Hace unos días el nuevo Ministro del Poder Popular para La defensa General Padrino López informó que en lo que va desde el inicio de las operaciones contra el contrabando y el acaparamiento, se han decomisado 12 mil toneladas de alimentos, si multiplicamos para convertir en kilos esa cantidad, nos dan 12 millones de kilos, que si se repartieran en los 30 millones de habitantes del país nos darían apenas 0.4 gramos por persona, lo cual indica que para nada se ha resuelto, aunque es un logro, el problema de desabastecimiento, al menos con el aporte que esa cantidad de toneladas, que cubren muy poco las necesidades creadas por la mafias que viven del contrabando y que sumadas a las acaparadoras, mantienen en zozobra permanente a buena parte del pueblo venezolano.
Esta sola conclusión indica que queda mucho por hacer, que es necesario lograr que las cosas vuelvan a como estaban antes del inicio de las estrategias distorsionadoras de nuestra economía, por la vía ya probada con éxito en Chile cuando el derrocamiento de Allende.
Esta guerra que se está librando contra las mafias consustanciadas con la derecha, con todo el poder del estado, si queremos ser realistas no se puede declarar como ganada, hasta que se termine la escases que actualmente se observa, sobre todo de rubros de la cesta básica y medicinas, hasta que se terminen las colas en los supermercados, cada vez que se corre la voz que llegó tal o cual producto y lo que es peor a precios que exceden en mucho los regulados.
Por ejemplo no es justificable de ninguna manera cómo aquí en el Táchira escasea el azúcar si tenemos uno de los principales centrales azucareros del país
No se puede declarar como ganada esta guerra mientras sigan las caravanas interminables de motorizados, bajando hacia Cúcuta, cargados de todo tipo de productos, que esperan en las ciudades fronterizas la señal para pasar al otro lado.
A nadie le cabe duda de que aún siguen frente a los puestos de vigilancia funcionarios que en lugar de garantizar acciones para frenar la fuga de productos, se prestan, por dinero, a que las mafias sigan operando campantes.
Nadie se explica, como lo reveló un reciente reportaje de un canal oficial, lo cual no permite afirmar que fue producto del sesgo, cómo en los abastos, bodegas y puestos de buhoneros de Cúcuta se encuentran por cientos los productos de primera necesidad que aquí escasean, incluso los de Merca y Pdval.
Ahora bien, sucede aquí en el Táchira, no sé si en otras entidades también, que uno ve por la TV, cómo por ejemplo, se da la noticia de los resultados de una inspección en la capital de la República, en la que se detecta que hay usura en los precios de zapatos, intentando vender a 1200 bolívares un producto que en realidad vale 700 con el 30 por ciento de ganancia, y si alguien recorre las tiendas que aquí en la capital del Táchira verá como se venden zapatos y se conseguirá con que un par de ese producto para caballeros cuesta más de 4.500 bolívares y aunque se denuncie como yo lo hago con frecuencia, no sucede nada, lo que quiere decir que la falla está en los funcionarios responsables de aplicar la Ley, aquí en un estado que es emblemático, por su ya tradicional oposición al proceso y por ser guarimbero por excelencia.
Son indicadores de que algo está fallando en el control y ello no puede ser adjudicable a más nadie, que a las autoridades que están obligadas a evitar que se siga desangrando nuestro país, que se someta al pueblo a tener que soportar consecuencias indeseables y lo que es aun peor que produzcan los efectos que busca la derecha. que son crear animadversión de la población contra el gobierno revolucionario, en un intento por lograr una reacción violenta y generalizada que de al traste con la Revolución.
No hay una cola, o reunión en la que concurran varias personas en las que no se escuchen las voces, a veces altisonantes de criticas contra el gobierno, se nota cómo los rostros de las personas se transforman y todos quieren opinar para incluso maldecir del Presidente para abajo, a todo lo que huela a gobierno. No aceptan argumentos en contrario y si alguien se atreve a contradecirles sale abucheado como me sucedió a mí en una cola para poder adquirir un champú en una tienda de asiáticos.
En fin al parecer esta lucha va a ser de largo trecho, el gobierno va a tener que utilizar todos los recursos humanos, sobre todo de inteligencia para detectar dónde está el factor que impide que los resultados sean contundentes y nos permitan cantar una nueva victoria contra una derecha desalmada y cruenta.-
Se ha anunciado una nueva etapa contra los factores que la contrarrevolución está utilizando con el único fin de desestabilizar y por esa vía derrocar el gobierno, es de esperar que esa nueva etapa logre que las acciones de las autoridades, apoyadas por miles de inspectores en todo el país y por el llamado poder popular, sean todo lo contundentes, como para que se sienta en la población con hechos reales, que no pueden ser otros que poner fin a los fenómenos que, cual armas letales, están poco a poco minando la confianza de los venezolanos: acaparamiento, contrabando, escalada de precios, desabastecimiento, escases y por esa vía una inflación inducida por dichos fenómenos, que sabemos no son de natural existencia sino de una artificialidad tal, bien pueden hacerse desaparecer con una bien inteligente estrategia que detecte, con exactitud, dónde están las fuentes que los accionan, así como el financiamiento y que así como hoy pareciera que existe una generalizada sensación de falta de efectividad se le de la vuelta a la tortilla y esta sensación se cambie por la reconstitución de la confianza, en no pocos sectores de la población que sobre todo en la clase media, se siente desprotegida por el estado contra esa especie de ébola económica que se extiende en toda la Patria, a la que ahora se suma la depreciación de nuestra primera y casi única fuente de divisas como es el petróleo lo cual conspira a favor de los desestabilizadores de aquí y de fuera.-