Decir
que el "sionismo es sinónimo de racismo" es poco y redundante. Pues, el sionismo es, en
esencia, racismo, locura y crimen; es la ideología
extremista más acabada de la burguesía europea de religión judía
(ashkenazis), fundamentada en el ultranacionalismo, el supremasismo y la excepcionalidad
de una supuesta "raza" pura,
especialmente de los ashkenazis. Hoy ante los hechos que amenazan a
la humanidad muchos nos preguntamos ¿Por qué, si los judíos poseen
un historial de persecuciones en su contra, y los sionistas se han dado
a la tarea de recordar siempre los lamentables episodios del holocausto
nazi y los pogroms de la Rusia zarista, hoy no sienten dolor, o el menor
remordimiento de conciencia cuando su ejercito fascista emula y repite
lo mismos crímenes nazis y zaristas, esta vez, contra el pueblo palestino?
¿Por qué la mayoría de los judíos (ashkenazis, sefardíes y judíos
semitas originarios) defienden los crímenes sionistas y apoyan de manera
obsesiva una posible guerra de carácter nuclear contra Irán y Siria,
de cuyas catastróficas consecuencias ellos mismos no estarán exentos?
¿De lado de quién se encuentra el extremismo y el fanatismo religioso?
Es conocido
que para los sionistas cualquier persona perteneciente a otra religión
distinta a la judía es un ser inferior: “bestias que caminan en 2
patas, cucarachas” (según palabras de Menahim Begin). Incluso entre
los judíos convive el racismo. Los ultraortodoxos judíos ashkenazis
desprecian a los sefardíes y a los judíos originarios (árabes semitas
de religión judía). Muy recientemente varios medios internacionales
de comunicación resaltaron la noticias de una “multitudinaria protestas
convocada por rabinos ultraortodoxos contra una ley del Estado hebreo
que permite a niñas sefardíes estudiar en colegios de ashkenazis.
En esos actos un rabino sionista expresó: “nuestros niños no se
mezclaran con esos impuros”. (Ver: http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20100617/53948681673/cien-mil-ultra-ortodoxos-defienden-la-segregacion-entre-judios.html)
Ya en
1975 la resolución 3379 de Naciones Unidas comparaba al sionismo con
el Apartheid de Sudáfrica como racismo. El nazi Alfred Rosenberg, colaborador
de Hitler, admitió las coincidencias que existen entre el nazismo y
el sionismo cuando dijo: "(…) los dos creemos en la superioridad
racial. La diferencia está en que nosotros pensamos que la raza aria
es la superior, mientras que el judío cree que la raza judía es la
superior".
El sionismo lleva muchos años desarrollando toda una campaña mediática, científicamente bien diseñada, con el objetivo enajenar y hacer de la gente de fe judía instrumentos útiles al sionismo y de los poderosos del Club Bilderberg y CFR para su cruzada por la dominación mundial. El miedo y el odio hacia todo lo que sea diferente a ellos; el constante recordatorio de los crímenes cometidos por sus semejantes hermanos nazis y zaristas ha contribuido en mantener y reforzar la enajenación de muchos judíos y su conversión al sionismo.
No caben dudas que todos los judíos ganados para el sionismo son personas psicológicamente enfermas y peligrosas. La mejor empresa resultaría en una campaña mundial contra el sionismo: para ganar a su gente en la batalla contra el racismo, por la igualdad, la justicia social y la humanidad.
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