En el marco de una política económica de signo marcado por la ambigüedad, valga este breve artículo para apoyar los esfuerzos del Presidente Maduro en cuanto a las medidas tomadas en contra el contrabando de extracción, lo acertada de las mismas se refleja en la posición asumida por la derecha opositora quien rompe lanzas en contra de dichas medidas, Copei o mejor dicho lo que queda de este otrora importante partido, hará manifestaciones públicas en contra de la implementación del capta huellas.
En el Táchira bandas de contrabandistas (en su mayoría colombianos) pretenden revivir las guarímbas, y acorde a noticias leídas en la prensa paramilitares pretenden, coaccionando con amenazas, parar el transporte público a nivel nacional. Todo lo anterior representa un atentado contra nuestra soberanía como país y al gobierno no debe aguársele el ojo para reprimir dichas acciones subversivas en la frontera, que tienen sin lugar a dudas de mi parte equivalencia a una invasión foránea.
El tratar a estos delincuentes con mano de seda pone en real peligro nuestra integridad nacional. Ya el usar como único método contra la delincuencia común los parámetros preventivos, no ha dado otro resultado que la escalada a niveles superiores de la misma, hasta llegar a los límites actuales bordantes con la perdida de control sobre la misma. El mismo presidente Chávez en mala hora desaparecido, ante el incremento delictivo a pesar de las innumerables medidas sociales ejecutadas en y por este proceso Bolivariano, había comenzado a recapacitar al respecto, al darse cuenta que solo dichas medidas no podían frenar el auge delictivo. La situación actual que se vislumbra por la actuación de ciudadanos del país hermano en nuestro territorio, con la complicidad de venezolanos que no saben, no miden o no discriminan entre lo que significa oponerse al gobierno actual, y el ser cómplices de intervenciones foráneas en nuestros asuntos internos, o lo que es peor dar puerta franca a una invasión externa. Quizás para muchos de ellos el odio visceral en contra del Chavismo es tal, que en la balanza de sus decisiones este pesa más que la misma soberanía patria.
Quiero aclarar que lo aquí expresado no colide con los que creemos en primer termino en la unidad latinoamericana y con el internacionalismo mundial en un segundo lugar, ya que hay que hacer salvedad en que dicha unidad solo puede funcionar cuando el conjunto de intereses a compartir sean los mismos con las variables no colidantes propias de cada país en particular.