Algunas y algunos compatriotas piden al gobierno que preside nuestro camarada Nicolás Maduro, que se cierre la frontera. Supongo se refieren a la que nos delimita con Colombia. Con todo mi respeto por su opinión, tomar una medida como esa, lejos de aportar soluciones al problema del contrabando, del desabastecimiento y el bachaqueo, pudiese agravarlo o, en el más simple de los casos, no cambiar absolutamente nada.
Cerrar una frontera como la que separa (¿y por qué Nuestramérica no se une? ¿Por qué no hacemos posible el sueño Bolivariano de la Gran Colombia?) a Colombia de Venezuela, no es juntar la puerta de un corral para evitar que se escapen las gallinas que allí están. En la extensa frontera con Colombia, claro que hay “una puerta” simbólica sobre la cual se ejerce control (¿se ejerce?) de lo indeseado, el contrabando, el narcotráfico, el bachaqueo distraccionista de gasolina, de alimentos y otros insumos, en perjuicio de intereses soberanos. Pero, es sabido por todas y todos, es un hecho público y comunicacional que la frontera colombovenezolana tiene múltiples “puertas” clandestinas y, donde no las hay se les inventa o se saltan las cercas.
Ahora, por otra parte, en mi humilde opinión, el asunto del desabastecimiento que hoy provocan las transnacionales fabricantes y distribuidoras de mercancía “seca”, como P & G o como Polar, en materia de alimentos, no se soluciona al cerrar la frontera. Como tampoco se ha solucionado ni se solucionará eso del ingreso de paramilitares y narcotraficantes, por la misma puerta que algunos compatriotas quieren que se cierre.
Estamos ante una guerra que tiene su expresión económica, pero también tiene múltiples otras expresiones en lo social, en lo mediático y, lo que es peor, en la vulneración de nuestras conciencias, en la dolarización de las mismas: ¿Cerramos las fronteras entre el pensamiento burgués y el proletario? No olvidemos que la lucha es de clases.
Lo que el gran capital, la burguesía y el imperio yanqui había logrado controlar hasta el presente mediante el consenso, convenciéndonos de que, inevitablemente, debemos estar “contentos” con ser “cariñosa”, amable y filantrópicamente explotados, comenzó a ser diferente desde cuando nuestro pueblo despertó, reaccionó y creó el liderazgo obediente del Comandante Supremo Hugo Chávez, quien sigue encabezando el desarrollo de la Revolución Bolivariana y Chavista.
Es por eso, por culpa de la Revolución Bolivariana y Chavista, por su convicción de clase y lealtad al pueblo, por lo que la burguesía anda arrecha y desesperada metiéndose con Venezuela, queriendo ahogarla, vencerla, doblegarla.
No nos llamemos a engaño. Lejos de cerrar ninguna frontera, hay que explayarlas para que los pueblos de Nuestramérica, como una sola Patria, expropien a los burgueses, les arranquen definitivamente su dominio, su apropiación de los medios de producción y su hegemonía. La lucha es de clase y esta Revolución es proletaria, Bolivariana y Chavista. La tarea es derrotar al capitalismo y al capitalismo no se le derrota cerrando fronteras sino abriendo y juntando esperanzas de nuestros pueblos, para ganar la batalla.
Por eso, ante la pregunta ¿cerrar la frontera o expropiar los burgueses?, estoy convencido de que la respuesta es expropiar a los burgueses. Expropiarlos no como acto de bravuconería, sino expropiarlos para producir en condiciones de verdadera igualdad, para producir, distribuir y consumir en socialismo. Expropiar, pero no expropiar a medias sino que la expropiación les llegue a la raíz y para nosotros se convierta en conciencia y libertad.
