Estas últimas dos semanas observamos un par de movimientos positivos en cuanto al precio del petróleo y la cotización paralela del Dólar, lo cual es altamente significativo para la economía venezolana, ya que al tratarse de un modelo que depende del crudo para captar divisas y de las importaciones en dólares para abastecer su mercado, tiene una repercusión directa en materia macroeconómica y por ende en el día a día de la gente.
El precio de la cesta (Opep) se situó el miércoles en 44,68 dólares por barril, lo que supone un descenso de 0,47 centavos de dólar en comparación con el cierre del martes, cuando se ubicó en 45,15 dólares. Aun así, este marcador ha logrado levantarse de los 27 dólares a donde había descendido en meses pasados.
En cuanto a la cotización del dólar paralelo, establecido por el portal DolarToday, se evidencia un descenso a menos de mil bolívares por dólar en los últimos días, sin contar además que desde inicios de este año 2016 se ha mantenido estable en ese promedio, muy al contrario de lo que sucedió durante 2015 que subió de manera vertiginosa semana a semana. Esto ocasionado por la activación del DICOM como mecanismo oficial para la adquisición complementaria de divisas, donde el cambio ya roza los 550 Bs por dólar.
Por otra parte, el gobierno ha realizado ajustes en los precios de algunos rubros de alta demanda como harina de maíz, leche, pasta y artículos de higiene personal, con el propósito de garantizar a los empresarios un margen de ganancias que le motive a la producción y a la vez evite el fenómeno de la reventa especulativa, mejor conocido como Bachaqueo y el contrabando de nuestros productos hacia el Caribe y Colombia.
El ciclo de las lluvias, que inició a mediados de mayo con bastante intensidad, hizo recuperar los niveles del Guri, evitando el colapso eléctrico y permitiendo al gobierno flexibilizar el racionamiento.
Gracias a esta generosidad de la naturaleza los productores agrícolas también experimentan una recuperación, ya que pueden los ganaderos aprovechar millones de hectáreas de pasto para alimentar sus rebaños de manera más económica, y ya los agricultores prepararon sus tierras para la siembra del maíz blanco. En el caso de Yaracuy más de 20 mil hectáreas de serán sembradas en el ciclo invierno 2016, para una producción estimada de 100 millones de kilos de maíz, necesarios para un mes y medio de harina precocida para todo el país.
El panorama indica que para el segundo semestre del presente año deberíamos experimentar mejores niveles de abastecimiento, una estabilización de los precios y por ende el fortalecimiento de la capacidad de compra, lo cual podría acelerarse si los monopolios que hacen vida en Venezuela como Polar, P/G y Colgate Palmolive trajeran sus divisas para la inversión y liquidaran esa práctica de guerra conocida como Simplificación de la Producción, es decir que produzcan en todas las presentaciones y tamaños para que pueda el pueblo acceder con justicia a todos los productos.
El llamado es a cultivar la esperanza, cada sectores de la vida pública debe incorporarnos a una nueva dinámica económica que saque el país adelante. Desde el cambio en los hábitos de consumo, hasta el fortalecimiento del aparato productivo, con participación del empresariado no monopólico, la clase obrera y el poder popular, pasando por la agricultura urbana y el combate al bachaqueo con el fortalecimiento de los Clap.
¡Sí hay esperanza, Venezuela!
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