Grave daño al proceso revolucionario le están produciendo los excesos de algunos funcionarios y dirigentes de distintos niveles, que desde hace tiempo vienen haciendo obscena ostentación de lujos que por su origen y destino, contradicen las más elementales normas de una denominada revolución socialista.
Con el ejercicio del gobierno, el “Chavismo”, se ha visto enriquecido por un caudal de personas que se han sumado a su causa, pero también el mismo movimiento, ha estado enriqueciendo a un grupo de políticos y civiles que usando el poder, han acumulado todo tipo de bienes sin que, al igual que en el pasado, exista ni tan siquiera la condena de quienes siguen apegados a los valores revolucionarios, todo lo cual ha desencadenado una especie de Nomenclatura Nacional, en la cual un grupo privilegiado ostenta el poder y el derecho a la riqueza sin cohibiciones legales, morales o éticas.
La nomenklatura era una parte elitista de la sociedad de la Unión Soviética, que tenía grandes responsabilidades así como grandes privilegios. El término nomenklatura deriva del latín nomenclatura, que significa una lista de nombres. Originalmente era una lista de trabajos o cargos con altas responsabilidades, cuyos ocupantes debían ser aprobados por el Partido Comunista de la Unión Soviética. Por extensión, el nombre se empezó a usar también a las personas que ocupaban tales cargos. El sistema en sí no otorgaba grandes privilegios a los pertenecientes, pero muchos de ellos fueron partícipes de estafas y corrupción. (Fuente Vikipedia).
Es evidente que el mas grande peligro del proceso Chavista es la corrupción, y es necesario advertir, que después de 8 años en el poder, no se puede mostrar un eficiente combate contra lo que sigue siendo el mas envenenado de todos los dardos en nuestro sistema político de ayer y de hoy, todo lo cual ha puesto, una vez mas, al pueblo alerta y si no se hacen los correctivos a tiempo, volverá a producirse un vomito social, producto de la indigestión de un colectivo.
A los miembros de la NomenKlatura nacional, se les ve viajar en aviones privados, comer en restaurantes de lujo, adquirir viviendas multimillonarias, lucir joyas costosas, presentar fiestas en mansiones adornadas con esplendor casi monárquico, y tienen como invitados a los corruptos de siempre mas los que ahora se suman, todos compartiendo el mismo festín con los dineros públicos, mientras muchos auténticos revolucionarios se inhiben de quebrantar ni la letra A del libro sobre la doctrina socialista que tuvieron que comprar, porqué nadie se los regaló.
La lucha contra la corrupción no es solo judicial. No puede recaer sobre los hombros de organismos que han mostrado un alto grado de ineficiencia como la Fiscalía o la Contraloría. Es también un asunto político. Una cuestión de política de Estado, por lo que el propio Presidente de la República, debe actuar directamente en su fuero sin esperar resultados de otras instituciones que no satisfacen a nadie.
El día que el Presidente Chávez, en cadena nacional, despida de sus cargos a un grupo de funcionarios de su gobierno, por actos reñidos con la moral y la ética pública, decisión esta para la cual no necesita; ni de la Fiscalía , ni de la Contraloría ni de ningún tribunal del país, por pertenecer al ámbito de competencia administrativa del Jefe del Estado, en ese mismo instante, se habrá iniciado la mas efectiva campaña contra la corrupción en nuestro país y quizás sea el inicio del fin de la sicalíptica NomenKlatura Nacional.
Braulio@consultoreslegales