El 27 de Febrero de 1989 marcó la ruptura de la historia venezolana, desnudando la falsa democracia del pacto de Punto fijo, donde la oligarquía representada en sus mas colosales mecanismos de poder, gobernaba defendiendo sus intereses económicos y sociales enmarcados fielmente bajo la tutela de Washington en todas sus imperialistas manifestaciones, con decisiones automáticas trascendentales para el país, desde el salón oval de los cóndores y respaldadas a rajatabla por sus celosos guardianes criollos, graduados en la Escuela de las Américas. Todo marchaba a pedir de boca para la clase privilegiada, cuyos grandes negocios se sostenían en un boom petrolero, con un barril de petróleo regalado a empresas multinacionales sin pago de regalías, salvo las depositadas en exorbitantes cuentas en el exterior a nombre de los representantes del pueblo venezolano, es decir, presidentes, empresarios, generales, dueños de medios de comunicación y cuanto funcionario tuviera la ostentosa responsabilidad de participar en el festín de la Venezuela saudí, degustando de los mas caros placeres por el mundo, plasmado en la frase de la época, ”Ta barato dame dos”.
Esta fantasía de pocos y tragedia de muchos, catapultó en una rebelión popular denominada “el caracazo”. El mundo capitalista acostumbrado a vender su modus vivendi espectacular, sus carros de lujo, sus pantalla plana, sus bebidas y comidas exquisitas, sus trajes y zapatos de marca, etc. no contaban que en Venezuela las medidas económicas de uno de sus lacayos, Carlos Andrés Pérez, hiciera explotar la frágil burbuja de su excelso mundo y la amarga brecha entre ricos y pobres tanto tiempo maquillada por la burguesía y sus medios de comunicación, fue entonces que el 27 de febrero de 1989, sucedió lo inevitable: Bajó la clase pobre de los cerros, se cansaron de comer perrarina, apagaron los televisores donde se mostraban los manjares virtuales, se miraron entre ellos, en harapos y demacrados, ya no había comida, empleo, salud, ni vida….y salieron a la calle a protestar, a romper la historia, a sepultar el Puntofijismo, aunque en esa histórica rebelión, quedaron regados sobre el asfalto caliente de aquel petróleo ajeno hasta ese día, ancianos, jóvenes y niños que hoy merecen ser recordados como los mártires de la patria nueva que hoy tenemos…..
¡PROHIBIDO OLVIDAR CARAJO!
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