Sobre las contradicciones irreconciliables que se mantienen en este, nuestro gobierno revolucionario en materia de salud, quiero reflexionar sobre un engendro que ha surgido silente dentro del reformismo sagaz del modelo imperante; modelo que no termina de morir, todo lo contrario, batalla sin tregua para restaurar y cobrar espacios perdidos, ante la avanzada socialista.
Los seguros privados son y han sido una de las formulaciones más excluyentes e injustas que la masa trabajadora ha asumido como un logro reivindicativo. Nada más falso que eso. Solo cerca del 15% de la población, básicamente del sector laboral y sus familiares directos, se benefician de este privilegio; siendo el estado el que aporta cerca del 80% de la fabulosa fortuna (representa casi el 50% del presupuesto en salud, actualmente), que se derrochan para engordar a este sector financiero especulador, tramposo, golpista y contra-revolucionario: la banca, las aseguradoras y reaseguradora.
Como es bien sabido el modelo capitalista mimetiza, engaña y miente, con tretas (políticas economicistas) que parecen ideales, y l@s trabajador@s las asumimos como nuestras, para terminar defendiéndolos a capa y espada, al igual que el cesta tickets, son parte de la fragmentación del salario, y no forman parte del sueldo, ni tampoco impactan sobre las prestaciones sociales y jubilación o pensión. Es una contribución neta a alimentar y oxigenar el modelo que estamos enfrentando y empobrecer al pueblo trabajador.
Cierto que debe plantearse una transición para la eliminación de los seguros privados. Pero crear una Bolivariana de Seguro (BS) (asunto que no es el objeto de este artículo), es otra contradicción irreconciliable. Mientras este peligrosísimo trapo rojo (la BS) distrae nuestra atención y capta cuantiosas sumas de dinero del pueblo, germina soterrado lo que definí en el primer párrafo de este análisis, “un engendro silente que surge del reformismo sagaz”, no por su naturaleza en sí, sino por su tendencia y expresión, los “Fondos Administrados de Salud”.
Los “Fondos Administrados de Salud”, sí llevaran consigo una preponderancia en la toma de decisiones del Poder Popular, serían un éxito. Manejados a capricho por élites ignorantes, una vez más, resultan contra-revolucionarios. Quiero recordar que cualquier ente del estado producto de la absurda descentralización de los años 90, está “perversamente facultado para contratar cualquier expresión de salud”. Pero la falta de políticas claras, los han sentenciado a pagar intervenciones y consultas médico quirúrgicas en la mas caras y costosas clínicas del país, con convenios leoninos, que como es el estado quien paga, hay que cobrarle bien duro. Si las clínicas se estaban haciendo ricas, ahora son riquísimas, ya que cobran completo y sin intermediarios. Todo sigue apostando a la privatización de la curatividad, atentando contra el Sistema Público Nacional de Salud.
Pero el lomito de este artículo, es que emporios de la farma-industria llevan también lo suyo. Por nombra una: LOCATEL. Diferentes entes públicos han establecido convenios de suministro de fármacos e insumos médicos con esta empresa. Es decir, tod@s l@s emplead@s de ciertas instituciones del estado, están en la forzosa obligación de consumir en Locatel. Vale la pena destacar que los precios en Locatel, son de los más exagerados, ya que, no son precisamente medicamentos genéricos los que esta maquila vende, y de nuevo, como quien paga es el estado, pagamos bien caro. La Inteligencia Social nos ha dejado saber, que instituciones del estado como la Magistratura, IPASME, Ministerio de Educación, Bandes, entre otras, han suscrito este convenio. En consecuencia, Locatel parece un mercado Persa, abarrotado de trabajadores públicos, gracias a la falta de políticas socialistas claras. ¿Dónde esta el Ministerio del Poder Popular para la Salud? ¿Donde esta SEFAR?.
Necesitamos radicalizarnos con políticas claras que combatan la restauración capitalista. Acabar con estos convenios que manejan fortunas inimaginables engordando a la contra-revolución empobreciendo al pueblo, y trasladarlas a empresas de producción socialistas, es el reto. Invertir en el Sistema Público Nacional de Salud, en la fabricación nacional y la distribución de fármacos e insumos médicos, es un paso trascendental. El ALBA con sus empresas gran-nacionales, avalan un mercado con conciencia social que garantiza, la sustentabilidad del proyecto. ¿ Estamos o no en Revolución?.
Médico Gastroenterólogo venezolano / Vocero de la CONAMEV /
felipeguzman17@yahoo.es