Las vinculaciones de Uribe Vélez con los paramilitares no son ni han sido nunca, un secreto para nadie en esta única nave espacial que tenemos...
Como se recordará, los paramilitares nacieron y se fortalecieron bajo sus auspicios mientras ejerció, a comienzos de la década de los años setenta y las décadas de los ochenta y noventa, la Alcaldía de Medellín (para entonces conocida como la capital mundial de droga) y luego, después de una corta gestión como Concejal de la misma Corporación, fue designado por el Presidente César Turbay Ayala Director de la Aeronáutica Civil, luego se postuló y ganó en elecciones la gobernación de Antioquia, más tarde logra una Curul de Senador ante el Congreso de la República, hasta que llega a la casa de Nariño en el 2002, donde es reelecto en el 2006 para un segundo mandato que concluyó el 2010.
Los paramilitares nacieron bajo las figuras de Ong´s de campesinos, a las que se les bautizó como cooperativas “Convivir”, las cuales tenían por misión específica la protección y resguardo de los bienes y las vidas de los sectores pudientes y oligarcas de Colombia, dueños y señores de tierras y de todos los bienes que en ese país producen riqueza.
Como era de esperarse, no tardaron mucho tiempo para que esas Convivir se transformaran en bandas armadas criminales muy poderosas, las que terminaron asociadas y a gran escala con las mafias del narcotráfico nacional e internacional, sembrando así el terror a donde quiera que se trasladaban para cumplir no sólo la tarea que les asignaron de proteger a las clases burguesas y terratenientes, sino la de hacerse de fabulosas fortunas con ese negocio tan rentable de la producción y el comercio de la droga, regando con sangre de cientos de miles de inocentes los caminos y pueblos de Colombia.
Evidencias y confesiones de testigos por miles, dan por seguro que para esas actividades delictivas, siempre contaron (¿y aún cuentan…?) con el apoyo en materia de logística e inteligencia de algunos cuerpos militares y policiales regulares de la nación, pues más allá de que realmente se hayan desmovilizado a raíz del show que a eso fines montó el propio Uribe con la ley de Justicia y Paz para librar a sus líderes de tener que pagar largas condenas por sus crímenes, pues con esa norma la pena máxima contemplada era sólo hasta de ocho años, siguen a la fecha actuando bajo otras denominaciones, como son: Los Urabeños, Los Rastrojos, Las Águilas Negras, Los Paisas, etcétera, etcétera (1).
Es importante indicar, además, que en este proceso perverso del paramilitarismo han jugado preponderante actuación y lo siguen haciendo decenas de políticos de la derecha del hermano país, quienes no solamente tuvieron vinculación muy estrecha e inclusive abierta con el gobierno del presidente Uribe Vélez, sino que fueron, en su momento, fichas muy importantes de los comandos de sus campañas electorales que lo llevaron a él tanto a la primera presidencia, como a la segunda.
Una prueba contundente de esa realidad, es que en los últimos seis a ocho años, algo más de cincuenta parlamentarios adeptos a partidos que apoyaron a Uribe han sido señalados o imputados o condenados por la justicia colombiana por sus estrechos vínculos con el paramilitarismo (2) y un número mucho mayor de altos funcionarios de sus dos gobiernos, ministros, asesores, presidentes y/o directores de corporaciones e instituciones descentralizadas, entre los cuales vale mencionar al que fuera jefe del DAS, Jorge Noguera, quien a la fecha presente cumple condena de 25 años de cárcel por asesinato, a la excanciller María Consuelo Araújo, por sus vinculaciones directas con tráfico de drogas, al exministro de Salud, Diego Palacio Betancourt, al diplomático Alberto Santofimio Jr,, hijo, para más señas, de Albero Sontofimio Botero, uno de los más entusiastas promotores de la candidatura de Uribe para sus dos presidencias (3), el cual fue encontrado culpable intelectual del asesinato del candidato a la presidencia Luis Carlos Galán y condenado en meses recientes a 24 años de prisión y el General Rito Alejo del Río, excomandante de la Brigada XVII del Ejército, condenado a 25 años de prisión, entre muchísimos otros más, cuya lista íntegra se nos haría interminable (4).
¿Hasta cuando la impunidad permitirá que este sujeto siga en las calles haciendo de las suyas ahora no sólo en su país, sino instigando la barbarie y el crimen en el nuestro, como hemos conocido ayer por boca del propio Presidente Maduro con el caso del bárbaro asesinato del joven y valioso diputado del PSUV y el de su asistente, Maráa Herrera, en donde queda muy claro hasta para el más desprevenido de los mortales, que este paraco mayor actúa como despreciable cipayo del gobierno de Washington, en un plan para acabar, a como dé lugar, no sólo con nuestro Gobierno Bolivariano, sino con todos los gobiernos progresistas del continente, léase el de Ecuador, el de Bolivia, el de Nicaragua, el de Argentina, el de Brasil y el de Uruguay? (5)
(1) "Justicia y paz", otro falso positivo | ELESPECTADOR.COM
(2) Anexo:Implicados en el escándalo de la parapolítica ...
(3) Condenado Alberto Santofimio a 24 años de cárcel por el ...