Azócar es uno de los periodistas más cuestionados, aparecidos en mala hora por el Estado Táchira. Llegó como corresponsal de El Nacional y por ostentar ese cargo, (que no mantuvo por mucho tiempo) algunos profesores de la ULA Táchira cometieron la ligereza de invitarlo a formar parte del plantel de profesores del programa de Comunicación Social de ese núcleo universitario y facilitarle la entrada. La detención y posterior defensa de Azócar provocó una división entre los profesores de la ULA. Y lo peor es que los que salieron a defenderlo, lo hicieron movidos más por militar en la oposición que por otra cosa. Incluso algunos otros profesores de esa universidad, que son adecos, copeyanos y antichavistas, pero que conocen la trayectoria non sancta del fulano, no se han hecho partícipes del respaldo politiquero, brindado al privado temporalmente de su libertad. Y es que según las malas y las buenas lenguas, el pájaro no es ninguna joya. De hecho es el único profesor del programa de Comunicación Social denunciado en un informe de pasantía, por acoso sexual, por una de las alumnas que en mal momento lo tuvo como tutor. Una de las profesoras de esa Escuela, quien por cierto firmó el comunicado de respaldo a Azócar, en el que se habla de su conducta de “alta moralidad” (o algo parecido), fue la que una mañana (a la sazón era Jefa del Departamento de Comunicación Social del Núcleo Táchira de la ULA), me mostró alarmada el Informe de Pasantía, en el que una alumna lo acusaba de invitarla reiteradamente a “salir, utilizando una serie de obscenidades”. Hoy, esta misma profesora firma el Comunicado, en el que se habla de la alta moral del “profesor”...
Lo cierto es que el tal profesor Azócar había tardado en caer en manos de la justicia, debido tal vez a los subterfugios y dilaciones que la adornan, no sólo en el Táchira sino a lo largo y ancho de todo el país. Ahora bien, como quienes no lo conocen, entre ellos algunos colegas periodistas que han argumentado que el gobierno ha actuado en su contra porque es un periodista investigador, y “al gobierno no le gusta que se investigue”, yo quiero proponer aquí que se le haga una especie de “Homenaje” a Azócar. Que lo hagan aquellos colegas periodistas inclinados a hacer investigación: Que investiguen por ejemplo, si es verdad que Azócar tiene acusaciones e investigaciones abiertas en más de 9 tribunales del Táchira y cuáles son las motivaciones que han provocado tales denuncias, demandas y aperturas de investigación, frente a actuaciones no precisamente periodísticas; Que investiguen con los vigilantes que cuidan el Núcleo Táchira de la ULA, si es verdad que el tal profesor fue denunciado por uno de ellos, por abusar de una alumna de esa universidad dentro del propio Campus universitario; Que investiguen por ejemplo, cómo fue que “adquirió” la casa donde actualmente vive su familia. Creo que el vendedor podría echarles un bonito cuento a los periodistas que quisieran investigar, que habla mucho de la calidad del personaje; Que investiguen el origen de la empresa constituída por dos periodistas (mujeres) que está implicada en lo de la estafa a la Lotería del Táchira. En este caso les podría dar unas pistas de cómo Azócar, con la anuencia de un “socio” quien tras bastidores le contrataba el presupuesto publicitario de todo un año, en apenas los tres primeros meses del mismo, afincado en la ventaja de fungír como Jefe de Prensa de la Gobernación en el último período de gobernación adeca (uno de los más corruptos de toda la historia de ese Estado), se apropió indebidamente de dineros de la cosa pública.
Les diría a los periodistas investigadores que hurgaran en una firma denominada “Riazo Publicidad y no-se-qué”, a través de la cual se produjo el ilícito, en el que uno de los socios de esa empresa, trabajaba en la propia gobernación...y contrataba con esa entidad oficial! Y cómo, luego de que se denunciara la corruptela públicamente, fue retirada “Riazo Publicidad...”, y apareció la nueva empresa de publicidad formada por dos ex-alumnas de él, a través de la cual se hizo el relevo de la facturación monopólica de la cuenta gubernamental; También podría salir a relucir, luego de una rápida indagación, cuál es la cuantía de la estafa por la que demandó la Procuradora del Estado Táchira en el caso de la Lotería; Podrían los periodistas investigadores completar el homenaje a Azócar, entrevistando por ejemplo al ex-diputado adeco tachirense Carlos Casanova, casado con una de las herederas del circuito radial González Lovera -solamente por curiosidad- para saber qué opinión le merece al e¬x-parlamentario y a su familia política, este sujeto; Igualmente podrían los periodistas que hacen investigación en el país, y como compensación al “ataque que el gobierno le hace a esa especialidad periodística”, descubrir el porqué fue echado de la corresponsalía del diario El Nacional. Averigüar por ejemplo sobre estos datos: Cuál fue la extorsión que se le montó a la empresa Desurca, filial de Cadafe, y cuál fue la denuncia que uno de los Calvo Otero, socio de El Nacional y de una de las empresas (creo que de nombre Preconways C.A.) que le trabajaba a la filial energética, hizo directamente en el diario mediante llamada telefónica. Averigüen de qué acusó Calvo Otero a Azócar y si fue por esa razón que lo botaron de El Nacional. Averigüen si fue por extorsión, o no. A lo mejor resulta que fue por otra cosa; Igualmente podrían preguntar en San Cristóbal a un abogado de nombre Carlos Pérez por qué demandó a Azócar. Dicen que para cobrarle unos honorarios que finalmente le pagó luego de más de dos años de gestiones. Y anexo a eso, no sé si al CNE o a los que le pasaron unos reales en la última campaña electoral, les interesaría saber que como los candidatos de la oposición renunciaron, y él también, los utilizó (en vez de devolverlos) para pagarle a Pérez.
Supongo que serán muchos más los casos a investigarle “periodísticamente” a este oscuro personaje y así conocer su “trayectoria”. Y después, sopesar si los periodistas o el gremio, deben defender a esta joya del periodismo venezolano, quien en mala hora se sumó a las calamidades que de una u otra forma le han caído al Táchira. Recuerdo ahora, tardíamente, que en una oportunidad llegó a la Secretaría del Colegio de Periodistas regional, de la mano del partido Acción Democrática (partido que mantuvo por muchos años a la sede de ese Colegio profesional como una sucursal del mismo), para después abandonar el cargo sin culminar el período, y del cual nunca entregó cuentas ni traspasó formalmente. ¡Qué mejor homenaje al “investigador agraviado” que investigarlo a él mismo y conocer a quién están defendiendo! Y al gremio en general le digo una cosa, ya que he sabido que va a montar un “Secretariado Nacional” en la ciudad de Puerto La Cruz, en el que se va a ventilar este asunto: Defender inmoralidades nos hace inmorales. En muchísimos casos los Colegios Profesionales, y entre ellos el de Periodistas, han perdido autoridad moral, credibilidad y hasta el honor, al defender lo indefendible. Mucho menos cuando lo indefendible nada tiene que ver con el ejercicio profesional. En el caso que nos compete, nada tiene que ver con el ejercicio del periodismo ni con la libertad de prensa ni de expresión.
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