Abuso militar israelí-EEUU

No es casualidad que los militares israelíes emulen los comportamientos asesinos de sus hermanos de Estados Unidos, ya que sus cuerpos de inteligencia entrenan conjuntamente para poner en practica -con civiles desarmados de cualquier parte del mundo- sus horrendas torturas esquizofrénicas. Esto se demuestra con la macabra publicación de dos fotografías por parte de una mujer soldado israelí en su link de facebook, donde posa sonriente al lado de prisioneros palestinos con los ojos vendados y las manos atadas, que nos hacen recordar aquellas fotografías polémicas del año 2004 de soldados estadounidenses posando entre prisioneros iraquíes, completamente desnudos, en la prisión de Abu Greib. 

A pesar de existir pruebas contundentes que involucran a los militares israelíes y de Estados Unidos en genocidios, memoricidio, torturas, abusos, violaciones y todo tipo de actos indecentes que va más allá de la imaginación del ser humano, como las miles de fotografías de torturas cometidas en las cárceles de Irak, Guantánamo, Afganistán y en los territorios ocupados por Israel, no hay en el planeta ningún organismo internacional que pueda sancionar a estos gobiernos, porque ellos hacen de las leyes internacionales y de los derechos humanos cuanto quiera. ¿Y quién dice algo? 

¿Quién condena a Israel por tener once mil palestinos en sus cárceles, entre ellos dos mil niños y unas tres mil mujeres con una sola ración de comida al día? ¿Quién se pronuncia contra los centenares de chek point en toda palestina donde fastidian y violan a las mujeres para que no vayan a sus trabajos y universidades? ¿Quién le dice al gobierno de Estados Unidos que deje de matar civiles en Irak y Afganistán. Que indemnice a las familias y a las viudas. Que saque las bases militares de los cinco continentes. Que no experimente con armas de destrucción masiva. Que deje en paz a Irán, Corea del Norte, Venezuela? Quién tiene la suficiente autoridad para poner en su sitio a estos gobiernos que se creen dueños de todos y del mundo? 

Pruebas existen, como aquella fotografía de un carcelero militar de estados unidos aterrorizando con perros a un prisionero iraquí desnudo. O aquellas otras de mujeres árabes violadas por soldados de EE.UU en la cárcel de Abu Gharib y en Afganistán. O las abofeteadas por militares israelíes. O soldados disparando ráfagas contra niños descalzos en gaza. O el bombardeo discriminado con bombas de racimo en ciudades de Palestina y más recientemente al Sur del Líbano.  

¿Quién le dice a el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, que deje publicar los expedientes recogidos por sus soldados en Irak y Afganistán, en revistas especializadas o en blogs de Internet? 

Pruebas existen, revisen la revista Mother Jones que ha recopilado y difundido una supuesta “lista de tortura” integrada por el conjunto de canciones que las fuerzas armadas estadounidenses y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) han utilizado durante los interrogatorios para desorientar a los detenidos y para que no se escucharan sus gritos. La lista incluye la canción “America” de Neil Diamond, “Born in the USA” de Bruce Springsteen, “White America” de Eminem, “Staying Alive” de Bee Gees, la célebre canción-presentación de Calle Sésamo, el tema de Barney y un comercial de Meow Mix. 

Pruebas existen, como las famosas torturas del waterboarding, que según Karl Rove, quien fuera el principal asesor del satánico presidente George W. Bush, consistía en hundir la cabeza del prisionero en agua hasta casi ahogarlo para -según él-  “doblegarle la voluntad”.  

Otras pruebas de abuso y vejámenes militares por parte de EE.UU, se recogen en periódicos de todos los países, reposan en imágenes de televisoras como Al – Jazeera, Al – Arabiya, la televisión australiana SBS, Al – Manar del Líbano. Imágenes que recuerdan los horrores de los campos de concentración hitleriano y que algunas podemos verlas por Internet, escapando a la censura del Departamento de Estado. 

Sin embargo, lo más horrible de esta asquerosa historia, no está acompañada de imágenes, sólo la pueden contar los Palestinos, iraquíes y el pueblo de Afganistán que la viven diariamente, o se puede leer en detalles en un informe secreto del mayor general estadounidense Antonio Tabuga y que lo obtuvo el periodista Seymour Herh de la revista The New Yorker. Según el documento, los soldados norteamericanos "rompían luces que contenían agentes químicos y vertían el líquido fosfórico en los detenidos; se lanzaba agua helada a presos desnudos, se les golpeaba con el palo de una escoba y con una silla; se amenazaba a los hombres con violarlos; se permitió que un policía militar le cogiera puntos a un detenido que fue herido después de que se le arrojara contra la pared de su celda; se violó a un detenido con un tubo de luz química y tal vez con el palo de una escoba y se usaban perros militares para atemorizar e intimidar, amenazándolos con atacarlos y en una ocasión dejaron que mordieran a un detenido".

También podemos encontrar aberraciones militares cometidas o realizadas por EE.UU en los documentos que a gotas son difundidos por la pagina web wikileaks.com. Asimismo podemos leer en informes como la de la ONG Save the Children, los miles de niños muertos y desplazados producto de la guerra y que le atribuye a Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña. 

Ante tanto enceguecimiento, mudez y sordera de los organismos internacionales, a penas los pueblos organizados asumen retos aislados de protestas contra tanta barbarie por parte de estos gobiernos que están de espaldas de la humanidad. Por ello no es extraño ver como gobiernos como el de Venezuela que tiene al hombre por encima de los bienes materiales, expulsar la misión diplomática de Israel por asesinos. O las manifestaciones de repudio masivas en distintos países del mundo contra los actuales presidentes de Estados Unidos, Barack Obama y Simón Peres de Israel. O la expulsión –recientemente- de un restauran egipcio del Embajador israelí Isaac Levanon. O el boicot a nivel internacional a los productos israelíes.  

Sin embargo, estas medidas aisladas de los pueblos del mundo no son suficientes. Los gobiernos de Estados Unidos e Israel siguen burlándose del mundo, asesinando a la humanidad.  

Los dos gobiernos siguen ampliando sus arsenales militares, repatriando científicos y fabricando mentiras por los medios de comunicación para apoderarse de los minerales, hidrocarburos y  acuíferos del mundo.  

Las fotografías de la mujer soldado israelí que publicó en su Factbook, el asalto a la flotilla humanitaria donde murieron civiles turcos, el asesinato a diario de palestinos, la amenaza bélica a los países árabes por parte de Israel, no dista de las políticas expansionistas de los Estados Unidos. Los dos gobiernos –antes y de ahora-, almuerzan juntos y conversan sobre el próximo paso a dar en el gran asalto del bienestar de la humanidad a través de la guerra. La gran pregunta: ¿Quién manda a quién?

roajavier4@gmail.com

Escritor Venezolano.



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Javier Alexander Roa


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