de sicarios y allegados a los ganaderos.
Mientras acusaban a Sabino y sus hijos, y a los hijos de Carmen públicamente otros de las comunidades vecinas a sus anchas continuaban robando vacas y violando muchachas encapuchados en las parcelas. Por esta razón debe terminarse este doble discurso y llegar al fondo de esta situación para determinar cuáles son las familias involucradas en el robo semanal de reses y quien son sus padrinos ministeriales. Debe salir la verdad. Quiénes son los verdaderos ladrones de reses y vendedores de carne. Ya Sabino no está y su familia bajo custodia policial las 24 horas del día, y otros se fueron a estudiar fuera.

Sociedad Homo et Natura



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Lusbi Portillo


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