Gracias a los grandes esfuerzos y decisiones tomadas recientemente por el Gobierno de Nicolás Maduro, de golpear duramente a los principales malhechores y cómplices de la guerra económica, que lleva meses afectando al pueblo de nuestro país, en menos de una semana la economía venezolana ha dado un vuelco importante.
Una vez más la manipulación mediática, acostumbrada a atemorizar al pueblo venezolano con torrenciales de falacias, es develada y puesta al desnudo ante el pueblo venezolano. Los responsables del acaparamiento, la especulación y la usura, ahora quieren hacerse pasar por mansos corderos, mártires y víctimas de una inflación exagerada, que supera los índices reales, creada por ellos y que sirvió como el escudo perfecto para bombardear a la población en general sin importar, raza, estatus, tinte político o religión.
En este “sálvese quien pueda”, la burguesía en complot con los medios de difusión privados del país intenta tomar la ofensiva ante las medidas económicas que ha implementado el Gobierno Bolivariano, quien no ha hecho más que proteger el salario de la clase trabajadora de esta nación, que sin lugar a dudas merece obtener productos a precios justos.
La fiscalización de precios en tiendas de electrodomésticos como Daka, JVG, Pablo Electronics, entre otras, no es sino el comienzo de las acciones que se han emprendido para noquear de una vez por todas a la oposición apátrida inoculadora de mentiras que estaba desangrando el país, gracias a la adquisición de dólares que el mismo Estado Venezolano les ha otorgado para incentivar el desarrollo de la nación, más no para robarla, como se hizo en la mayoría de los casos, para no decir en todos.
Sin embargo, estas divisas ofrecidas a los pequeños y grandes empresarios al valor oficial intentaban frenar contra el otro fenómeno creado por la burguesía para desequilibrar la economía venezolana: el dólar paralelo.
¿Qué mejor subterfugio que esconderse bajo el mal llamado dólar paralelo para estafar a todos los venezolanos y no vender a precios justos? Hasta hace una semana algunos decían y pensaban que estos establecimientos expendían electrodomésticos a precios exagerados porque no tenían acceso al dólar oficial, y “el Gobierno de Maduro es malo y solo les da divisas a los enchufados chavistas”.
Sería absurdo que quienes simpatizan con la oposición venezolana sólo por un sesgo emocional no apoyen estás medidas, que en definitiva nos beneficiará a todos; irrisoriamente a través de las redes sociales como twitter y facebook, colocan al Presidente de la República como un “saqueador”, cuando es Nicolás Maduro quien llamó a la calma y a la paz para que todos puedan comprar tranquilamente.
Sería bueno averiguar ¿Quienes están detrás del saqueo que se le realizó a Daka en Valencia? De más de mil establecimientos que se están fiscalizando en el país con total normalidad, tuvo que ocurrir este incidente, que cayó como anillo al dedo a los medios privados del país, y como era de esperarse no desaprovecharon la oportunidad para iniciar otra campaña de desprestigio.
¿Sabían que este hecho delictivo se está investigando, y que ya hay responsables identificados y detenidos? Quizás la oposición venezolana no lo sabe, y lo peor del caso es que critican y hablan mal de Maduro, pero sorpresivamente después los observas en las colas de las tiendas que han sido intervenidas por el Estado para comprar más barato. Es bueno que vean con sus propios ojos que este Gobierno no esta trabajando para un solo sector de la sociedad.
Por otro lado, es importante también alertar al Gobierno Bolivariano de algunas particularidades, como es el caso de la Mueblería Titanic, en Charallave, Miranda. Lugar en el que se realizaron 2 días de colas para poder comprar y luego de la supervisión realizada por efectivos la Guardia Nacional Bolivariana, el Sebin, el Indepabis entre otras instituciones, sólo hubo un rebaja de 5% en los productos. Cabe destacar que una nevera estaba en 170 mil y un microondas en 7 mil bolívares. ¿Qué ajuste es ese?.
Por último, el llamado es a toda la población a ser conscientes y a no caer en el las compras compulsivas (como suelen hacer con los alimentos) debemos adquirir sólo lo que necesitamos realmente. Recordemos que esta medida es permanente.
Mientras continuemos creyendo que podemos igualar nuestro bienestar emocional
a la compra de productos; seguiremos reproduciendo el mal del consumismo salvaje a nuestras futuras generaciones, y se propagará más y más y como una vil sanguijuela que nos absorberá, hasta destruirnos.