Después de algunos años, aún se discute la terminología “caracazo” por quienes afirman que fue un “guarenazo” al colocar a la ciudad de Guarenas como inicio de la rebelión del 27/28-F de 1989. Para aclarar algo de historia, más allá del lugar físico de las primeras reacciones de rebelión popular y rabia, es necesario saber que ésta situación palpitaba en el corazón de cada rincón venezolano que, asqueado de tanta burla, traición y atropello, sólo esperaba el detonante para salir a gritar: ¡basta ya!
Las primeras reacciones no surgieron solamente en Guarenas, pues las llamadas ciudades dormitorios que madrugaban para utilizar el transporte público hacia Caracas, vivieron experiencias similares de protestas a primeras horas de la madrugada de ese día, cuando recibieron la noticia de un escandaloso aumento de pasaje que los golpeaba ferozmente al bolsillo. Los Valles del Tuy, Guarenas, Guatire, Los Teques y La Guaira vivieron ese momento explosivo, solo que, Guarenas cercana a Petare, fue onda expansiva más inmediata en conexión directa con Caracas donde la rabia se disparó a las calles.
La rebelión nos permitió tristemente a algunos pasar una experiencia de dolor traumática pues, se pudieron ver fusilamiento con tiros de gracia, asesinados en confusiones y la miseria humana en su máxima expresión con la quitada de caretas de muchas personas. Al toque de queda y suspensión de garantías impuesto por el gobierno, se incrementaron las muertes los días sucesivos en la primera semana de marzo de ese año, mientras la masacre de un pueblo se intensificaba, los medios de comunicación magnificaban el ladronismo de un pueblo saqueador y minimizaban el genocidio que se ejecutaba al mismo tiempo contra un pueblo que irónicamente, fue saqueado durante mucho tiempo anterior por los acaparadores y especuladores amparados por el estado de entonces.
Quedó
la interrogante de entonces de un salvador patriota para Venezuela,
algunos evocaban a Pérez Jiménez aún con sus errores y otros pensaban
en un líder militar que le “echara bolas”. El momento se despejó
poco tiempo después, esa es otra historia. El “caracazo” o
rebelión del 27-F arropó el sentimiento de las zonas sub-urbanas y
se desató en masas por la capital para impulsarla a nivel nacional…(Quien
escribe vivía el momento de protesta de la madrugada en Charallave
y luego en la mañana en su lugar de trabajo a las cercanías
de VTV en Los Ruices, acto seguido en el terminal del Nuevo Circo y
finalmente pernotando 3 días de rebelión en la Av. San Martín
por falta de transporte).
larrymarquezperalta@gmail.com