Tratando de procesar la terrible noticia del vil asesinato de Robert Serra, joven diputado revolucionario y de su compañera, la noche del martes primero de octubre en su casa ubicada en La Pastora, me tiene reflexionando en medio del dolor y rabia ante éste hecho tan lamentable y que nunca debió ocurrir.
Considero que no es suficiente con decir esa famosa frase que el cantautor Alí Primera escribió en una de sus inmortales canciones:”los que mueran por la vida no pueden llamarse muertos”…ya que Robert Serra no muere “en una guerra de guerrillas” o “en una guerra civil”, simplemente lo asesinaron…en éste abominable caso, considero que es necesario hacer algunas lecturas sobre lo sucedido:
1.- las primeras preguntas deben ser ¿quién o quienes los asesinaron y porque lo hicieron?...las investigaciones deben llevar hasta la verdad de los hechos.
2.- Si fue un asesinato político, El Estado Venezolano a través de sus organismos de seguridad, tiene que actuar de manera proactiva, ya que podemos estar en presencia de otras modalidades de violencia política a través del asesinato de líderes revolucionarios que contribuyan a generar caos y angustia en la población venezolana para seguir creando las condiciones necesarias para producir una conmoción nacional que haga emerger un enfrentamiento y desorden público de tal magnitud para que la derecha nacional “solicite” una intervención armada y un golpe de estado en Venezuela.
3. En caso de ser estos asesinatos producto del hampa común, es momento para revisar de manera profunda, la aplicación de políticas públicas necesarias para reducir a su mínima expresión los niveles de inseguridad que hay en el país.
4. El partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) debe convocar de inmediato a una jornada reflexiva sobre ésta terrible noticia para dejar de ser reactivo ante las acciones de los adversarios políticos y así para evitar males mayores.