Pareciera que es un cuento pero no es un cuento. Hace unos cuantos días atrás, desconocidos personajes de la fauna política informaban a la opinión pública regional que el partido de la peste verde no estaba en ningún tipo de campaña electoral, información que se contradice a sí misma y resulta total y socialcristianamente falsa como una romana de palo, pues a los ojos y a la vista de todos vemos una destemplada, descontextualizada y multimillonaria campaña electoral de unos “burdomaestres” que a fuerza de billete parejo quieren posicionar una imagen de “muchachos buenos”, cuando en realidad son un pillos de cuatro suela.
Que ellos anden desbocados en sus aspiraciones y marramuncias y quedarse uno callado, sería como permitir que profanen la conciencia de la gente decente y con valores de autentica y verdadera fibra humana. Con su absurda y ridícula campaña de vallas gigantes, de pendones, de cuñas de radio y televisión, de vehículos y camionetotas rotuladas, están corroborando lo que todo el mundo dice y comenta por allí, que en realidad son pillos de cuatro suela que se mueven en el mundo de las grandes mafias políticas, de los bajos fangos y las que transitan por los caminos verdes.
De verdad, cómo pueden justificar esos alcaldecitos sus gastos de campaña electoral cuando apenas su sueldo alcanza a cinco o seis salarios mínimos. Allí pudiera ser que estén ocurriendo graves casos de corrupción y por las cuales ameritaría una rigurosa averiguación y que esos “burdomaestres” terminaran tras las rejas por delincuentes de cuello verde. En primer lugar, estos bandidos pudieran estar utilizando y desviando los recursos de sus municipios para sus propios intereses personales, lo cual constituye un delito imputable y se le pudiera destituir del cargo y someterlo a la justicia. En segundo lugar, pudieran estar siendo financiados por grandes mafias a cambio de ciertos “favores”, en dado caso que lleguen al poder, tal como ocurrió en esta comarca cuando gobernó un miembro del partido de la peste verde.
La cosa de verdad es de espanto y brinco, porque uno no deja de asombrarse cuando indaga sobre cómo actúa esa gente. Cuentan que uno de esos pillos, cobra por el servicio de cualquier maquinaria que sea de la alcaldía y cuando los agricultores del páramo le solicitan ayuda para arreglar la carretera y ellos poder sacar sus verduras y hortalizas, deben bajarse de la mula con hasta cincuenta y cien mil bolívares. Con razón en una trifulca le dieron sus buenos golpes para que sea serio y se ponga a trabajar por su municipio. Hasta ahora lo que ha demostrado es la más absoluta ineficiencia en el cargo, siendo un incapaz para estar al frente de esa responsabilidad.
Los municipios tienen la potencialidad y sus gobiernos locales están facultados para implementar toda una política tributaria que les permita los recursos necesarios para atender a las comunidades y no andar cobrando y estafando a la gente por servicios que son y deben ser siempre gratuitos. Ya dejen de engañar a sus municipios, pónganse a trabajar, no sean falsos y corruptos, porque mientras hablan de crisis, ustedes andan despilfarrando millones y millones de bolívares de dudosa procedencia. Presos deberían de estar.