El gobierno es capitalista, ese es su verdadero carácter, lo demás es retórica, “gamelote”. Perfectamente podía pedir ingreso en la internacional socialista, en esa organización donde están ad y primero justicia. Y como nadie escapa a su condición, el gobierno se sumerge en un dilema: es igual a sus enemigos y es diferente a los que debían ser sus amigos; socialista de mentirita y capitalista de acción.
La situación es propia del realismo mágico, es que la política burguesa es una especie de teatro del absurdo, donde se debe enmascarar el gran fraude que es el capitalismo. Esa estafa tiñe a toda la sociedad con su hipocresía, todo se puede comprar y vender, todo tiene su precio, desde los gobiernos hasta lo más íntimo de la vida humana, todo lo fundamental es mentira. Y ésta se sostiene de dos maneras. Veamos.
La principal, ya lo sabía Bolívar: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza", “un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción". La otra manera es la fuerza; cuando la ignorancia falla, aparece la violencia. La ignorancia es el desconocimiento del fraude que es el capitalismo, la cultura, el conocimiento capitalista tiene como uno de sus fines principales ocultarlo.
Este gobierno abandonó la senda socialista y se entregó al diablo capitalista, perdió la fuerza de los argumentos para responder con rigor a cualquier ataque, no puede salirse del pantanal de la democracia burguesa, carece de razones sagradas. La ignorancia no les funciona, la masa se fue acompañando a la lógica del capital que ellos auparon; el “bachaqueo”, el saqueo es hijo directo de esta lógica, "todo lucro es ético". En estas condiciones, siendo iguales, diferenciándose sólo en la forma, no puede responder ni a ramos allup, ni a chúo, ni siquiera a aquellos anteschavistas que se sumergen en la lógica de la democracia burguesa, buscan espacios electorales pero no abandonan la retórica chavista. Mucho menos a los que develan el corrimiento hacia el capitalismo.
Sin argumentos, al gobierno sólo le queda la violencia, verbal cuando es contra sus enemigos-amigos, los burgueses, que no puede herirlos sino de palabras. Así, a los capitalistas los atacan pero forman empresas mixtas petroleras con ellos y eso lo presentan, sin la menor vergüenza, como un triunfo. Y física, cuando se trata de la masa humilde desorientada, defraudada, que ha perdido, que busca salidas individuales a su drama existencial. Da pena ajena ver a los locutores afines al gobierno tratando de responder a las carencias, de cubrir los errores, de justificar lo que es el camino al abismo; da pena y dolor ver cómo se desaprovechan las oportunidades de concientizar, de rectificar.
