Cultura y revolución: creadores y patrimonio material e inmaterial del estado Lara

Gyorgy Lukács (1970) en el Prefacio al libro de Ágnes Heller "Sociología de la vida cotidiana" (Ediciones Península, Barcelona) sostiene que la cultura constituye una de las expresiones vitales en "los modos de vida".

Esto es, "… en el interior de grupos concretos de un proceso social conjunto concretamente determinado" (p. 16). Sugiere más adelante, por supuesto siguiendo los términos teóricos metodológicos de Marx, su maestro, que la base económica influye de manera importante "en el ser de cada sociedad", pues, la vida se reproduce no solamente de manera biológica, sino que "se objetiva por último en las formas ideológicas más elevadas: en la ciencia, filosofía, arte, ética, etcétera" (ob cit., p. 17).

De donde se pudiera seguir que al modificar la base material de la sociedad mediante "la revolución" también se dará una modificación en la producción, distribución y consumo de esas "formas más elevadas de ideología" antes señaladas, de ahí la muy conocida consigna que toda revolución es cultural o no es nada. O que la lucha más encarnizada en los procesos de cambio social, como los que tienen lugar hoy en Latinoamérica y el Caribe, tiene lugar en el campo de la conciencia, en las preferencias, éticas, estéticas y políticas. En la ideología, entendida ésta como las ideas-fuerza que sostienen la lucha, tal como el cantor venezolano Alí Primera pedía al poeta. A saber, que sostuviera con su palabra el corazón del pueblo para que no se canse, cuestión que siempre recuerda cada mércoles el compañero Diosdado Cabello en su programa "Con el mazo dando".

Ergo, el trabajo de los llamados "Frentes culturales", claro, junto a los planes de siembra y productividad agroindustrial, por ejemplo, es de primera importancia, aunque en Venezuela siempre estamos en deuda con esos rubros o indicadores sociales.

Lo anterior sirva de marco a las siguientes reflexiones, ya que participamos recientemente y de manera casual en un evento muy singular en la Capilla San Miguel del Museo de Barquisimeto (viernes 12 de abril de 2019). En efecto, convocados por gestores culturales de la gobernación del estado Lara y la alcaldía del municipio Iribarren hubo un encuentro con creadores culturales por fines técnico-administrativos. A saber, recoger la voz de los protagonistas del arte y sus actividades conexas (concienciación, organización y movilización popular del pueblo en sus estructuras de base, por ejemplo) en el marco regional y local para enriquecer la elaboración de proyectos de presupuesto asignados a la cultura que, dados los lamentables procesos inflacionarios, hay que elaborar trimestralmente.

Tarea nada fácil. Más aún cuando en estos momentos la mayoría de los habitantes de nuestras comunidades priorizan (priorizamos) casi de manera exclusiva cuestiones básicas: comida, salud y servicios básicos como energía eléctrica, agua y gas que, por cierto, y de acuerdo a lo dicho abiertamente por el flamante presidente de la Asamblea Nacional en desacato, John White-Dog, Mike Pompeo y demás "ligaditos", son los objetivos elegidos por las fuerzas imperiales norteamericanos y sus aliados nacionales (que los hay y siempre actúan esquinados y aviesamente) para quebrar la voluntad del pueblo venezolano.

En ese contexto, la pegunta generadora en realidad fue: indagar cuál pueda ser la relación entre cultura y revolución bolivariana considerada a partir del respaldo de la producción y asistencia social a los cultores populares, un grave asunto planeado inicialmente por García y Rodríguez, representantes de los entes gubernamentales; además, cómo hacer efectiva, con la participación de toda la colectividad, la aplicación de la legislación cultural vigente en cuanto a la conservación del patrimonio cultural material e inmaterial del estado Lara. Tan amplio y diverso. Tanto así que el Cronista Oficial de Iribarren o el historiador de la ciudad de Barquisimeto, Prof. Edilio Peña, señaló no sin admiración de este mini cronista que pasan de tres mil quinientos los elementos patrimoniales (3.532, para ser exactos) repartidos entre objetos, creaciones, manifestaciones, testimonios, construidos, según cuadro que nos entregara.

Aunque no estábamos invitados formalmente, pero como nos dijeron que era de libre acceso, pues, entramos por puro "interés periodístico" acerca de cómo se mueve el asunto cultural en el estado Lara, ya que desde hace ya un buen tiempo somos aprendices de investigación en filosofía e historia de la cultura (de hecho participamos del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, UPEL-IPB, espacio académico donde el 17 de abril de 2018 sustentamos oralmente un informe de investigación, tesis que suele llamarse; y fue aprobada como tal).

Estaba allí en el referido evento de la capilla San Miguel del Museo de Barquisimeto algún artista plástico, un músico, dos poetas y promotores culturales; cuando nos incorporamos, no sin cierta pena porque no conocíamos a nadie propiamente sino de vista, porque quienes dirigían aquello son "gente pública", descubrimos que el asunto de fondo a discutir estaba vinculado al título de esta nota; que, por demás, refiere a ya clásicas discusiones filosóficas sobre realismo socialista y libertad creadora, de Platón a Miakoski, como plantea una novela reciente titulada "Prohibido entrar con pantalones".

Por ahí la cosa fue derivando hacia el espinoso tema de si "la gente de la cultura" puede, no sólo acceder al "poder político", sobre todo en un tiempo en que como sostuviera a inicios de su mandato la gobernadora larense Almirante Carmen Meléndez: "Se han alineado los planetas", ya que el PSUV controla todas las alcaldías, el Consejo Legislativo y por supuesto el poder ejecutivo regional; a lo que vamos es que por qué ellos mismos (artistas, artesanos o creadores en general) no podían ser gobernadores, concejales y diputados, etc., en el marco general del movimiento bolivariano, por supuesto; no quienes pidan abiertamente la intervención extranjera en el país . Un poco, creemos, siguiendo, aunque tal vez sin ser muy consciente de ello, el argumento platónico en La República acerca del filósofo gobernante. El cultor del arte gobernante, en este caso.

El cronista de Barquisimeto en una intervención muy sentida destacó que la revolución bolivariana estaba en deuda con uno de los creadores recientemente fallecido, el Lic. Pilar García, cronista a su vez de la Parroquia Buena Vista del municipio Iribarren. Reconocido compositor, músico, poeta y decimista; quien trabajaba en la línea de la historia, memoria e identidad. Concretamente propuso rescatar su obra escrita y fortalecer el trabajo educativo escolar formal, informal y no formal en el área patrimonial (desarrollar talleres de creación, danza, tamunangue, etc.).

Una forma pudiera ser a través de los voceros culturales de los consejos comunales, dijo. Ello dado que la cultura representa un elemento o factor de resistencia política importante (por ejemplo, tememos mucho a una invasión militar por las bombas, muerte y destrucción de la infraestructura de servicios, carreteras, industrias y comercio, claro está; pero no advertimos cómo ya estamos invadidos culturalmente al recibir y aceptar acríticamente otras formas de vida extranjeras que nos hace desdecir de lo nuestro). Hay que descolonizar el pensamiento y las actitudes.

Paralelamente, se planteó la necesidad de generar proyectos de investigación sobre la historia regional y local desde la perspectiva de la historia social emancipadora basada en fuentes orales, testimonios, documentos, vestigios y "lugares de memoria" (espacios públicos como plazas, cementerios, sitios donde han caído combatientes guerrilleros y luchadores sociales víctimas de la represión de la IV República, asesinatos de campesinos en la actualidad por latifundistas, entre otros, que sistematicen e interpretan los significados de las luchas políticas y culturales contemporáneas, recientes y actuales.

Creemos, en efecto, que la cultura –sector de creadores en diversas dimensiones y niveles del arte- en la historia regional y local en el tiempo contemporáneo muestra una dinámica imbricada con el compromiso político revolucionario o nacionalista que ha dejado huellas. Por ejemplo, con los frentes culturales de algunas organizaciones políticas de izquierda; junto a que en los días que corren y dado el conflicto actual con grave peligro de invasión imperialista surge la necesidad de crear nuevamente otros frentes culturales dinámicos y combativos que exijan la asignación de recursos estadales, pero también que a través de empresas socialistas se genere autogestión, formar cultores y hasta una "economía cultural".

La cultura puede, como de hecho ha sido así, ir formando una nueva subjetividad revolucionaria y hacer que el pueblo redescubra su propia identidad e internalizar también ciertas disposiciones legales que conduzcan a proteger su patrimonio cultural tangible e intangible que en el estado Lara, que la paciencia del Sr. Cronista ha contabilizado en un cuadro-resumen.

Esto nos hizo recordar que hacia el año 1998 o 2000 participamos junto con los distinguidos antropólogos Juan José Salazar, Félix Gil y Walter (que nos perdone pero no recordamos su apellido) en la identificación y descripción del patrimonio cultural del municipio Urdaneta del estado Lara y particularmente nos llamó la atención los petroglifos "Piedra Colorada" de la población emblemática de Baragua, cruzando el río de igual nombre, que ubicamos gracias a la orientación que nos dieran el muy apreciado coterráneo Prof. Alejandro Morales y el siempre recordado padre Luis Franceschetti y por cierto localizamos también otra enigmática roca con escritos curiosos a la entrada de un pueblo de indudable toponimia aborigen, "Urucure".

Hoy ya no sabemos en qué condiciones estarán una y otra pieza patrimonial, que muy bien pudieran ser importantes atractivos turísticos, aparte de ser un lugar de memoria. En consecuencia, ¿no puede ser también un indicio usado para fines de didáctica de la historia regional y local, en particular sobre las comunidades primigenias de la macro etnia Jirajara- ayamán y otras que describiera en su libro el investigador Pedro Pablo Linarez en su libro "Etnohistoria del estado Lara"?

Los gestores culturales del estado Lara, gobernación y alcaldías, tienen graves responsabilidades en ese sentido y una crítica que podemos adicionar es que no percibimos que trabajen en coordinación con los centros académicos que existen con larga tradición en la región y localidad barquisimetana, bueno a menos que estén articulados con esa nueva universidad del magisterio que ha creado el compañero presidente Maduro, pero ha olvidado a la UPEL-IPB.

Ya se sabe que "Cuando hay santos nuevos los viejos no hacen milagros" y menos cuando las autoridades de esta institución reconocen es la presidencia imaginaria de John White-Dog, "Junaito Alimaña" que llama el compa Diosdado Cabello Rondón, quien, si bien dice siempre que Rondón no ha peleado aún, continúa con la pelea ideológica tanto en actos públicos en la calle y en la tv, sosteniendo al pueblo con la palabra del líder, el comandante Hugo Chávez.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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