Leyendas de Amazonas, Anacondas del jesuita cafetero

Hay una leyenda de que el jesuita José Gumilla, primer ser humano que sembró café en Venezuela, en el año de su desaparición julio de 1750, haya intentado realizar la misma hazaña de Francisco Orellana, que en febrero del año 1545, navego el rio Amazonas y fue su mayor descubrimiento el encontrar este hermoso rio. Orellana en su expedición buscaba era la ciudad del Dorado y el país de la Canela.

Francisco de Orellana, al llegar a España, relato que en su navegación por el rio Amazonas, al intentar pisar tierra firme, unas valientes mujeres, muy hermosas, de una estatura de 1 metro con 80 centímetros aproximadamente, los hicieron salir corriendo de las riveras del rio. Estas mujeres eran expertas en el dominio del arco y la flechas, ademas de ser muy fuertes en el combate cuerpo a cuerpo. Y tener control absoluto de ese territorio.

El jesuita del café, había escuchado estas historias de los nativos del rio Orinoco, el Dorado y las Amazonas, muchas veces decía, que iría a buscar a esas Amazonas y salvaría sus almas de estas mujeres escondidas en la tierra del Dorado. Si en el rio Orinoco, había partículas de oro, que seria en la ciudad del Dorado. Hoy en el siglo 21, año 2022, las Amazonas y el Dorado permanecen ocultas.

El rio Amazonas, su nombre fue dado en honor a estas valientes nativas de las riveras del rio.

Las expediciones que siglo tras siglo, año tras año, parten desde Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Bolivia, Perú, y emprenden su navegación por el rio Amazonas, continúan en la búsqueda de esta leyenda realidad. En el año de 1920, el aviador estadounidense James Ángel, emprendió su búsqueda y desapareció. En el año de 1960, desde Perú, unos arqueólogos iniciaron una expedición buscando las Amazonas y el Dorado, lo extraño y misterioso, es que el único arqueólogo que logro escapar de las Amazonas,perdió la memoria.

Anaconda gigante, de un largo de 15 metros y un diámetro de metro y medio, protege el rio Orinoco, y es el espíritu del padre jesuita cafetero, que, cuando humanos depredadores, intentan navegar el rio Orinoco, como el rio Amazonas, esta Anaconda les golpea tan fuerte la lancha, que por peligro de hundirse la lancha, optan por suspender la búsqueda de las Amazonas y la ciudad del Dorado.

Muchos libros, películas, se han producido en relación a estas leyendas, que bueno, que acompañemos estas leyendas, con una sabrosa taza de café venezolano, y si es a la orilla del rio Orinoco, o en pleno centro de Ciudad Bolívar, mejor todavía.

Gracias por leer mi artículo.

Sin caficultores no hay café, empresarios del café, pagar un precio justo por el quintal de café da ganancias.



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Lucas Pérez


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