Nos hemos tomado muy en serio el llamado del presidente Nicolás Maduro sobre cooperar en lo que podamos y ayudar a hacer justicia en el caso del doble homicidio perpetrado el pasado 1 de octubre contra el diputado del Psuv, Robert Serra y su compañera y asistente, María Herrera.
Los hechos ocurrieron en la residencia del parlamentario, ubicada en La Pastora, al oeste de Caracas, y habrían participado al menos ocho personas de las cuales sólo dos, hasta ahora, están detenidas. Ya se estableció que el jede de escoltas de Serra, Eduwin Torres Camacho, alias "El Poli" "vendió" a su víctima a sicarios colombianos.
Sobre el abominable suceso llegan informaciones variadas y ya por las redes sociales se han difundido las fotos de los dos paramilitares colombianos los cuales en principio el presidente Maduro identificó como Padilla Leyve (a uno de ellos) alias "El Colombia". Pero hay una información que llama la atención y proviene del estado Mérida por la vía de un amigo cuyo nombre no menciono porque no he pedido su autorización.
Sin embargo, con el dato que me dio mi amigo seguí husmeando por aquí y por allá, encontrando una nota que publica el portal Seminario Voz, del Partido Comunista de Colombia, donde pude corroborar la información según la cual los dos colombianos señalados de ultimar a Serra y a Herrera, ya habían sido sentenciados en 2011 por otro horrendo crimen cometido en el estado Mérida.
Los presuntos autores materiales del crimen de Serra, según la declaración de su jefe de escoltas, Eduwin Torres Camacho, son JOSÉ ANGEL CARTAGENA OSORIO (antioqueño), (a) "El Colombia" y LUIS ALBERTO CARTAGENA DAVID, es decir, padre e hijo. Este último alias "El EME".
Los dos paramilitares posiblemente ingresaron a Venezuela en el año 2004 (¿recuerdan la Quinta Daktarí?) y en el año 2010 aparecieron involucrados en el crimen de un hacendado merideño de nombre Jraige Semoon Riad Georges. Fue un asesinato con las mismas características por el uso de objetos punzopenetrantes contra la víctima.
El caso fue investigado y las pesquisas llevaron a esas dos personas y en el año 2011, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, en ponencia de la magistrada (hoy lamentablemente fallecida), Ninoska Beatriz Queipo Briceño, se solicitó la extradición al gobierno de Colombia por el delito de Homicidio Calificado. Los nombres de los presuntos asesinos de Serra coinciden con los de la ponencia del TSJ. Ya ese par de angelitos tenía código rojo de Interpol desde 2010.
Nos envían también una nota de la Policía de Colombia según la cual, ese cuerpo de seguridad en julio de 2011 detuvo a Cartagena David, alias "El EME", como ya hemos dicho hijo de Cartagena Osorio y facilitó todos los trámites para su extradición hacia Venezuela.
El destino de ambos criminales en Venezuela debió ser la cárcel, entre 13 y 30 años según el dictamen del TSJ, pero al, parecer han seguido libres, prófugos de la justicia y la reflexión que hacíamos con nuestro amigo y que la comparto hoy con ustedes o con quien lea este trabajo es ¿cómo fue posible que dos pillos paramilitares, con sentencia firme por homicidio calificado cometido también en Venezuela pero en 2010, hayan hecho contacto con el jefe de escoltas del diputado Robert Serra? ¿Cumplieron condena por el homicidio cometido en Mérida? ¿Por qué seguían en libertad si fueron condenados por el TSJ? Son las mismas personas según hemos leído y releído los documentos.
Desde luego que una investigación más profunda la llevarán a cabo los cuerpos policiales. Nosotros simplemente hemos creído que es nuestro deber compartir estas inquietudes pero insistimos en que igualmente delicado y grave es el hecho de que el jefe de escoltas de Robert Serra era agente activo de la Policía de Caracas, ente al cual hay que depurar, investigar, limpiar, ante la presunción de que el paramilitarismo haya permeado sus bases.
No es cuento
Entonces el paramilitarismo ya no es un cuento como dice la oposición después que tantas burlas y bromas han hecho con eso. Es una oscura realidad gracias a las prácticas conspirativas de esa misma oposición que contra viento y marea ha querido acabar con este proceso revolucionario sin importar el costo en vidas humanas. Sin darse cuenta que hasta ellos mismos pueden caer en su propia trampa. Esa oposición, masa ciega y estólida que hoy dirige Jesús Chuo Torrealba quien, por cierto, está ya adelantando que ellos se están "preparando" para cualquier escenario que ocurra en Venezuela sea electoral "pero si es por casualidad una situación de conflictividad social o cualquier otro panorama".
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