La Venezuela antes de los trágicos sucesos de Febrero de 1989, llamado “Caracazo”, estaba sumergida en la impotencia y la rabia. Los gobiernos llamados punto fijistas por unos, por otros partidocraticos, habían estado divorciados desde hace décadas de las necesidades del pueblo. Acción Democrática (AD) y COPEI, se habían “Alternado” en la presidencia desde 1958, los adecos con más periodos de gobierno que los verdolagas. Toco a Carlos Andrés Pérez (CAPII) estar en la presidencia en ese momento histórico. Decimos histórico por que el Caracazo, más allá de la acción de protesta, llevaba por dentro, en su torrente sanguíneo la lucha por las libertades democráticas. No había en Venezuela democracia, esta había sido suplantada por un pacto de cúpulas políticas, empresariales y oligárquicas con vínculos extranjeros que obedecían al usufructo de nuestras riquezas energéticas, mientras un pueblo languidecía de hambre y miseria.
La Venezuela de antes de la Rebelión Civil llamada Caracazo, tenía todos los parámetros sociales, económicos en el subsuelo. La mortalidad infantil había aumentado con respecto a parámetros anteriores, la distribución de la riqueza se componía en una repartición inexacta, donde la tajada más grande era repartida a solo sectores de la burguesía empresarial y de los círculos políticos que gobernaban desde el poder central. Nuestra industria petrolera estaba secuestrada por las grandes transnacionales que cobraban inmensos contratos sin que estos fueran auditados nacionalmente. El parque industrial venezolano se había venido a pique, miles de empresas quebraron, surgiendo así, las empresas de maletín de Import&Export. Era la Venezuela donde una clase social groseramente privilegiada derrochaba la riqueza que era de todos. Una clase política que despilfarraba en prebendas las divisas que entraban a la nación proveniente de la venta de petróleo y del hierro. Es así, como, que las medidas económicas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplican la ley del embudo, lo más ancho para los políticos y la burguesía, y los más estrecho para las clases media y bajas. En Venezuela se había dado un fenómeno social, la Clase Media que se había robustecido a principio de la década del 70, había caído en un limbo, convirtiéndose en “Media Clase”. La debacle era total. Nuestra industria petrolera había sido saqueada, estaba en peligro inminente de privatización. Al Caracazo hay que estudiarlo intensamente. No solo de forma, sino de fondo. El Caracazo fue ante todo, dialécticamente hablando “una necesidad”. Las circunstancias que la originaron son históricamente conocidas y, han estado presentes en muchas rebeliones civiles en el mundo entero.
El Caracazo no fue engendro de una lucha de clases, no, muchos académicos caen en esta celada. La Rebelión Civil que se produjo en 1989 fue una causa espontanea, surgida por las condiciones económicas paupérrimas a la que estaba sometida la población en general. La economía, esa ciencia que estudia la producción de bienes y servicios y que estos deben ser suplidos de manera equilibrada más aun en tiempo de escasez, fue la variable que hizo posible la explosión social, también condujo la aparición de un grupo de venezolanos años más tarde irrumpiendo por aquellos que habían caído (más de 5000 muertos) y por los que aún no tenían voz. De allí surgió un hombre y un nombre; Hugo Chávez y su Revolución Bolivariana, Chávez y el Chavismo debe su génesis al mal llamado Caracazo.
El Caracazo fue un acto heroico, una inmolación nunca antes vista. Un pueblo sin armas y sin miedo a la balas, se enfrentó al status quo vigente para la época, a una plutocracia grosera, a un sector político nariceado por el FMI. Nunca sabremos el número de muertos, nunca sabremos que hizo CAP con los más de 453 millones de Dólares entregados por el FMI, que causo una descomunal deuda externa que aún estamos pagando.
Honra a los caídos de esa magna fecha… el Después… lo estamos viviendo hace ya 16 años….Larga vida a la Revolución Bolivariana
Venceremos¡¡