Temas para escribir esta semana sobran. Volver sobre el magnicidio ignorado y convertido en chistecito por los medios de comunicación, la utilización del CNE por parte del sector opositor para hacer primarias sin que canten fraude de antemano, la depresión mediática ante la caída de los mercados financieros en Estados Unidos (les falta un lacito negro en sus primeras páginas y en sus pantallas), la felicidad mediática ante el “derrumbe” de los precios del petróleo (llaman “derrumbe” a un barril en ¡90 dólares!… si eso es un derrumbe de precios yo soy Sarah Palín), la salida a la venta del libro “Otra vez Pedro siempre Pedro”, de mi hermano Pedro Chacín, las excelentes actuaciones de Johan Santana… Mientras todo eso pasa, tengo que ocuparme y molestarlos otra vez de un asunto tan personal como es que a uno le intenten “tumbar” dinero de su cuenta corriente. Perdón por eso.
Y es que para nadie es un secreto que el delito informático financiero tiene minado a los bancos del país. Ni que decir de nosotros, las víctimas. A todos les pasa y mi me tienen de sopa. El año pasado fueron 10 millones, de los cuales la institución bancaria me “hizo el favor” de devolverme ocho. Y ahora impiden el cobro de un cheque, pero… Resumen: Me llaman de Banesco para informarme que está detenida una persona que intentó cobrar un cheque de 4 mil bolívares (cuatro palos de los viejos). Lo curioso: sucede un viernes y me llaman el lunes en la noche. Me dan los teléfonos de un funcionario de la PM que participó en la “operación” para denunciar al estafador. De galla, los llamo y me marean por 48 horas. Caigo en lo insólito, no del procedimiento de Banesco, sino del mío, y cuando averiguo si todo esto es normal, me dicen que no y que el cheque cobrado es del año ¡2005! Cinco días después en la agencia donde abrí mi cuenta no sabían del intento de estafa y como solución me recomiendan que cambie el número.
Lo diré de este modo. El departamento de Seguridad de Banesco no funciona. Si siguen así no van a impedir el robo ni de la quincena de Escotet. Millones de personas están a merced de esta empresa privada que, de eficiente, solo tiene su campaña publicitaria. Banesco ¿todo lo llevo conmigo? ¿Meto la platica debajo del colchón?
(*)Periodista
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