En mi país, en tú país, en nuestro país, suceden cosas extrañas. Muy extrañas. Uno no se cansa de ver cosas dignas de Ripley. Por ejemplo, un joven zuliano, burló al equipo de seguridad del Presidente Nicolás Maduro, el día de su juramentación en la Asamblea Nacional. Subió a zancadas hasta el estrado donde el Presidente electo pronunciaba su discurso, ante la expectación de todos los asistentes, a tan solemne acto. El propio Presidente fue el más sorprendido, ante la osadía de aquel joven. Lo apresaron y se lo llevaron. “Presidente, le vengo a pedir una casa para mi mamá”. Eso le dijo el muchacho.
Más tarde se supo que hacer esas cosas era como un pasatiempo para Yendrick. En el 2007 había llegado hasta el escenario y le arrebató la corona a una Miss. En un mitin que realizaba Enrique Capriles en Maracaibo, Yendri subió a la tarima y abrazó a quien para el entonces era candidato presidencial. Y, como si fuera poco, se acercó al Presidente Hugo Chávez Frías, cuando en los Próceres se dirigía a los venezolanos, en un uno de sus encendidos discursos. El joven no había sido detenido en ninguno de estos episodios. Pero todo tiene su final, reza una vieja canción.
Nunca pensó Yendrick Sánchez que su suerte terminaría aquel 19 de Abril, durante la Juramentación de Nicolás Maduro Moros. Fue detenido por quienes debían haber protegido al Presidente y no lo hicieron para “mala leche” del joven zuliano. Pregunto: ¿Estarán presos aquellos funcionarios que tienen la delicada responsabilidad de velar por
la seguridad del Jefe del Estado? ¿Cuál ha sido el destino de estas personas, especialmente entrenadas para tales funciones? Ni usted, apreciado lector, lo sabe y este humilde escribidor tampoco.
Lo que si sabemos, por las publicaciones de los medios, es que este joven venezolano en las primeras de cambio fue llevado a la Comunidad Penitenciaria de Coro, en el Estado Falcón. Allí fue aislado durante 25 días. Como si fuera un temible terrorista, o algo parecido. La madre del joven Yendrick, de 28 años de edad, Celina Margarita González, quitó dinero prestado para viajar a ver a su hijo. “Viajamos con plata prestada desde Ciudad Ojeda y lloré mucho, pero lo vi bien. No estaba golpeado, pero lo vi muy desesperado, por esa cosa del aislamiento. Dicen que eso de los 25 días de soledad, es un mecanismo de la cárcel y que eso tiene que cumplirse, pero pienso que eso es muy injusto”. A mí me parece súper injusto. Toda vez que al joven fue sometido a rigurosos exámenes, por parte de psicólogos y psiquiatras, y se había concluido que el joven era un perturbado mental.
Pero esta perla me parece aún más injusta. De acuerdo a un boletín de prensa “la Fiscalía 20° Nacional, a cargo de Katherine Harrington, acusó a Yandrick Sánchez por la presunta comisión de los delitos de ofensa agravada al jefe del Estado, y asociación de acuerdo con lo previsto en el Código Penal y en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo”. Aunque usted lector no lo crea. Esta perla se la están aplicando al joven zuliano.
Un joven que comete este tipo de travesuras, no puede estar en su sano juicio. Porque son jugarretas riesgosas. Se puede perder la vida, fácilmente. Si cualquier Yendrick, en los Estados Unidos, osa acercarse a Barak Obama, a la carrera, como lo hizo el zuliano, el servicio secreto no lo perdona. Lo agujerean por doquier parte al instante. Yo, en el caso de nuestro activo Ministerio Público, sometería a este muchacho de 28 años a un proceso de rehabilitación a través de un plan de cura, acelerado y efectivo. Y luego le daría un empleo. Eso es hacer Patria. Eso es Socialismo.
El Ministerio Público se ha ganado un puesto en el Paraíso. Nada menos se le puede otorgar a un organismo que actúa tan diligentemente ante un acto cometido por un muchacho tan peligroso para la sociedad. Aquí va, como complemento, unas inocentes preguntas: ¿Y los actores intelectuales de los 11 muertos del 14 y 15 de abril, dónde están? ¿Están a buen resguardo por tan deleznables hechos? ¿Cuándo van a apresar al responsables de estas pérdidas de vidas? ¿A cuántos meses de aislamiento lo van a someter, si algún día de nuestra era, lo llegaran a capturar? No más preguntas su señoría…