Y no, como muchas veces desde una visión de profilaxis social, con la mejor de las intenciones estéticas.
Es un ser humano ciudadano indigente actual de la revolución venezolana de ¿justicia social?, extraviado de dignidad, ética, valores, morales, prejuicios, perjuicios entre otros subjetivos inherentes. En su mayoría enfermos sinvergüenzas que deambulan protagónicamente en el país.
Ellos en su gran mayoría padecen debido a razones de salud mental derivadas de estragos sociales familiares producto de la alienación y enajenación social explotadora y, las políticas emprendidas en la actualidad, sanitarias, educativas y de rescate, es decir, la administración social estatal no les alcanzan, les es imposible acceder a los beneficios que recién existen de la revolución. Están completamente enajenados.
En Venezuela se cuenta actualmente con un modesto pero calido programa social emprendido por el gobierno, Misión Negra Hipólita efectivo en su figura teórica técnica solidaria concepción que a logrado circunscribir a su valioso programa una cantidad importante de personas con este problema, y se han rescatado, pero se carece de planificada continuidad, de un cuerpo jurídico normativo en esta delicada materia social de también derechos humanos urgentes. Ya no es suficiente para la actual cohorte.
No se pueden obligar a recluirse, va en contra de su voluntad y libertad personal de libre transito, derechos civiles como sus derechos humanos constitucionales inviolables, valen así, para un aspecto, pero, para otros no; como ingresarlos obligatoriamente en un centro para el control de su salud general y mental o en el mejor de los casos su rescate social.
Pero entonces
Que les preserve en concreto sus garantías constitucionales consagrados derechos ciudadanos y a la vez les rescate obligados legalmente, muchas veces contra su voluntad, ya que en su mayoría no pueden libremente decidir asertivamente por si mismos.
Lamentablemente nuestros hermanos están afectados, desequilibrados mentalmente. Y debemos rescatarlos, rescatando su dignidad.
Deben ser atendidos más familiarmente, institucionalmente multi-disciplinariamente, profesionalmente en extenso, en un programa persistente, estructurado a largo plazo. Incorporando el Estado Docente a ésta actividad social, existen indigentes pululando día y noche en las calles. ¿Qué hacer al respecto, que programa medidas humanas implementar? En el centro y suburbios de Caracas y en casi todas las capitales del país.
Regido desde la filosofía de la ciencia social con una ley especial inscrita a la reciente orgánica ley de educación, que no lo contempla así y, en el no tan reciente proyecto Ley Orgánica de Trabajadoras y trabajadores, Salud de Cultura y Deportes
Pues es alarmante, tristemente humano como deambulan, mueren asesinados, en manos delincuentes, cometiendo actos irreparables matando a otras personas inocentes a ellos, robando, y en ocasiones han sido sometidos por funestos --grupos de exterminio-- también enfermos indudablemente, sin conciencia de la realidad que les rodea. Esto no puede seguir siendo así. Es una obligación personal, de ciudadana y del Estado Socialista venezolano.
Sus causas, corresponde investigarlas exhaustivamente para hacer filosofía sociopolítica, las causas detectarlas social y políticamente desde el criterio socialistas, para no obviarlas y/o repetir otra versión mejorada.
Las cárceles con sus reclusos son paraderos seguros de muchos marginados y junto al trato a los animales, y la atención social a los indigentes, son los parámetros por los que se mide una sociedad humanista, socialista sin importar la causa -entramado- social que les llevo allí. Eso es otro tema que toca incluirlo en las políticas sociales preventivas del revolucionario Estado actual.
Es imprescindible. Y no como una fachada textual de imagen socialista sino humanista de verdad real concreta. Es una tarea de la revolución en cada ciudadano, de ellos mismos. De los conscientes en sí mismos en cuanto a enajenación marxista se refiere.
Y de los no conscientes en sí.
Es nuestro deber y obligación junto al Estado rector.
Los indigentes de la revolución los encontramos cuadra tras cuadra en las esquinas de Caracas, jugando al malabar entre automóviles, intoxicados, hambrientos, pidiendo una moneda, dormidos entre la basura, son la innumerable cuota de pobreza y desdicha humana reflejada en sí, en alguien, en un colectivo que padece, que nadie quiere ver, pero se debe ver, atender y remediar en lo posible. Sólo así venceremos.
Porción de vida, vejes o juventud a veces no tanta que se desperdicia, en la cual ya el tiempo corrompió irremediablemente por diversas causas sociales, que no analizaremos ahora aquí, -por ser un tópico diverso y complejo- entre muchas el alcohol y las drogas.
¿De donde provienen estos vicios además de la deficiente educación popular?
De las inconsistencias discursivas politiqueras indolentes e interesadas solo por mantenerse o detentar el poder del Estado y su plutocracia indiferente a ésta humanidad indigente, que generan el educativo ciclo pernicioso de la cultura ciudadana indigente
Hacer revolución es distinto a detentar el gobierno, gobernar solo por el poder en sí y para sí mismo. Y, ni que hablar del oposicionismo necio e indiferentemente irresponsable, sin proyecto alguno sanitario, lo que quieren es privatizar los servicios públicos, los neofascistas los liquidarían como plaga social
Nadie carga con la vida y actos de otros, pero si se puede atender la condición a través de una política social preventiva, y de mantenimiento humanitaria.
¿Los legales, casinos, burdeles, tugurios cumplen con normativas de expendio? ¿el desempleo crónico? ¿de origen familiar? ¿educativo?
¿Que las anima?
Y, es aquí donde el Estado Docente y la prevención social sanitaria regente y orgánica en leyes debe actuar y protagonizar, controlar y sancionar el incumplimiento de las normativas referentes de salud laboral, familiar y publica detectadas como tipos peculiares de corruptelas administrativas que no cumplen con su deber social asignado en ésta materia, ya que representan la cuota-reto del compromiso con los indefensos, a lograr cumplir de responsabilidad de los órganos institucionales indicados del Estado, sin saldar aún. La aplicación de la justicia sanitaria laboral comunal a través de la Ley Orgánica del Consejo Federal Legislativo, Venezuela febrero 2010
Su urgencia es perentoria como diletante en la administración burocrática legislativa y operativa en cuanto a derechos humanos, -que garantiza y obliga agregarse en la confección del anteproyecto sistema integral nacional de salud y trabajo que actualmente se aprobó impulsando e intentando desarrollar para Venezuela un mejor índice de calidad de vida con los excluidos de siempre, los involuntarios miserables. Hable con 17 de ellos un día y así me lo manifestaron. desean no pasar tanta hambre y penurias..ser tomados en cuenta están dispuestos a trabajar con la revolución
La comuna familiar plural debe contener una dinámica de conformación perenne solidaria integración entre personas, familias, Estado, bienes y servicios sociales, culturales de salud, es la cultura nacional, en su heterogenia diversidad cultural.
Los indigentes deben ser atendidos y las diversas instituciones creadas avocadas a ello concretamente, así, como el ministerio del poder popular para la cultura, de educación, trabajo y salud en los aspectos más esenciales de su doctrina que sirvan asertivamente en la consolidación del hombre humanista para la prevención y reinserción social de pacientes por conceptualizar el término indigentes.
Se derivan de núcleos familiares desintegrados por los programas capitalistas de los años 50 sin figura paterna estable donde la madre fue explotada obligada por la sociedad, era maltratada por el consumo alienante y enajenador, sin justicia social y condiciones laborales indignas, el hombre evadiendo su rol paterno, subempleado, es un problema de Estado-Educación familiar de subdesarrollo cuartorepublicano
Hoy un problema comunal
El limpiabotas venezolano del 1950-60 es un claro ejemplo. ¿Quién es hoy en día? Un indigente de 50 a 60 años. Hasta el actual joven perdido en el laberinto delictual de las drogas
Pero
¿El Estado decente- socialista emerge ahora?
¿Desde una Ley Orgánica como razón se seguridad de Estado nada más? Es con la conciencia hecha de acciones concretas contra la cultura de la miseria humana
Prevenir es corregir ahora y, el cuadro presente de indigentes en Venezuela, centenares de indigentes en el país, se estiman un producto social heredado de la transculturización como subdesarrollo, analfabetismo, pobreza crítica en altas tazas de un inadecuado sistema educativo para un lamentable cuadro cultural, la indigencia, de interés promovida por el expansionismo inhumano creciente de los imperios a través de injerencias para la implantación de intereses de capital, interés foráneo en detrimento nacional.
Intereses expansionistas en transnacionales debilitando el Estado la familia y su sociedad, su cultura e identidad nacional en los recursos naturales nacionales al tecnócrata servicio de las farmacéuticas, biotecnologías, guerras, influencias políticas, ideológicas, y carestías, entre otras tendencias fetichizadas y enajenadas de la explotación del obrero para amoldar un esclavista nuevo orden mundial apunta de las drogas como evasión suicida sin rumbo.
Y el pueblo anteriormente con una medieval ley de educación clasista y decenas de licorerías y bares por cuadra urbana.
Los indigentes deben ser incluidos, considerados en leyes de cultura, trabajo, salud, educación, deportes y ámbitos anexos ya que no votan en elecciones pero son seres humanos. Y para eso es el socialismo humanista; para el inconsciente indigente junto al colectivo consciente.
Filósofo, artistaplástico venezolano. arteawao2003@yahoo.es