La recientemente implementada medida de cambio bajo la modalidad de SICAD II, no puede centrarse como la táctica para bajar el dólar negro; eso es imposible en una economía como la venezolana.
La economía venezolana como lo dice el Diputado Jesús Farías, es adicta a los dólares, es dependiente de los dólares, porque los dueños del Capital, la burguesía venezolana, es parasitaria es decir, no busca sino tener un mercado controlado, en el que con poca inversión pueda obtener grandes ganancias, o “si trabaja poco y gana mucho es mucho mejor para el negocio”; es así como empresas industriales fueron cerrando en los años 70 del siglo XX y se convirtieron en grandes importadoras, años 80-90 y después esas grandes importadoras se convirtieron en grandes centrifugas de divisas que compraban y vendían dólares en el mercado (finales de los 90 y hasta el 2004 cuando se estableció el dólar oficial.
La excusa histórica de esta situación, que el gobierno pone muchas trabas, la permisología; que las leyes laborales son muy desequilibradas y protegen al trabajador; y la máxima de todas las excusas que el mercado venezolano no es suficientemente grande para la producción masiva de bienes y servicios.
Sin embargo, cualquier economía nacional que quiera mantener una divisa fuerte debe ser productiva, para que en el proceso comercial internacional de intercambio de bienes y productos sea gananciosa en su balanza de pagos, es decir ofrezca mas productos internacionalmente de los que consume y como todos sabemos en Venezuela lo único que se produce a nivel de exportación es petróleo y mises; aun cuando el Estado Venezolano desde el arribo del Comandante Chávez y la Revolución Bolivariana asumió el internacionalismo, la apertura de mercados como en el MERCOSUR y el ALBA, esto sin dejar de mencionar los acuerdos con los países europeos y China, entre otros.
Pero nuestra Burguesía, no está interesada en esos mercados, para qué? Si con el mercado venezolano ellos tienen suficiente para vivir como reyes.
La experiencia de las décadas de los 90 y principios de este siglo es contundente, un mercado de divisas fluctuante entre particulares y el Estado, en el que BCV intervenga para estabilizar el precio no es sino un desaguadero, así lo dijo el Comandante Chávez cuando optó por regular el precio del dólar.
Y lo seguirá siendo porque los capitalistas no traerán lo dólares para venderlos en Venezuela, al contrario pujaran para comprar y llevárselos de Venezuela, esperar a que suba el precio y traer una pequeña parte a la venta con la cual ganarán más dinero en Bolívares, devaluando la moneda, golpeando al Gobierno Revolucionario y no permitiendo que la Revolución avance.
El Comandante Chávez consiente de esta situación, estimuló, promovió, e impulsó la creación de un aparato económico paralelo al privado, la creación de fábricas de fábricas, la red de alimentos, la organización popular en la economía, la soberanía económica en todos los sentidos de la expresión y la ampliación de los mercados a empresas Gran Nacionales.
Esa es la única forma de vencer al dólar paralelo con el SICAD II, pues mientras que la oferta de dólares sólo la haga el Estado, con los dólares provenientes del petróleo, no se podrá abaratar el dólar, necesaria es la oferta múltiple de dólares por privados y públicos; pero como ha sido la experiencia en la década de los 90 los dueños del capital sólo chupan como vampiros las ofertas de dólares para luego revenderlos, pues no tienen interés en bajar el dólar, ni siquiera en pro de sus empresas; es necesario frente a esta Guerra Económica que enfrenta el país y el Presidente Maduro, que se revise todo el aparato productivo como lo ha solicitado el Presidente Eficiencia o Nada, productividad interna que provoque la reacción en la empresa privada hacia la productividad, o que por lo menos minimice la dependencia de este sector capitalista.
Se impone urgentemente, la revisión total del aparato productivo socialista levantado en estos 15 años por el Comandante Chávez, se impone la necesaria productividad nacional socialista, desde empresas públicas y empresas de propiedad social y mixta, con miras a la exportación de bienes para obtener divisas que puedan ofertarse en ese SICAD II y que puedan estabilizar el cambio, fortaleciendo a nuestro Bolívar. Con sólo un vehículo nacional que se produzca en nuestro país en masa y cuyo precio sea referencia frente a otros vehículos, no como se ha venido haciendo que los productos del capitalismo son los que nos sirven de referencia a los socialistas, ello serviría para empezar a bajar los precios en ese sector; y así con los demás rubros que debemos producir, somos los socialistas quienes debemos imponer el precio no los capitalistas a ellos les bajamos el precio con competencia.
Y aquí viene el otro punto a considerar económicamente, la estandarización de precios internacionales, tenemos vecinos como Colombia, con precios que son considerablemente superiores a los nuestros hasta en la chatarra, y ello es producto de la pérdida del Bolívar frente al peso colombiano y esto demuestra que el problema de la fortaleza de nuestra moneda no viene del valor nominal sino del intercambio comercial internacional, frente a esta situación se impone el establecer políticas expeditas y claras de exportación, previa dotación del mercado interno; de manera que quien quiera exportar productos tenga que colocar un porcentaje de producción en el mercado venezolano, para garantizar el suministro nacional.
De nada servirá el SICAD II si los venezolanos seguimos pensando en ir a Cúcuta a vender Harina de Maíz o Gasolina; para traer chaquetas de cuero o zapatos; o si seguimos pensando en ir a Panama o Miami para sacar el cupo en dólares y venderlos más caros, así ningún país avanza ni se desarrolla; la prosperidad debe basarse en el trabajo y este en la creatividad y la productividad para obtener riqueza; pero cuando nos basamos en la riqueza para obtener prosperidad, caemos por el caño de la deuda, la generación de dinero inorgánico y al final la crisis económica que es el objetivo de los capitalistas, que son los que siempre se llevan la mejor tajada como en la crisis del viernes negro o la crisis financiera.
Tenemos que producir levantar nuestra industria nacional, apoyándola pero exigiéndole también que cumpla con las cuotas de suministro y responsabilidad social, no se trata de levantar maquilas en las que se explote al ser humano y que no dejen ningún tipo de desarrollo; se trata de asumir el compromiso responsable, ciudadano y patriota como lo hacen en los países desarrollados, que por cierto son socialistas.
Esto implica otra medida necesaria en el mercado venezolano, la expedición de instrumentos financieros de inversión. El venezolano no tiene actualmente alternativas de inversión, salvo la compra de electrodomésticos y celulares, que afectan y presionan a la solicitud de divisas; al venezolano le gusta invertir en negocios que sean rentables, ejemplo de ello es la época de las tasas de interés altas o cuando se abrieron los bonos petroleros; actualmente es urgente la expedición de este tipo de bonos no sólo de PDVSA, sino de las corporaciones industriales de vehículos y alimentos, y bonos en los que todo el público pueda comprar y ahorrar, ello recogería el exceso de efectivo que trae como consecuencia mayor inflación, (por el aumento desmesurado de la demanda) pero también ayudaría a aumentar la capacidad de inversión productiva de alimentos e industrias, sin afectar el presupuesto público; de lo contrario la única alternativa de negocio que se tiene en la actualidad en Venezuela es el dólar lo que aumenta su demanda en un SICAD II que no tiene muchos ofertantes en consecuencia la tasa del dólar pasaría a una mucho mayor en cuestión de meses.
De esta manera el mercado venezolano debería evolucionar y reaccionar ante el cambio por dólar de la siguiente manera.
