Palestina Libre

Para que dejen en su Santa Paz a los judíos en el mundo, estos deberán dejar en paz a los árabes, a la humanidad y reconocer que existe un pueblo Palestino.

Las preocupaciones que andan manifestando la comunidad judía a nivel internacional han sido creadas por los sucesivos gobiernos israelíes. La deserción o el descrecimiento de sus fieles seguidores en varios países en el mundo es una demostración de la equivocada política antiárabe y guerrerista que vienen desarrollando después de la segunda guerra mundial o desde que la ONU se inventara en territorios Árabes el “Estado de Israel” bajo una cantidad de resoluciones y responsabilidades que han venido violando sin que ningún organismo internacional o potencia haya podido frenar, excepto los grupos de resistencia Hezbollah del Líbano y Hamas en Gaza – Palestina.

Bajo la protección de EEUU y la complicidad de países europeos y Rusia, Israel viene haciendo con el mundo lo que ha querido, pero las peores consecuencias la han sufrido y la sufren los pueblos de Palestina, Líbano y Siria, con grandes preocupaciones para la República Islámica de Irán por las pretensiones expansionistas israelíes.

Esta política guerrerista y expansionista de Israel obligó a algunos países del continente africano: Uganda, Libia, Arabia Saudita, Chad, el Congo y Burundi romper relaciones diplomáticas durante la conocida “Guerra de los Seis días” en 1967, donde Israel atacó por sorpresa a Egipto y se apoderó de los territorios del Sinaí, la franja de Gaza, Cisjordania, la ciudad vieja de Jerusalén, las granjas de Shebaa del Líbano y los Altos del Golán sirios. El territorio ocupado por el estado hebreo pasó de poco más de 20.000 kilómetros cuadrados a 102.400 kilómetros cuadrados y ha seguido expandiéndose desde entonces con la construcción de colonias judías en territorios Palestinos. Luego en 1973 en la Guerra del Yom Kipur la Organización de Estados Africanos instruyó a sus miembros para que cortaran relaciones diplomáticas con Israel. Sólo tres Estados africanos del sur del Sahara –Malawi, Lesotho y Swazilandia– mantuvieron sus relaciones diplomáticas con Israel.

Por estas mismas razones, a las que debe agregársele la del exterminio y genocidio de civiles palestinos durante la ‘operación Plomo Fundido' en enero de 2009 en la región de Gaza, donde murieron más de 1.400 personas, la gran mayoría niños, suscitó la condena mundial y la ruptura diplomática de países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Qatar y Mauritania, como medida y protesta a estas políticas arbitrarias opuestas a los derechos humanos. De esta operación militar desigual, el juez surafricano Richard Goldstone, elaboró un informe señalando que Israel dirigió sus armas deliberadamente contra la población civil de la Franja de Gaza, lo que explica el elevado número de víctimas, y los numerosos abusos cometido por los militares israelíes.

Sin embargo, Israel rechaza todo señalamiento e incrementa sus agresiones, ya no solo contra los Palestinos y países vecinos sino contra todo aquel que adverse sus políticas, así se vivenció con el sanguinario ataque a la flotilla humanitaria Turca en mayo de este año y donde murieron diez civiles por el simple hecho de intentar ingresar alimentos y medicinas al pueblo bloqueado de Gaza.

Todas estas arbitrariedades del gobierno de Israel están obligando a países como Gran Bretaña, Irán, Siria, Noruega, Líbano, entre otros, así como a ONG´s e intelectuales a nivel mundial en solicitar a los consumidores que boicoteen los productos de Israel, con el firme propósito de enviarle una señal de protesta contra las políticas coercitivas, guerreristas y expansionistas israelíes.

De nada sirven los esfuerzos diplomáticos de algunos países para que se llegue a algún acuerdo de paz entre Israel, Palestina y los países árabes, cuando Israel abiertamente con sus acciones de amenazas de bombardear a Irán, invadir al Líbano y Siria, de asesinar diariamente a las mujeres y niños de Palestina, de seguir construyendo infraestructuras o colonias en territorios ocupados, de cazar selectivamente árabes en el mundo, de conspirar contra países, de desarrollar armas bélicas de exterminio y fabricar guerras, no tiene la intención de convivencia minima con quienes lo adversan.

La diplomacia israelí es una fachada construida desde la mentira, el derramamiento de sangre y el engaño. El tema del Holocausto es otra de sus cortinas para justificar lo que ellos están haciendo con los palestinos. Así como es mentira su teoría bíblica de que todos los pueblos árabes le pertenecen, porque en las teorías de los líderes Judíos Y.L.Pinsker, Theodor Herzl y Nachman Syrkin, no hablan de ello, sino de encontrar un país o “tierra patria” que los acoja, un país que fuese un refugio para el pueblo judío y por eso proponen - al principio- la creación del “Estado Judío” en la montaña verde de Libia, luego proponen los territorios de Argentina, Ugunda o Palestina. Es decir, la creación del Estado de Israel no tenía un destino fijo, ni se incluía las tierras prometidas. Habría que señalar que este proyecto de creación del Estado Judío fue una idea primigenia del imperio Británico a mediados del siglo XIX con un propósito colonialista de separar la África Árabe del Asia Árabe.

Israel se ha transformado en el violador de las leyes internacionales, de los derechos humanos, atentando contra su existencia futura, y no por causa de los otros o de sus vecinos, sino por su propia autodestrucción que ha venido desarrollando y del cual la comunidad Judía Internacional debería ocuparse: mirar hacia dentro de su propio “Estado”, contribuir en la solución de sus problemas, para luego tener MORAL de solicitar a los intelectuales y pueblos dignos del mundo de no criticar su modelo guerrerista, antihumano y expansionista.

Si la comunidad internacional tuviese la firmeza y la moral suficiente debería sancionar a Israel por sus reiterativas violaciones a la convivencia pacifica y a la Paz. Debería boicotear sus productos, romper todo tipo de relaciones y someterla con fuerza de cualquier tipo para que respeten los protocolos, tratados y leyes internacionales.

Si la comunidad internacional tuviese la minima “voluntad política”, los países árabes no tendrían la necesidad de unirse para contrarrestar las agresiones reiterativas de Israel, y el mundo podría decir, en definitiva: PALESTINA LIBRE.

roajavier4@gmail.com


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Javier Alexander Roa


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