I.
El gobierno de Venezuela no debería dejar pasar más tiempo para incorporar a las plantas medicinales en el sistema público de salud.
Una razón, que la situación política y la realidad lo exigen. Otra, que es parte de los acuerdos establecidos en la OMS hasta el año 2023.
También que existen raíces extendidas y profundas en la memoria histórica y el sentir popular. Y algo muy importante, que en 2018,
Venezuela fue certificada como uno de los 17 países que en el mundo se consideran megadiversos en materia de plantas medicinales. Es decir,
somos una potencia en plantas medicinales. Tenemos con qué ser saludables y en consecuencia el pueblo debe disfrutar de esa riqueza
natural con políticas públicas que desarrollen la medicina verde: la Fitoterapia.
Es lógico y conveniente que la Fitoterapia se incorpore al sistema público de salud en el marco de una política pública definida para
todas las Ciencias, Artes y Oficios de la Salud Natural (Medicinas Natural, Tradicional, Ancestral, Indígena, Doméstica y sus terapias
complementarias; profesionales universitarios y no universitarios; personal médico y no médico; Sanadores; Curanderos; Hierbateros;
Botánicos; Chamanes) y que sea el primer programa (el piloto) de un proceso trascendental, considerando todas las ventajas arriba
indicadas.
II.
En otros tiempos hubiese sido un problema sincronizar la Fitoterapia con la medicina convencional (oficial en este caso) pero hoy no es
así, ya que se está dando un proceso mundial de revalorización y alto consumo de las plantas medicinales, situación que envuelve, tanto al
pueblo venezolano como a la comunidad que constituye el sistema público de salud. Una muestra palpable en nuestro país, es la
creciente prescripción de productos naturales que están haciendo ginecólogos, odontólogos, nefrólogos y neurólogos.
Pero si alguna resistencia se llegare a presentar para incluir a la Fitoterapia en Hospitales y otros centros de salud públicos, hay que
consultar al poder popular organizado en el sector salud: a) Promotoras y Promotores de Salud Natural de la Gran Misión Hogares de
la Patria; b) Vocería de las Áreas de Salud Integral Comunitaria (ASIC) y c) Comités de Salud de los Consejos Comunales.
Por otra parte, hay que mirar las experiencias con plantas medicinales en los sistemas públicos de salud en países de nuestra América:
Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, y Nicaragua. También en otros
continentes, como es el caso de Italia que junto a Cuba acaban de desarrollar un Congreso sobre Plantas Medicinales en La Habana,
durante los días del 16 al 20 del mes en curso. Claro está, habrá que buscar asesoría con aquellos gobiernos que son solidarios y no
injerencistas.
Es una decisión política que involucra a muchos actores institucionales: Ministerio de Salud, Ministerio de Educación Universitaria, Gran Misión Hogares de la Patria (Promotora del Plan Salud 100% Natural); Ministerio de Agricultura, Ministerio de Agricultura Urbana, Ministerio de Ciencia y Tecnología (El IVIC cuenta con un herbario de unos 70.000 registros pertenecientes a unas 7.000 especies, entre ellas medicinales y además desarrollará el 8vo Congreso de Medicina Natural y terapias complementarias con el lema "Hacia su inclusión en el sistema público nacional de salud", del 17 al 19 de Oct-2019), Ministerio de Pueblos Indígenas, Ministerio de Cultura, Consejo Legislativo del estado Lara (por su Ley Estadal para la Medicina Natural, Ancestral y Tradicional) y Oficina Panamericana de Salud/OMS.
III.
Las definiciones pendientes tienen que ver con el cómo y todo eso se puede visualizar en el 8vo Congreso de Medicina Natural y terapias
complementarias, encuentro oportuno para concentrar el debate y del cual debería salir un plan de trabajo para la inclusión de todas las
medicinas originarias (empezando por la Fitoterapia) en el sistema público nacional de salud: Atención Primaria y Atención Hospitalaria.
