Van 38 años del aberrante asesinato del joven dirigente de 34 años, Jorge Rodríguez. Fue oportuna la denuncia pública de José Vicente Rangel, además el gremio periodístico de entonces era de otro tenor, pues el revuelo ocasionado y su repercusión hizo recular al gobierno de AD, quien perdió la iniciativa política, generó confusión interna en sus propias filas y causó indignación en amplios sectores a lo largo y ancho del país, ocasión propicia para con audacia política se rescatara el cadáver de Jorge Rodríguez –ex Consejero universitario de la UCV cuando la Rectoría de Jesús María Bianco- de los supuestos vericuetos legales por lo que inmediatamente sus restos fueron llevados y velados en el Aula Magna, donde ríos de personas provenientes de distintas partes de Venezuela, de las comunidades del área metropolitana se dieron cita y distintos gremios de trabajadores y profesionales fijaron posición ante indignante hecho contra los Derechos Humanos.
Directo desde Miraflores, le remitieron el informe al médico forense que atendió el caso de Jorge Rodríguez, donde éste con su firma daría fe que Jorge Rodríguez había muerto de un infarto y que lo que faltaba es que el médico lo firmara y punto! para ratificar así, lo que afirmara de forma muy nerviosa e insegura por los medios de comunicación el Ministro del Interior de Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, pues para sorpresa e indignación del gobierno resulta que el médico forense -a pesar de las presiones personales- se negó a firmar tal exabrupto ético por lo que fue despedido.
Otro escenario que se planteó desde la cúpula de Miraflores y de AD fue secuestrar el cadáver de Jorge Rodríguez y desaparecerlo –ya experiencia había e igual hicieron con el cadáver de Rudas Mezones que apareció después de más 50 años del secuestro en éste año del 2014- para así disipar la indignación colectiva y a la par generar una profusa campaña de desprestigio por los medios, aumentado la partida presupuestaria de publicidad pero no importaba, el propósito era ir contra el movimiento revolucionario radical de entonces, para desprestigiarlo, acorralarlos, detenerlos, pero ya todo le resultaba tarde al gobierno de AD, no podían, no sabían cómo detener el reloj de lo acontecido, ni cómo adornar o esconder sus propias torpezas, ya centenares de fotografías del cuerpo de Jorge Rodríguez con evidencias de quemaduras de cigarrillos y electricidad, moretones, fracturas, se notaba el rictus de soportar el dolor, ya todas esas pruebas incriminatorias contra el gobierno de AD, circulaban en la prensa, en las televisoras, además de las detenciones políticas masivas que saturaban las cárceles era entonces una avalancha de opinión pública adversa que se le sobrevenía de manera inesperada al gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Sin embargo, en el velatorio de Jorge Rodríguez, el gobierno de AD estaba al acecho y varias provocaciones generaron para aislar a Jorge Rodríguez y que no hubiese conexión entre las comunidades y el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela.
En los alrededores de la UVC hubo disparos por parte de los organismos represivos del gobierno y de las bandas armadas juveniles universitarias de AD para generar, rumor, miedo, estampidas, zozobra, pero nada! a pesar de todo, ya el Maestro Jorge Rodríguez era del pueblo y el pueblo era el quien decidía si dejaba o no dejaba que secuestraran el cadáver del joven revolucionario, aunque el movimiento revolucionario, conformados en brigadas dentro y fuera de la UCV en anillos de seguridad, porque también estas brigadas estaban dispuestas a actuar si fuera el caso y los saldos trágicos de las partes serían numerosos pero no se iban a dejar humillar una vez más por los cuerpos represivos y por el gobierno de AD.
Al cabo de los días, una vez concluidos los actos velatorios en la Universidad Central de Venezuela, parte el cortejo fúnebre con familiares, personalidades del mundo político, la comunidad universitaria, así como nutrida cantidad de personas de las barriadas caraqueñas quienes con los restos del joven Maestro Jorge Rodríguez emprenden camino al Cementerio General del Sur, en el trayecto bandas armadas universitarias de AD y sus cuerpos represivos generan provocaciones, se escuchan disparos en pleno cortejo fúnebre, ráfagas de ametralladoras interrumpen -hay veces las consignas, otras veces el silencio y el dolor- las personas detienen su paso y saturan las aceras, la militancia va caminando sobre el asfalto de las avenidas y calle, unas veces se dispersan y se concentran de nuevo en torno al ataúd según la intensidad y continuidad de las ráfagas, una marea de boinas y atuendos rojos así como banderas rojas ondean al paso, la vanguardia del cortejo imperturbable sigue un paso como marcial, silencioso, acompasado en el dolor y en las futuras acciones.
Suena de nuevo otras ráfagas represivas…ratatatatá…!
Marta, joven militante, menuda de estatura, va con su dolor evidente, en su pecho una foto de Jorge Rodríguez, sus dedos nerviosos van haciendo flequillo la esquina de tela de la bandera roja con la estrella y el “arrechito” símbolo de la Liga Socialista de la cual Jorge Rodríguez era su Secretario General, Marta siente de repente que un compañero la hala para protegerla de las balas de la ametralladora del gobierno de AD porque ella iba caminando por el medio de la avenida a más de cien metros delante del féretro imbuida en su dolor y bañada de sus lágrimas, pero…! de dónde sacó fuerza Marta! lo cierto es que se desprendió con tal fiereza ante ese gesto humano de protección que le brindó un camarada y con decisión indeclinable se colocó de nuevo en medio de la avenida a lo que pase. Hoy en día Marta está en Guayana, febril, volcánica y aportando a la Revolución como una hormiguita y siempre recordando a Jorge Rodríguez.
A tres años de la fundación de la Liga Socialista un 19 de noviembre de 1973, luego en la brevedad, en 1976, un 25 de julio asesinan a su Fundador y Secretario General, nos preguntamos: ¿Por qué? Por algo seria. Ya van 38 años de su asesinato y de su insustituible presencia y capacidad.
Acción Democrática, COPEI, Fedecámaras y el Imperio con la Central de Inteligencia al frente, sabía lo que estaban haciendo y lo que eso implicaba pero les fue imposible ocultar el sol, acá va la Revolución Socialista Bolivariana demostrando que el Socialismo se Conquista Peleando! esa es la lucidez con la cual Jorge Rodríguez nos avizoró el futuro y exhortó a no desmayar pasara lo que pasara, en los diversos documentos de su autoría y de la organización que fundó así como en las diversas consignas que propuso se ve la profundidad de pensamiento de estratega y activador social necesario, muy necesario para los nuevos tiempos.