Aquella voz fuerte y ronca de pronto se quiebra al ser informado: Usted va a ser papá ¡Felicitaciones! Más que una noticia, resulta ser el acicate perfecto para adentrarse a esa seria aventura. No obstante, hay quienes lo asumen agraz de lo que implica tamaña responsabilidad, otros no y unos cuantos, ni lo uno ni lo otro…
1.- Los que no asumen: “Ellos se conocieron. Durante un tiempo salieron, bailaron, compartieron, se divirtieron. Cariños iban y venían, todo era románticamente perfecto inclusive, el chico preparó un poema que rompería todos los esquemas, fue tal el embeleso que conllevó todo –frenéticamente- al H-H-H (Horizontalización-Hormonal-Humana) intimaron pues. Pasaría un poco más de tres meses cuando, al hallarse vida, él, se esfumó…”
2.- Los que asumen: “Ellos al conocerse intercambiaban diariamente letras, mensajes, anécdotas, además se divertían paseando, observando la naturaleza y queriéndose en los detalles y casi siempre postergaban al H-H-H, pero un buen día (casados o no) más allá del poema –rompe esquemas- se halla vida y se consagra a ella…”
3.- Y otros, ni lo uno ni lo otro: “Ella, le expresa el hallazgo de la vida, tras de la H-H-H, enmarcada en la cara de poema que puso el chico light, quien con ademán relajado, manifiesta ayudar económicamente mas no permitirá que la criatura cambie sus esquemas en cuanto a seguir la rumba, diversión y esa eterna soltería que acaba y acaba ropa sin piedad y bueno, en fin, asume pero no…”
La paternidad, término que procede del latín paternitas que refiere a la condición de ser padre, suele añadírsele la palabra responsable, Paternidad Responsable, la cual no solo tiene que ver con brindar alimento, vivienda, salud y vestimenta sino también amor, afecto, amistad, tiempo y protección que al fin y al cabo es lo que crea vínculo imperecedero, lo cualitativo y esencial que se mantiene en la memoria, pues en realidad uno –hablo como hija- termina recordando mas esa mirada tierna, amorosa, afectuosa que nuestro papá equilibra con el juego cariñoso y respetuoso, más que lo relacionado a comida, bebida, casa, ropa, juguetes etc. (Aun cuando eso se agradece infinitamente).
De todo hay en la viña del Señor dicen por ahí, conocemos padres responsables, padres que asumen, otros que no asumen, otros que otorgan solo lo económico, quizá a casi todos los caracteriza lo lúdico, otros aprenden a cambiar el pañal, otros les hablan a sus hijos cuando están en el vientre materno, los hay también que disciplinan, pues quien ama disciplina, ojo, no maltrato, sino corrección necesaria y a tiempo y es que tan solo con decir NO a algo, podrías evitar males mayores y se infundiría el principio de autoridad y respeto que por cierto es una yunta tan llevada a menos en la actualidad en cuanto a concepto se refiere. Resumiendo, de todo hay, hasta en las mejores familias.
Gracias Padre Celestial por ser tan real. Gracias José Alviarez (mi papito) por tus consejos, por tus afectos hacia mí y también por tus regaños. Gracias José Largo (esposo mío) por elegirme como coequipera en esta gran aventura asumida con ternura y coraje para ser papá (tú) y mamá (yo) de nuestros hijos.
Confieso que me sentí un poco extraña al escribir para los padres y hasta podría asegurar que me resultó un tanto difícil pero luego de pensar, plasmar, borrar, armar, desarmar y volver a armar como lo canta el dúo buena fe y sus particulares letras la cual el tema “papel en blanco” (https://www.youtube.com/watch?v=bgc8PTh_T4E) no escapa de ello, me animé y fíjense, al final me fue grato compartir con ustedes lectores y lectoras estas modestas reflexiones y quizá se pudiese seguir, pues en la vida uno consigue durante su formación tanto profesional como personal desde padres históricos, académicos, hasta espirituales y afectivos, que con sus legados conectan a todos sus hijos por ejemplo, Bolívar, padre de la patria nos enlaza a todos nosotros sus hijos, los cuales nos sentimos orgullosamente bolivarianos y felizmente Venezolanos. Y así muchos más que durante un ejercicio personal usted hallará en su mente, claro, tenga cuidado, pues no todos merecen ese título de padre, algunos llegan engañosamente con un poema bajo la manga y al hallar vida se esfuman, otros ni fu ni fa y con cara de poema, pero lo cierto es que aquel que celebra la vida y la asume más allá del poema, es quien merece ser llamado dulce y respetuosamente por sus hijos como Papá.