El Estado soy yo, frase pronunciada por Luis XIV EN 1655, JOVEN DE 16 AÑOS REY DE FRANCIA. La frase al parecer fue utilizada para demostrar que el Rey estaba por encima de cualquier parlamento. Asamblea.ONU, OEA Etc. O SEA: Monarquía absoluta.
Hoy, podemos utilizar la frase, para demostrar que el Estado, soy yo, es usted es, aquella es aquel, y somos todos de acuerdo al espíritu de nuestra Constitución. Amén (así sea), por que no estamos sujetos a ningún Rey o Monarquía absoluta, sino a un sistema incluyente, participativo, protagónico y de exagerada democracia, por no decir saturados de vicios y viciosos mal paridos en las entrañas del capitalismo.
En ese marco se ha formado buena parte de esta juventud cuyo destino gravita entre la criminalidad y él “ajuste de cuentas”.
Al Estado que soy yo, que es usted, y somos todos, le debemos el ejemplo del buen vivir, la siembra de valores, la honestidad etc., de cara a esta generación que se desangra por un botín, una porción de droga o por el control de espacios para su distribución. El Estado y las instituciones que lo conforman y por sobre todas Iglesia están en el deber y más que en el deber en la obligación de ser imparcial ante el grave problema de la inseguridad que nos afecta a todos por igual.
“El delincuente no nace…lo hacen”, escribió una vez el criminólogo Elio G. Grillo, desnudando con ello el origen, la causa y el efecto de esta ola de crímenes que no distingue entre ricos y pobres para afectarnos por igual.
Es de necios, buscarle 5 patas al gato después de lo dicho por Gomes Grillo, como es de tercos buscar culpables para hacer politiquería con el terror y el dolor “ajeno” . Amén (así sea), cuando que ya es tarde para hacer señalamientos que no conducen a otra cosa que a la sensación de rendición y por consiguiente a la sensación de impunidad a favor del hampa.
Ante esta inocultable y lamentable realidad, se impone la adherencia a la propuesta de concertación, conciliación y Paz anunciada por nuestro Presidente Nicolás Maduro como política para luchar contra el hampa en el marco del respeto a los derechos humanos consagrados en la Constitución legada de Chávez. Una política indispensable, necesaria y hasta obligatoria diría yo, para el presidente o la presidente de turno Amén (así sea) de un monarca de derecha o de izquierda, habida cuenta que el problema es de todos(as) y porque EL ESTADO SOY YO.
