A la hora de analizar las gestión 2016 de la directiva del Banco Central de Venezuela, sin duda, quedará marcada esa actuación, por los gravísimos hechos ocurridos en esto días previos a la navidad, en especial, el abortado golpe monetario con el cual, el gobierno de Obama pretendía dar al traste con el Gobierno Revolucionario del camarada Nicolás Maduro. El plan golpista, recogía parte de la experiencia de lo que fuera el primer golpe de Estado desarrollado por la Administración Obama contra el Gobierno de Gadafi y que desencadenó una brutal guerra civil que aún no concluye. En Libia, las operaciones que condujeron al derrocamiento del camarada Gadafi, se iniciaron con el vaciado de todo el efectivo que movía la economía de aquella nación africana, como lo explica David Ignatius en un artículo para The Washington Post: "El coronel Muammar Gadafi siempre ha dependido de un recurso estratégico para mantener unido a su descabellado gobierno: dinero en efectivo. Pero a medida que la coalición respaldada por la ONU aprieta el círculo, a Gadafi le va faltando dinero – y su círculo interno está mostrando los primeros signos de colapso…" (La estrategia de la liquidación en Libia, The Washington Post, D. Ignatius, 01-04-2011). En los primeros escarceos de la batalla, hemos tenido a un Presidente de la República como que empujando a los directivos del BCV para que actúen y hagan algo. Un Merentes, como ausente de la realidad que vive el país. A tal extremo llegaron los directivos del BCV, como ha sido testigo todo el pueblo venezolano, los billetes que reemplazarían a los desmonetizados de Bs 100, fueron mandados a elaborar nada más y nada menos, con una empresa (Crane Currency) muy ligada al Departamento del Tesoro de EEUU, es la principal proveedora de papel moneda según investigación de LaTabla.com, organismo imperialista detrás de esta novedosa intentona de golpe monetario. Por ello, nada casual los retrasos sufridos en la entrega de los nuevos billetes, hecho que obligó al camarada Presidente Maduro a dar un viraje táctico en su contraofensiva antigolpista y prorrogar hasta el 2 de enero próximo, la vigencia de los billetes de Bs 100.
Pero, si faltara algo para caracterizar la gestión de la actual directiva del BCV y evaluar su gestión, con tan solo dar una lectura a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela obtenemos respuesta a nuestra inquietud, ya que se trata de un órgano del Estado constitucionalizado. Siendo que el principal objetivo que la Constitución Bolivariana consagra al BCV, éste no es otro sino que el logro de la estabilidad de precio con el fin de preservar el valor interno y externo de la moneda, textualmente el 318 de la CRBV: "…el objetivo fundamental del Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria". A los hechos debemos remitirnos, para concretar una definición de evaluación de lo que ha sido la gestión de la actual directiva del BCV en el cumplimiento de la misión constitucional. Una Venezuela caracterizada por altas tasas inflacionarias y una devaluación constante de nuestro signo monetario, como expresión ausente de una mala gestión que debe ser reconsiderada y reevaluada pues ya va como para tres años consecutivos de fracaso en fracaso. Tres años, en que la actual directiva del BCV ha abandonado a su propia suerte a nuestro signo monetario y, en específico, propiciado inestabilidad de precios con su laissez faire, laissez passer. Nuestro pueblo reclama una nueva directiva del BCV, más consustanciada con los intereses nacionales. Más cónsona con los procesos de cambios que hoy reclama la estructura económica nacional, para dar al traste con el modelo rentístico parasitario. Una junta directiva que acompañe al Gobierno Nacional, la FANB y al pueblo venezolano en la gran batalla por la liberación nacional que hoy, ha tomado visos de lucha antiimperialista y de resistencia nacional contra el imperio del norte. Una directiva del BCV, altamente consustanciada con los procesos de transición al Socialismo que hoy requieren aceleración dinámica, para revertir de una vez y para siempre, la guerra económica imperialista que contra nuestra economía ha implantado el imperialismo en nuestra patria.
Es hora ya, que la Revolución Bolivariana entre de lleno a dirigir el BCV, así como lo hizo nuestra hermana Revolución Cubana un noviembre de 1959, con uno de sus mejores hombres: Ernesto "Che" Guevara, quien pasó a presidir el Banco Nacional de Cuba desde entonces. Decisión de la cual bromeaba Fidel, en un discurso de mayo de 2003: "Los enemigos bromeaban, siempre bromean; pero la broma, que tenía una intención política, se refería a que un día yo había dicho: hace falta un economista. Pero desde entonces se habían confundido y creyeron que yo decía que hacía falta un comunista, y es por eso que había ido el Che". Pero el Che era un comunista y era un excelente economista. "Ser economista excelente depende de la idea de lo que quiera hacer quien dirige un frente de la economía del país, y quien dirige el frente del Banco Nacional de Cuba; así, en su doble carácter de comunista y economista". Ya no en broma, nuestro Fidel en diciembre de 1959, ante una plenaria de trabajadores azucareros, en un discurso en el que dejaba entrever la posibilidad de un cambio de moneda, el Comandante era categórico: "Para que nadie se llame a engaño, el Che no está ahí para hacer ninguna barbaridad, el Che está ahí igual que cuando lo mandamos a Las Villas a impedir que pasaran las tropas enemigas hacia Oriente; lo he mandado al Banco Nacional a impedir que se vayan las divisas y para que el parque que tenemos en divisas pues se invierta correctamente". Mucho de Che y de Fidel reclama nuestro BCV. Mucho de Chávez y de Bolívar. Ha llegado la hora de que la Revolución Bolivariana entre por la puerta grande a dirigir al BCV, con uno de uno de sus más preclaros revolucionarios y/o revolucionarias, para luego es tarde!