No hay que ser doctor en física cuántica para darse cuenta que, con las cuotas de los afiliados, a los partidos no les alcanzaría ni para la cola de los carteles. Así que toda campaña electoral se financia con dinero público (más pasta cuanto más grande es el partido) y, sobre todo, con las "donaciones".
Esas "donaciones" no las pueden aportar los asalariados (no está el sueldo para festejos), ni los pensionistas, ni los parados. Así que sólo vienen de los capitalistas. Y como estos no regalan el dinero, lo que está por medio son concesiones de obras y contratos públicos, "regalos", sobornos, cohechos... Corrupción y más corrupción. Incluidos los enormes créditos condonados por los bancos a los partidos, y de los que no hay forma de conocer las cuantías. Toma "transparencia".
Y dado que esos grandes partidos, a los que promocionan sin tino (y sin vergüenza) las televisiones y los garandes medios de comunicación burgueses, se financian de aquesta manera, ¿podemos extrañarnos de a quién benefician sus políticas? ¿Podemos sorprendernos de que se arruinen las arcas públicas para salvar los beneficios de los bancos? ¿O de qué se modifique manu militari la sacrosanta Constitución para garantizar que primero cobren los usureros y, después, si sobra algo, ya veremos?
Cuando vayan ustedes a votar (si es que les da por ahí), no se olviden de que cuanto con más carteles, más vallas publicitarias, más anuncios en los periódicos, más spots radiofónicos y demás parafernalia, les asalte un partido, más podrido está. Y más enemigo de nuestros intereses.
Un corruptómetro infalible, o sea.